lunes, 19 de julio de 2021

 

¿El mundo del revés?

 

La Reunión de ministros de finanzas y presidentes de bancos centrales de los países que integran el G20 se despachó con una novedad: se promueve la aplicación de una tasa global (inicialmente del 15% aunque está en discusión que sea más alta) a las grandes empresas, en particular las tecnológicas, con el fin de evitar una serie de maniobras elusivas que resienten la recaudación fiscal de los países donde esas empresas comercializan sus bienes y servicios. Se calcula inicialmente que la medida proveerá una masa adicional a ser repartida proporcionalmente entre todos los países de 250.000 millones de dólares al año. Lo paradójico que el más entusiasta promotor de la revolucionaria medida es el propio EEUU, que creció en la consideración pública de todo el mundo como el defensor histórico de la proyección global de sus empresas, al servicio de lo cual puso todo el poder de su diplomacia y, llegado el caso, de sus fuerzas armadas. La marcha acelerada de la globalización no deja de sorprendernos.

 

Hace una semana tuvo lugar en Venecia la Reunión de ministros de finanzas y presidentes de bancos centrales de los países que integran el Grupo de los Veinte. Luego de las cumbres (summits) que congregan a los líderes de esos países -presenciales desde 2008 salvo las dos últimas ocurridas ya en pandemia durante la sede de Arabia Saudita en 2020-, los encuentros (meetings) de los altos funcionarios a cargo de los aspectos económicos y financieros son los  que tienen mayor trascendencia en los medios. 

Hay dos características a tener en cuenta en las convocatoria: lo formal, que es el tratamiento de los temas que integran la agenda, que se reflejarán en el contenido de los comunicados finales (principalmente en forma de recomendaciones), y el cotilleo de pasillo o la participación en actividades paralelas, donde los países se preocupan por abordar informalmente los temas que más les preocupan. En este caso, nuestro ministro tuvo la oportunidad de verse con sus colegas, sobre todo la presidenta del FMI, en relación a la negociación por el pago de la abultada deuda externa argentina.

En las recomendaciones salidas del encuentro, que dieron lugar a la denominada declaración de Venecia, están contemplados los siguientes temas.

·        Pandemia, arquitectura fiscal internacional, transformación digital, cambio climático y pérdida de biodiversidad, Derechos Especiales de Giro (DEG), resiliencia financiera, suspensión del servicio de la deuda, Objetivos de Desarrollo Sostenible, estabilidad financiera, pagos transfronterizos, inclusión financiera, educación financiera, lavado de dinero / contra el financiamiento del terrorismo.

La declaración final, de un encuentro que pasará a la historia por lo que seguidamente veremos, puede ser consultada en su versión original[i].

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La novedad ya establecida por la amplia participación en las discusiones y el apoyo que concitó, es que está prevista la instauración a nivel mundial de una medida revolucionaria en materia de fiscalidad. Aunque el tratamiento de la problemática viene de más lejos y dio lugar en su momento a una preocupación compartida por los países desarrollados, la propuesta en ciernes, en su forma actualizada, en estos días está siendo fuertemente motorizada por EEUU, el país que se siente más afectado (fue el plato fuerte del menú servido por el G7 en su reunión al sur de Inglaterra el mes pasado).

El contencioso nace de una modalidad de tributación inocultablemente conveniente para las grandes empresas multinacionales, especialmente las tecnológicas, que han venido pagando el impuesto a las ganancias solo en la jurisdicción donde sitúan la sede central de la compañía, habitualmente un país cuya carga fiscal es de las más bajas. Con el paso de los años la maniobra fue despertando el desacuerdo del resto de los países, que son los que dejan de percibir las tributaciones más abultadas. Obviamente, son ellos los que ponen los mayores empeños para establecer una justicia impositiva más equitativa que modifique una situación anómala regida por el “principio de establecimiento permanente, un concepto que se ha vuelto obsoleto con el avance de la globalización y la digitalización”[ii]. El proceso, que ahora aflora en forma más significativa y precisa, tuvo su origen en momentos de enormes dificultades en la marcha de la globalización.

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Como consecuencia de la crisis financiera de 2008, la recesión económica hizo que las tributaciones de las empresas multinacionales (EMN) fueran tenidas más en cuenta como aportes para la recuperación. El problema era la falta de transparencia; la modalidad de la tributación era motivo de diversas maniobras. Pero la necesidad tiene cara de hereje. Ante los apremios, los países desarrollados no titubearon: el G20 encargó a la OCDE la elaboración de un programa correctivo con el foco puesto en las EMN. Así nace el Plan BEPS, sigla en inglés que hace alusión a la “erosión de la base imponible y el traslado de los beneficios”. La propuesta de la OECD vio la luz en 2013 en la Cumbre del G20 en San Petersburgo.

La denominación del plan describe dos aspectos del problema. Ya hemos visto lo que significa erosión de la base imponible en cuanto a la elección por parte de las empresas del lugar de tributación más conveniente. A su vez, traslado de los beneficios tiene una inocultable referencia a los paraísos fiscales.

Distintos países se fueron adhiriendo al “Club BEPS” que se formó en el seno de la OCDE: 130 de los 139 que integran ese “marco inclusivo”, alcanzaron a principios de este mes un compromiso calificado de histórico, que abre las puertas a una “nueva fiscalidad de las multinacionales, que tendrán más dificultades para alojarse en paraísos fiscales y evitar pagar impuestos”[iii]. Pendiente de aprobación de la propuesta están los denominados “países recalcitrantes”, entre los cuales están Irlanda, Hungría, Estonia y Perú, que temen perder sus ventajas competitivas derivadas de sistemas fiscales permisivos para favorecer la radicación de las sedes de las grandes empresas.

Con ese aval tan contundente, la propuesta de la OCDE se presentó en Venecia desde donde, luego de cosechar una aprobación decisiva, está viajando con todas las posibilidades de ser bien recibida a la Cumbre de líderes del G20 a desarrollarse en Roma en octubre.

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Por su condición de ensambladoras, el producido de las grandes empresas, sobre todo de las tecnológicas, son principalmente bienes y servicios de consumo finales; este renglón del comercio es el afectado por el impuesto a las ganancias y sus actividades son fácilmente registrables. Sin embargo, hay una etapa previa que son las cadenas globales de valor (GVC), una denominación que comprende “la secuencia de las tareas y actividades que una empresa realiza para diseñar, producir y vender sus productos, agregándole valor en cada una de estas etapas”[iv]. Normalmente, esa provisión de partes para el ensamblado del producto final, está a cargo de pymes repartidas por todo el mundo en una proporción de 100 a 1 con relación a las terminales que son grandes establecimientos de alcance global. La conceptualización de esa rama “partista” de la producción es relativamente reciente y su registro aún está rodeada de un conjunto no menor de imprecisiones. Las GVC fueron tenidas en cuenta hacia fines de los años 80, en que las empresas multinacionales comenzaron a deslocalizar hacia otros países los procesos de fabricación con el fin, sagrado en ese momento, de disminuir costos. Aunque por su dispersión es muy difícil medir su incidencia en el comercio, los expertos y organismos especializados calculan que los componentes constituyen el 80% (¡) del valor total de las transacciones… aunque no es este rubro mayoritario de las GVC el que estuvo presente en la consideración del proceso de ajuste que estamos abordando.

El resto del comercio, minoritario pero más visible, lo constituye el universo gigantesco de los bienes y servicios de consumo finales; son los que de muchas maneras llegan a nuestras manos para el uso cotidiano. Es ahí donde se ha puesto el foco de los ajustes con la expectativa de sacar una buena tajada. De entrada las estimaciones provisorias hablan de una recaudación anual de al menos 250.000 millones de dólares. La posibilidad cierta de esa magnitud de recursos trae aparejada algunos interrogantes no menores sobre la instrumentación de las medidas.

¿Quién va a determinar en cada caso la alícuota correspondiente a cada país para que procedan a ajustar sus cargas impositivas en función de una equitativa redistribución a nivel global de las recaudaciones? ¿A qué actividades se va a destinar esa inmensa masa monetaria?  ¿Los fondos van a estar sujetos a algún tipo de control externo?

Para la OCDE "este plan de dos pilares (se refiere a la asignación de la alícuota y el monto de la tasa global. AF) será de gran ayuda para los países que necesitan movilizar los ingresos fiscales necesarios para restablecer sus presupuestos y finanzas públicas, al tiempo que invierten en los servicios públicos esenciales, en las infraestructuras y en las medidas necesarias para una recuperación sólida y sostenible después de la crisis."[v]

Aunque sin una explicitación sobre destinos comunes, no se puede dejar de tener en cuenta la magnitud en perspectiva de los recursos a recaudar por los cambios fiscales, y su contigüidad temporal con los financiamientos contemplados en los dos programas de infraestructura en marcha: la Ruta de la Seda de la RPCh y lo que el G7 ha denominado Build Back Better World, en el que se piensa invertir hasta 2035 la friolera de 40 billones de dólares.

Si de controles se trata, el G20 ha creado el Global Infrastructure Hub (GIH), que tiene su sede en Australia, y está encargado de supervisar lo atinente a infraestructura a nivel de todo el mundo. El primer país interesado en la región es Brasil. Se dice en el portal del GIH[vi]:

“Brasil fue seleccionado para el primer programa en diciembre de 2019. El GI Hub trabajó en estrecha consulta con el gobierno brasileño, y en particular con su Ministerio de Finanzas, para realizar una evaluación exhaustiva de las necesidades y diseñar un programa que cumpliera con los requisitos, necesidades y prioridades establecidas por Brasil. En la implementación del programa, el GI Hub brindó apoyo y desarrollo de capacidades específicos y se involucró con socios estratégicos para apoyar a Brasil y sus objetivos de infraestructura. Estos socios incluían bancos multilaterales de desarrollo (BMD), organizaciones internacionales (OI), instituciones nacionales y el sector privado”.

La legitimidad de las negociaciones en curso está reflejada en las declaraciones de los funcionarios de los países más desarrollados. Para el ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire “el Gobierno francés ha trabajado mucho para lograr este acuerdo, hemos trabajado desde hace cuatro años, y ahora tenemos la oportunidad de alcanzarlo, no a nivel del G7, sino del G20".[vii]  Por su parte, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, aseguró que una vez que se ponga en marcha el procedimiento acabará la “contraproducente competencia internacional de impuestos… una carrera en la que muchos países durante años han rebajado sus tasas para atraer a las multinacionales… se ha tratado de una situación que nadie ganó, pues lo que ha hecho es privarnos de recursos necesarios para invertir en nuestros pueblos, nuestras fuerzas laborales, nuestra infraestructura”.[viii]

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Venecia será recordada no solo por sus canales, el cristal de Murano y la Plaza San Marcos. Tiempo atrás nadie hubiera prevista que EEUU iba a encabezar allí una enérgica movida para obligar a las grandes empresas –la mayoría de ese origen- a tributar bajo presión una cuota mayor de sus ganancias de lo que lo venía haciendo hasta ahora. No hay que olvidar que el objetivo principal del “imperialismo yanqui”, una formación económico-social que ponía el poder disuasorio de su omnipresente diplomacia (y algunas veces el convincente argumento de los marines), era que las empresas americanas se expandieran por todo el mundo. Ahora, de repente, aparece hincándoles el diente a quienes tanto promovieron. ¿Cómo se explica este cambio copernicano en el comportamiento del país al que los exégetas del progresismo todavía designan como un imperio?[ix]

 

Ing. Alberto Ford

albertoford42@yahoo.com.ar

Buenos Aires, julio de 2021

 

 



[i] http://www.g20.utoronto.ca/2021/Communique-Third-G20-FMCBG-meeting-9-10-July-2021.pdf  

o traducida

 https://www.blogger.com/blog/post/edit/1113871908018612298/2484454044476191736

[ix]y que ahora a pesar de las torpezas del peronismo nos manda de regalo 3,5 millones de dosis de la vacuna de Moderna

domingo, 18 de julio de 2021

 

21 07 10 G20 Venecia MMFF&PPBBCC

Tercera reunión de ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20

Venecia, 10 de julio de 2021

Comunicado

 

Desde que nos reunimos en abril de 2021, la perspectiva mundial ha mejorado aún más, principalmente debido al lanzamiento de vacunas y al continuo apoyo político. Sin embargo, la recuperación se caracteriza por grandes divergencias entre los países y dentro de ellos, y permanece expuesta a riesgos a la baja, en particular la propagación de nuevas variantes del virus COVID-19 y diferentes ritmos de vacunación. Reafirmamos nuestra determinación de utilizar todas las herramientas de política disponibles durante el tiempo que sea necesario para abordar las consecuencias adversas del COVID-19, especialmente en los más afectados, como las mujeres, los jóvenes y los trabajadores informales y poco calificados. Continuaremos apoyando la recuperación, evitando cualquier retiro prematuro de las medidas de apoyo, sin dejar de ser coherentes con los mandatos de los bancos centrales, incluido la estabilidad de precios, y preservando la estabilidad financiera y la sostenibilidad fiscal a largo plazo, y protegiéndonos contra los riesgos a la baja y los efectos secundarios negativos. Sobre la base del Plan de Acción del G20, continuaremos nuestra cooperación internacional para dirigir la economía global hacia un crecimiento fuerte, sostenible, equilibrado e inclusivo. Confirmamos nuestros compromisos de abril sobre tipos de cambio. Reafirmamos el importante papel del comercio abierto y justo basado en reglas para restaurar el crecimiento y la creación de empleo y nuestro compromiso de luchar contra el proteccionismo, y alentamos los esfuerzos concertados para reformar la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Seguimos decididos a controlar la pandemia en todas partes lo antes posible, y acogemos con beneplácito los compromisos para lograr este ambicioso objetivo, incluidos los asumidos en la Cumbre Mundial sobre la Salud. Reconocemos el papel de la inmunización COVID-19 como un bien público global y reiteramos nuestro apoyo a todos los esfuerzos de colaboración, especialmente al Acelerador de Herramientas de Acceso a COVID-19 (ACT-A), para abordar la actual crisis de salud, instando tanto al público y el sector privado para abordar las deficiencias restantes, incluso mediante el intercambio equitativo mundial de dosis de vacunas seguras, eficaces, de calidad y asequibles. Apoyamos los esfuerzos para diversificar la capacidad mundial de fabricación de vacunas y fortalecer los sistemas de salud. También daremos prioridad a la aceleración de la entrega de vacunas, diagnósticos y terapias, dirigiremos las respuestas para reaccionar rápidamente a nuevas variantes o brotes, y brindaremos apoyo en la entrega y distribución de vacunas, especialmente a los países en desarrollo. Reconocemos la formación del grupo de trabajo por parte del Banco Mundial (BM), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la OMC sobre vacunas, terapias y diagnósticos COVID-19 para países en desarrollo. Reconociendo la urgente necesidad de estar mejor preparados para futuras amenazas a la salud, damos la bienvenida al Informe del Panel Independiente de Alto Nivel del G20 sobre Financiamiento de los Bienes Comunes Globales para la Preparación y Respuesta ante una Pandemia y tomamos nota de sus recomendaciones. Nos comprometemos a trabajar juntos y con las Instituciones Financieras Internacionales (IFI) y los socios relevantes, en particular la OMS, para desarrollar propuestas de financiamiento sostenible para fortalecer la preparación y respuesta ante una futura pandemia, y para mejorar la gobernanza internacional y la coordinación entre los formuladores de políticas de salud y finanzas globales. Encargamos a expertos de nuestros Ministerios de Finanzas y Salud para hacer un seguimiento con propuestas concretas que se presentarán en la reunión conjunta de Ministros de Finanzas y Salud del G20 en octubre..  

Después de muchos años de discusiones y aprovechando los avances logrados el año pasado, hemos alcanzado un acuerdo histórico sobre una arquitectura fiscal internacional más estable y más justa. Respaldamos los componentes clave de los dos pilares sobre la reasignación de beneficios de las empresas multinacionales y un impuesto mínimo global efectivo como se establece en la "Declaración sobre una solución de dos pilares para abordar los desafíos fiscales derivados de la digitalización de la economía" publicada por el Marco Inclusivo de la OCDE / G20 sobre la Erosión de la base fiscal y la transferencia de los beneficios (BEPS) el 1 de julio. Hacemos un llamado al Marco inclusivo de la OCDE / G20 sobre BEPS para abordar rápidamente los problemas restantes y finalizar los elementos de diseño dentro del marco acordado junto con un detallado plan para la implementación de los dos pilares en nuestra próxima reunión de octubre. Invitamos a todos los miembros del Marco Inclusivo de la OCDE / G20 sobre BEPS que aún no se hayan unido al acuerdo internacional a que lo hagan. Acogemos con beneplácito el proceso de consulta con los países en desarrollo sobre la evaluación del progreso logrado a través de su participación en el Marco Inclusivo de la OCDE / G20 sobre BEPS y esperamos con interés el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en octubre.  

La transformación digital tiene el potencial de impulsar la productividad, fortalecer la recuperación y contribuir a una prosperidad compartida y de base amplia. Respaldamos el Menú de opciones de políticas del G20: transformación digital y recuperación de la productividad, informado por las experiencias políticas compartidas por los miembros y respaldado por el análisis de la OCDE y el FMI, que ofrece opciones de política, comparte buenas prácticas, promueve la inclusión y arroja luz sobre el rol clave de la cooperación internacional para aprovechar las oportunidades de crecimiento de la digitalización. El Menú es una contribución a nuestro trabajo futuro en productividad. Continuaremos fortaleciendo el monitoreo y la preparación de riesgos globales a través de una integración sistemática del clima, la salud y otros riesgos para mejorar el diseño de políticas futuras cuando sea apropiado y mediante el intercambio de herramientas, análisis y experiencias, incluido el uso de metodologías bien establecidas. Continuaremos coordinando estrechamente nuestros esfuerzos para mejorar la resiliencia frente a crisis futuras, incluidas las pandemias, los desastres naturales y los riesgos físicos y de transición del cambio climático, y abordaremos los desafíos políticos interrelacionados. Reconocemos que una evaluación más completa de los riesgos macroeconómicos ambientales y relacionados con el clima puede ayudar a desarrollar soluciones innovadoras para hacer que nuestras economías sean más sostenibles, resilientes e inclusivas. Reconocemos la importancia de un buen gobierno corporativo y un buen funcionamiento de los mercados de capitales para respaldar la recuperación. Esperamos con interés la revisión de los Principios de gobierno corporativo del G20/OCDE y le pedimos a la OCDE que informe sobre el progreso en nuestra primera reunión en 2022.

Reafirmamos que aprovechar la gran cantidad de datos producidos por la digitalización es fundamental para informar mejor nuestras decisiones. Tomamos nota de la nota conceptual preparada por el FMI, en estrecha cooperación con la Junta de Estabilidad Financiera (FSB) y el Grupo Interinstitucional de Estadísticas Económicas y Financieras (IAG), sobre una posible nueva iniciativa sobre lagunas de datos. Esperamos evaluar el desarrollo de un plan de trabajo detallado.

 

Abordar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad y promover la protección del medio ambiente siguen siendo prioridades urgentes. Esperamos que las organizaciones internacionales sigan analizando el impacto de los paquetes de recuperación y de las políticas de adaptación y mitigación en el clima y el medio ambiente, así como en el empleo, el crecimiento y la equidad. Estamos de acuerdo en que una coordinación internacional más estrecha sobre la acción climática puede ayudar a lograr nuestros objetivos comunes. Esto puede informar mejor nuestra discusión sobre la combinación de políticas adecuada para dar forma a transiciones justas y ordenadas hacia una economía con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, más próspera, sostenible e inclusiva, teniendo en cuenta las circunstancias nacionales. Esta combinación debe incluir un amplio conjunto de herramientas, como la inversión en infraestructura sostenible y tecnologías innovadoras que promuevan la descarbonización y la economía circular, y el diseño de mecanismos para apoyar las fuentes de energía limpia, incluida la racionalización y eliminación gradual de los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles que fomentan el despilfarro en el consumo y, si corresponde, el uso de incentivos y mecanismos de fijación de precios del carbono, al tiempo que se brinda apoyo específico a los más pobres y vulnerables. Acogemos con beneplácito las discusiones constructivas celebradas en el Simposio fiscal de alto nivel del G20 sobre política fiscal y cambio climático y reconocemos la importancia de un diálogo para abordar los desafíos relacionados con el cambio climático y promover las transiciones hacia una economía más verde y sostenible. Esperamos con interés el informe del FMI / OCDE sobre estos temas en octubre. Alentamos a las IFI, incluidos los bancos multilaterales de desarrollo (BMD), a intensificar sus esfuerzos para lograr la alineación con el Acuerdo de París dentro de plazos ambiciosos y financiar estrategias de recuperación y transición sostenibles, contribuciones determinadas a nivel nacional y estrategias de desarrollo a largo plazo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero en los Mercados emergentes y economías en desarrollo (EMDEs), de conformidad con sus mandatos y sin dejar de apoyar el logro de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. El financiamiento climático internacional es fundamental para apoyar los esfuerzos de mitigación y adaptación al cambio climático de los países en desarrollo. Esperamos avanzar en un entendimiento común sobre las estrategias integrales necesarias para apoyar la transición a economías y sociedades con baja emisión de gases de efecto invernadero, y a la Conferencia Internacional sobre el Clima del 11 de julio, que se centrará en la combinación de políticas y las inversiones ecológicas para fomentar transiciones justas, el papel de los BMD en el apoyo a las transiciones en las EMDEs, las acciones para promover estándares de alta calidad para la divulgación de información financiera relacionada con el clima y los incentivos para movilizar flujos financieros privados y alinearlos con el Acuerdo de París.  

El cambio climático plantea riesgos crecientes, físicos y de transición, para los resultados macroeconómicos y para las instituciones financieras reguladas y la estabilidad financiera. Los datos de calidad y los marcos de divulgación comparables son cruciales para abordar los riesgos financieros relacionados con el clima y movilizar una financiación sostenible. Observamos la importancia de trabajar para abordar estos riesgos. Esperamos discutir, en nuestra reunión de octubre, el Informe de síntesis del Grupo de Trabajo de Finanzas Sostenibles (SFWG) y una Hoja de Ruta del G20 de varios años sobre finanzas sostenibles, inicialmente centrada en el clima. Encomiamos el apoyo brindado por organizaciones internacionales, redes del sector financiero y representantes del sector privado a las actividades del SFWG. Damos la bienvenida al informe del FSB sobre la disponibilidad de datos sobre los riesgos de estabilidad financiera relacionados con el clima, y trabajaremos para abordar las lagunas de datos y destacar la importancia de que las autoridades financieras consideren el análisis de escenarios, incluido el uso de escenarios comunes según corresponda. También acogemos con satisfacción el informe del FSB sobre la promoción de divulgaciones financieras relacionadas con el clima, globalmente consistentes, comparables y confiables, y sus recomendaciones. Damos la bienvenida a la creciente participación del sector privado y también tomamos nota de la creciente participación y transparencia del sector público en estas áreas. Trabajaremos para promover la implementación de los requisitos de divulgación u orientación, basándose en el marco del Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima (TCFD) del FSB, en línea con los marcos regulatorios nacionales, para allanar el camino para futuros esfuerzos de coordinación global, teniendo en cuenta las jurisdicciones y circunstancias, con el objetivo de desarrollar un estándar de información global de referencia. Con ese objetivo, damos la bienvenida al programa de trabajo de la Fundación de Normas Internacionales de Información Financiera para desarrollar un estándar de referencia global de informes bajo una sólida gobernanza y supervisión pública, basándose en el marco de TCFD y el trabajo de los emisores de estándares de sostenibilidad, involucrándolos y consultando con un amplia gama de partes interesadas para fomentar las mejores prácticas globales. Damos la bienvenida a la hoja de ruta del FSB para abordar los riesgos financieros del cambio climático. Este será un documento vivo y complementará el trabajo realizado por el SFWG.  

Respaldamos la Agenda de Políticas de Mantenimiento de Infraestructura del G20, acompañada de los estudios de caso de los miembros y con el apoyo de la OCDE y el BM. Reconocemos que los sistemas resilientes, debidamente financiados, bien mantenidos y administrados de manera óptima son esenciales para preservar los activos de infraestructura durante su ciclo de vida, minimizar las pérdidas y las interrupciones y garantizar la provisión de servicios de infraestructura seguros, confiables y de alta calidad. Reconociendo que la infraestructura digital avanzada y de buen  funcionamiento es un motor importante para la recuperación económica, reconocemos la contribución de la OCDE en esta área y esperamos con interés los trabajos en curso sobre el financiamiento y el fomento de la conectividad de banda ancha de alta calidad para un mundo digital para nuestra reunión de octubre. De acuerdo con la Hoja de ruta del G20 para la Infraestructura como Activo de Clase, continuaremos desarrollando aún más la colaboración entre los inversores públicos y privados para movilizar capital privado y esperamos el documento de resultados del primer Diálogo de inversores de infraestructura del G20 en nuestra reunión de octubre. Damos la bienvenida al avance del trabajo sobre los Principios del G20 para la Inversión en Infraestructura de Calidad (QII). Recordamos nuestro acuerdo anterior sobre la exploración de posibles indicadores sobre QII, y esperamos con interés la discusión sobre el trabajo de la Corporación Financiera Internacional en esta área en la próxima reunión del Grupo de Trabajo de Infraestructura.  

Continuaremos apoyando a todos los países vulnerables afectados por la pandemia de COVID-19. Apoyamos la propuesta a la Junta de Gobernadores del FMI de una nueva asignación general de Derechos Especiales de Giro (DEG) por un monto equivalente a USD 650 mil millones para ayudar a satisfacer la necesidad global a largo plazo de activos de reserva e instamos a su rápida implementación para el final de agosto. También acogemos con beneplácito las propuestas para mejorar la transparencia y la rendición de cuentas en la presentación de informes y el uso de los DEG, al tiempo que se mantienen las características de los activos de reserva y se amplía la participación en los acuerdos comerciales voluntarios. Para magnificar significativamente el impacto de la asignación, pedimos al FMI que presente rápidamente opciones viables para que los países canalicen voluntariamente una parte de sus DEG asignados para ayudar a los países vulnerables a financiar una recuperación económica más resilientes, inclusivos y sostenibles, y los gastos relacionados con la salud, por ejemplo mediante la creación de un nuevo fondo fiduciario. Estamos comprometidos a explorar esas opciones y posibles contribuciones, de acuerdo con nuestras leyes y regulaciones nacionales, y a ampliar el Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Reducción de la Pobreza. Pedimos contribuciones de todos los países que puedan hacerlo para alcanzar una meta ambiciosa de apoyo a los países vulnerables. Esperamos que se complete la revisión del FMI de las políticas y el financiamiento concesional, lo que fortalecerá su capacidad para apoyar a los países de bajos ingresos. Pedimos al FMI que complete su labor de divulgación sobre una revisión de los límites de acceso y la política de recargos y nos informe sobre sus resultados.  

Reiteramos nuestro compromiso de fortalecer la resiliencia financiera a largo plazo y apoyar el crecimiento inclusivo, incluso mediante la promoción de flujos de capital sostenibles, el desarrollo de mercados de capital en moneda local y el mantenimiento de una red de seguridad financiera global sólida y eficaz con un FMI sólido, basado en cuotas y con la disponibilidad de recursos adecuados. Esperamos con interés la próxima revisión de la visión institucional del FMI sobre la liberalización y la gestión de los flujos de capital. Seguimos comprometidos con revisar la idoneidad de las cuotas del FMI y continuaremos el proceso de reforma de la gobernanza del FMI en el marco de la 16ª Revisión General de Cuotas, incluida una nueva fórmula de cuotas como guía, para el 15 de diciembre de 2023.

Damos la bienvenida al progreso logrado bajo la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI). Al 2 de julio, 45 países habían solicitado beneficiarse de la primera prórroga del DSSI (hasta junio de 2021), por un monto estimado de USD 4,6 mil millones de servicio de la deuda diferido en la primera mitad de 2021. Todos los acreedores bilaterales oficiales deben implementar esta iniciativa de forma completa y transparente. Damos la bienvenida al desembolso de los BMD de 44.1 mil millones de dólares a los países elegibles para DSSI durante el período comprendido entre abril de 2020 y mayo de 2021, como parte de su compromiso de 230 mil millones de dólares para apoyar a los países emergentes y de bajos ingresos en respuesta a la pandemia de COVID-19. Reiteramos nuestro compromiso de implementar el Marco Común para el Tratamiento de la Deuda más allá del DSSI para abordar las vulnerabilidades de la deuda de manera coordinada, como se estableció en abril. Acogemos con beneplácito el establecimiento del comité de acreedores del Chad, así como su reciente declaración. Instamos a todos los demás acreedores bilaterales oficiales y acreedores privados a que se comprometan sin demora a brindar al Chad un tratamiento de la deuda al menos igual de favorable. Ahora esperamos con interés la rápida adopción por parte del Directorio Ejecutivo del FMI del programa de calidad del tramo superior de crédito previsto por el FMI. También esperamos poder abordar oportunamente el caso del país de tratamiento de la deuda de Etiopía bajo el Marco Común. Apoyamos la revisión oportuna del programa respaldado por el FMI de Etiopía. Trataremos las solicitudes elegibles bajo el Marco Común. Destacamos la importancia para los acreedores privados y otros acreedores bilaterales oficiales de proporcionar tratamientos de la deuda en términos al menos tan favorables, en línea con el principio de comparabilidad del tratamiento. Reiteramos la importancia de los esfuerzos conjuntos de todos los actores, incluidos los acreedores privados, para seguir trabajando para mejorar la transparencia de la deuda. Recordamos el próximo trabajo de los BMD, como se indica en el Marco Común, a la luz de las vulnerabilidades de la deuda. Esperamos que el FMI y el Grupo del Banco Mundial avancen en su propuesta de un proceso para fortalecer la calidad y coherencia de los datos sobre la deuda y mejorar la divulgación de la deuda. Esperamos con interés el resultado de la segunda autoevaluación voluntaria de la implementación de las Directrices Operativas del G20 para el Financiamiento Sostenible y más actualizaciones sobre la implementación de los Principios Voluntarios para la Transparencia de la Deuda del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), incluido el lanzamiento del Portal de repositorio de datos conjunto IIF / OCDE, y pedir a todos los prestamistas del sector privado que se adhieran a esta iniciativa.

El trabajo de los BMD es fundamental para garantizar un apoyo a largo plazo para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esperamos una reposición ambiciosa y exitosa de la Asociación de Desarrollo Internacional (IDA20) para diciembre de 2021, incluido el uso sostenible del balance de la IDA. Tomamos nota del progreso realizado en el Plan de acción del G20 sobre la optimización del balance general y el desarrollo de medidas confiables y sostenibles de distribución de riesgos, y alentamos a los BMD a seguir explorando vías para hacer el mejor uso de los recursos disponibles, al tiempo que preservan el tratamiento a su acreedor preferido y las calificaciones actuales. Destacamos la necesidad de realizar más esfuerzos para encontrar formas innovadoras de movilizar la financiación del desarrollo del sector privado. Acordamos lanzar una Revisión Independiente de los Marcos de Adecuación de Capital de los BMD, para promover el intercambio de mejores prácticas, maximizar su impacto en el desarrollo, teniendo en cuenta sus respectivos mandatos de desarrollo y sin perjuicio de su gobernanza, calificaciones crediticias y tratamiento preferencial de los acreedores (Anexo I). Una mejor coordinación también impulsará la complementariedad y la eficacia de los BMD. Acogemos con beneplácito la actualización de los Principios del G20 para la coordinación efectiva entre el FMI y los BMD en caso de países que soliciten financiamiento mientras enfrentan vulnerabilidades macroeconómicas y respaldamos las Recomendaciones complementarias del G20 para el uso de préstamos basados ​​en políticas (Anexo II). Agradecemos las actualizaciones de los BMD sobre el progreso en la implementación de plataformas piloto de propiedad de los países y los instamos a que continúen intensificando la coordinación a nivel de país en estrecha cooperación con los gobiernos nacionales anfitriones.

En nuestra respuesta integral y unida a la crisis de COVID-19, mantenemos nuestro compromiso de asegurar que el sector financiero brinde el apoyo adecuado a la recuperación al tiempo que se preserva la estabilidad financiera. Damos la bienvenida al informe provisional del FSB sobre las lecciones aprendidas de la pandemia de COVID-19 desde una perspectiva de estabilidad financiera. El sistema financiero global ha capeado la pandemia hasta ahora gracias a una mayor resiliencia, respaldada por las reformas regulatorias financieras del G20 y por una decidida respuesta de las autoridades públicas internacionales. Sin embargo, algunas áreas del marco regulatorio pueden requerir mayor consideración, como el funcionamiento de los colchones de capital y liquidez y las posibles fuentes de prociclicalidad, y brechas persistentes. Estamos comprometidos a abordar estas brechas, evitando al mismo tiempo efectos no deseados, incluso completando los elementos restantes de las reformas regulatorias del G20 acordadas después de la crisis financiera, y esperamos el informe final en octubre. También estamos comprometidos con el fortalecimiento de la resiliencia del sector de intermediación financiera no bancaria (IFNB) con una perspectiva sistémica, incluida su interconexión con el sector bancario y la economía real. También tomaremos en consideración las interacciones entre el financiamiento transfronterizo en dólares estadounidenses y las vulnerabilidades relacionadas con las IFNB en el financiamiento externo de las economías de mercados emergentes. Esperamos con interés el informe de progreso de FSB sobre NBFI en octubre, que reunirá los desarrollos en todo el plan de trabajo de NBFI e identificará áreas donde es posible que se necesite una mayor consideración de las políticas. Acogemos con beneplácito el informe de consulta del FSB sobre propuestas de políticas para mejorar la resiliencia de los fondos del mercado monetario y esperamos el informe final en octubre, que describe las opciones de políticas adecuadas, reconociendo que una sola opción puede no abordar todas las vulnerabilidades, para informar las reformas específicas de la jurisdicción, así como el posible trabajo de seguimiento por parte de organizaciones internacionales relevantes, a fin de asegurar una mayor resiliencia de las IFNB a nivel internacional. También damos la bienvenida al informe de progreso del FSB sobre la transición LIBOR y reiteramos la importancia de una transición ordenada desde las tasas LIBOR hacia alternativas adecuadamente sólidas antes de finales de 2021.

Reiteramos nuestro compromiso con una implementación oportuna y eficaz de la Hoja de ruta del G20 para mejorar los pagos transfronterizos por parte de las autoridades pertinentes. Esperamos que el informe del FSB establezca objetivos globales cuantitativos para abordar los desafíos de costo, velocidad, transparencia y acceso, que se entregará en octubre, teniendo en cuenta los comentarios a la consulta lanzada a fines de mayo y enfatizando las acciones necesarias para los sectores público y privado. Tomamos nota del informe sobre las monedas digitales del banco central para pagos transfronterizos del Comité de Pagos e Infraestructuras de Mercado, el Centro de Innovación del Banco de Pagos Internacionales, el FMI y el Banco Mundial, y esperamos discutir estos temas y las implicaciones más amplias para el sistema monetario comunidad en octubre. Reiteramos que ninguna de las llamadas "monedas estables globales" debe comenzar a operar hasta que todos los requisitos legales, regulatorios y de supervisión relevantes se aborden adecuadamente mediante un diseño apropiado y adhiriéndose a los estándares aplicables.

Acogemos con satisfacción el progreso logrado por la Alianza Global para la Inclusión Financiera en el avance del Plan de Acción de Inclusión Financiera 2020 y esperamos el simposio de alto nivel sobre cómo hacer frente a las vulnerabilidades nuevas y existentes en un mundo pos pandémico y el menú de opciones de políticas para mejorar la inclusión financiera digital para personas y microempresas, pequeñas y medianas empresas, ambos que se entregarán en octubre. También damos la bienvenida al resultado del taller sobre Remesas en tiempos de crisis y después y esperamos la publicación de los Planes Nacionales de Remesas a finales de este año.

Reconocemos que la educación financiera es una habilidad esencial para el empoderamiento de las personas, especialmente las más vulnerables y desatendidas, incluidas las micro, pequeñas y medianas empresas, y para apoyar el bienestar de las personas y las sociedades, la inclusión financiera, la protección del consumidor financiero y la transformación en la era pospandémica. Damos la bienvenida a la Recomendación de la OCDE sobre Educación Financiera, que presenta un instrumento voluntario y no vinculante sobre educación financiera para ayudar a los gobiernos, otras autoridades públicas y partes interesadas relevantes en sus esfuerzos por diseñar, implementar y evaluar políticas de educación financiera.

Reiteramos nuestro apoyo al Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) y los nueve Organismos Regionales de estilo GAFI (FSRBs). Cada uno de nosotros se compromete a hacer contribuciones adicionales, incluso al FMI y al BM, según sea necesario, para fortalecer los FSRBs y los marcos de lucha contra el lavado de dinero / contra el financiamiento del terrorismo (AML/CFT) de sus miembros, de acuerdo con las prioridades acordadas por el GAFI, y compartimos nuestros compromisos con el GAFI. Hacemos un llamado a otros miembros del GAFI, al FMI y al BM para que aumenten de manera similar su apoyo financiero y/o técnico para los FSRB. Damos la bienvenida al trabajo en curso del GAFI sobre los riesgos de lavado de dinero resultantes de delitos ambientales, y reconocemos los vínculos entre el clima y las amenazas a la biodiversidad y otros delitos graves. Reafirmamos nuestro compromiso de implementar y fortalecer completamente los estándares globales AML/CFT sobre transparencia de beneficiarios reales y regulación y supervisión de activos virtuales dentro de nuestras respectivas jurisdicciones. Apoyamos firmemente el proyecto en curso del GAFI de revisar la recomendación actual sobre la transparencia de los beneficiarios reales.

Fuente: sitio web oficial de la Presidencia italiana del G20

 

Anexo I: Revisión independiente de los términos de referencia de los marcos de suficiencia de capital de los bancos multilaterales de desarrollo [PDF]

 

Anexo II: Recomendaciones del G20 para el uso de préstamos basados ​​en políticas [PDF]

 

Anexo III: Informes y documentos recibidos, 9 y 10 de julio [PDF]

lunes, 5 de julio de 2021

 

Cambios en la cúpula

 

La abierta apretada de EEUU sobre el gobierno argentino para allanar las negociaciones referidas al pago de la deuda ante el FMI, interroga sobre los modos que irán adquiriendo de aquí en más las intervenciones de los países centrales sobre los dependientes. En el trabajo se analizan las externalidades de los cambios producidos en la cúpula del poder global que podrían estar indicando una intensificación de las presiones a medida que la globalización ingresa rauda a su fase superior. En particular pone el foco en la relación G7/G20, el papel de China en la coyuntura, y la verdadera expresión de la principal contradicción geopolítica que se ha instalado en la escena global.

 

EEUU condiciona su apoyo a nuestro país para encaminar la dura negociación de la deuda con el FMI. Es obvio que sin el OK de su mayor aportante, las tratativas con ese organismo se verían seriamente dificultadas. Lo distinto esta vez es que EEUU no ha solicitado a cambio una contraprestación de tono humillante para el peronismo como podría haber sido, por ejemplo, condenar al régimen de Venezuela o algún otro que no cuente con las simpatías de Washington. Por el contrario, lo que el Tesoro estadounidense pide (con cierto tono de admonición) es la formulación de una “política económica para Argentina que brinde una visión para el crecimiento del empleo en el sector privado”. De inmediato, distintos funcionarios oficiales salieron a responder al apriete en forma airada, interpretando que cuando EEUU dice que “no hay un plan económico, es porque no es el plan que ellos quieren”. La actitud norteamericana –incisiva e inopinada, con rasgos de intervención desembozada- se da en un momento de aguda sacudida en el tablero del poder mundial.

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De la cumbre del Grupo de los Siete (G7), un conglomerado de igual número de países desarrollados que se reunió en el sur de Inglaterra, sobresalen dos características. Una de ellas es la manera en que pasan revista a lo que fuera del mundo desarrollado se consideran situaciones críticas y contradictorias, lo que podría considerarse, por la forma descarnada en que lo hacen y según sea punto de vista utilizado, una intromisión en los asuntos internos de otro país. La otra es una ostensible y sorpresiva modificación de la relación causal entre el G7 y el G20, un formato de sucesión superadora que fue tenido en cuenta para justificar la creación del agrupamiento mayor en 1999 debido a las limitaciones de representatividad del agrupamiento menor al dejar afuera a los países emergentes.

Es obvio que el G20 no podría haber fijado posición por la cuestión de los uigures musulmanes en China o la detención del político opositor Alekséi Navalni en Rusia en presencia de los líderes de esos países. El G7 sí lo hizo;  también, en un acápite denominado “responsabilidad global y acción internacional” –una proyección de pretendidas incumbencias que habrá sonado bien a los oídos norteamericanos- la declaración final se refiere a cuestiones de África, el Medio Oriente y la región del Indo-Pacífico. El alegato tiene la fuerza de un pronunciamiento hecho en forma colectiva por los países que financian mayoritariamente los organismos internacionales.

Con respecto a la relación G7/G20. 

1)      El G20 nació del G7 en 1999 como una forma de dar mayor representatividad a los países emergentes. Estuvo en espera diez años. A partir de 2008 comenzaron las cumbres de líderes en los 15 capítulos anuales que tuvieron lugar en distintos países del Grupo. Aunque el G7 nunca dejó de funcionar, su repercusión fue menor a la del G20 (tal vez sus integrantes lo considerarían así). Ahora parece que ha cambiado la ponderación respectiva; puede que haya incidido para ello cierta laxitud en el cumplimiento de las recomendaciones de las cumbres por parte de algunos países.  No dejemos de tener en cuenta que en el G20 al igual que en la fórmula 1 hay escuderías de vanguardia y otras de relleno. Lo pasado en esto días es lo más parecido que hay a un ajuste de tuercas.

2)      El G7 adopta un formato similar al G20. No se apoya en una estructura burocrática; sus autoridades y sedes van rotando anualmente; no tiene programas ni presupuesto establecido (el anfitrión paga todos los gastos de funcionamiento); la agenda es variable según las circunstancias; su andar es transparente (por su composición, el secreto está obviamente excluido, y el producto de sus deliberaciones se publica de inmediato); no toma decisiones y sus recomendaciones/compromisos (alcanzados por consenso ya que sus instancias organizativas no contemplan el voto) tampoco son vinculantes, es decir, de aplicación obligatoria. Aunque los países hayan sido sus constituyentes, y de ahí su denominación, Al igual que en el G20, aunque el G7 está constituido por países, estos no están representados. En su funcionamiento, los participantes del Grupo actúan a título personal y no en carácter de mandatarios de países (la sutileza es una de las claves para entender las características de su constitución). Por ello las declaraciones de las cumbres comienzan con la frase “Nosotros, los líderes del G7…” También se replican los grupos de compromiso (engagement groups). En la declaración de Carbis Bay se agradece las contribuciones del L7 (trabajo), Y7 (joven), W7 (mujer), S7 (ciencia), C7 (sociedad civil) y B7 (empresarios).

3)      El G7 no implica suplantar ni mucho menos competir con el G20. Es otro vínculo adicional el que se evidencia en la cúspide del poder global. Los mismos países desarrollados (no autocráticos) integran ambos agrupamientos. En el acápite de la declaración de Carbis Bay se dice “esperamos trabajar junto con nuestros socios del G20”. Luego, en el desarrollo del texto, el G20 es citado en 18 oportunidades con referencia a distintos temas (COVID-19, fiscalidad global, sistema financiero, comercio, mujer, derecho internacional, cambio climático, asignación de los DEG/SDR, crisis humanitaria, infraestructura, África, Cumbre G20 Roma en octubre 2021). Sin embargo, a pesar de la referencia, la redacción es clara: se ha producido un reacomodamiento que establece una subordinación[i] del G20, hasta este momento inexistente o por lo menos no evidenciada.

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Por su parte, la reunión de Ginebra no fue entre Joe Biden y Xi Jinping sino entre los presidentes norteamericano y ruso. Todo un desaire para el líder chino. Y una contribución de primera mano para aclarar de una buena vez donde radica la contradicción global en materia de geopolítica[ii]. La reunión en sí tuvo más música que letra. Putin y Biden se tomaron nada menos que dos horas para hablar de las respectivas familias y otras menudencias aparte de las cuestiones fundamentales, que se habrán tocado casi de compromiso por lo re-manidas. Lo importante era la foto. Si es cierto que una imagen vale más que mil palabras -como decía McLuhan- está todo dicho.

Pero la geopolítica no lo explica todo. Si bien en la declaración de Carbis Bay a los chinos los trataron con dureza, de los tres temas en cuestión, que ocuparon un lugar de privilegio en la agenda de los reproches –reclamos en Hong Kong, conflictos en ciernes en el mar de la China y adoctrinamiento de los musulmanes uigures-, en realidad, ninguno de ellos tiene la suficiente densidad como para dedicarle más tiempo del debido a ese nivel[iii].

Observando detenidamente los materiales chinos disponibles -sobre todo en estos días que celebra los 100 años de su partido comunista donde su presidente tuvo una extensa intervención en el solemne acto conmemorativo- no están claras sus intenciones política externas, y si realmente las tienen. De los 14 países con los que China comparte fronteras terrestres, solo mantiene relaciones de buena vecindad con Pakistán (y de vasallaje con la escurridiza Corea del Norte); con los demás tiene o ha tenido algún tipo de problemas. Con semejante situación en su hinterland cabe la pregunta de si China está en condiciones de aspirar a un liderazgo global, una supuesta ambición que los analistas le atribuyen con frecuencia y casi unanimidad[iv]. 

Tampoco China es químicamente pura. Cuando se habla de una guerra comercial con EEUU,  ¿quiénes son en realidad los contendientes? Veamos. La totalidad de las empresas globales (algo más de 10.000), en las que se sustenta el enorme potencial económico chino, son de capital mixto. La relocalizaciones de empresas occidentales en el Oriente, a partir de los ochenta, que se asentaron bajo diversas formas de propiedad compartida, lo hicieron con una dependencia tecnológica absoluta ya que China carecía de una I+D suficiente para sustentar tamaña estructura productiva en forma autónoma. Ahora, desde Obama se da un proceso nuevo en forma ininterrumpida. El esfuerzo de EEUU de repatriación de empresas -por cierto bastante exitoso-, no implica que dichas empresas globales abandonen China o en general el sudeste asiático. Lo que sí está pasando es que dividen su capacidad, manteniendo o levantando instalaciones en ambos países. Y targets diversificados según dónde operan; obviamente con grandes mercados en ambos lados. Es la lógica y hay suficiente documentación que lo acredita[v].

Claramente China quiere expandir su comercio y extender a nivel global una infraestructura de conectividad que lo facilite. Y la verdad merecimientos no le faltan. En 50 años, de ser un país destruido, en China se ha levantado una capacidad industrial gigantesca para llegar a ser la segunda economía del mundo. Por su parte, en infraestructura, son asombroso los resultados alcanzados en una geografía endiablada; le han dado a China una experiencia que puede ser puesta en valor en cualquier lugar del mundo.

En ninguna fuente -salvo en vetustas y polvorientas bibliotecas marxistas- se dice que el potencial económico se traduce automáticamente en poder político. Sin embargo, los contenciosos de la geopolítica priman en los análisis más que los sucesos verdaderamente trascendentes. Esa visión parcial de las relaciones internacionales hace que esté instalado que el rival de EEUU es China. Es el rival a vencer o no dejar crecer.

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La globalización ingresa en su fase superior. Habrá pujas de todo tipo (menos en el plano de la tecnología ya que la usina global sigue y seguirá radicada en forma inamovible en EEUU). El motor del progreso irá siendo el tendido de una nueva infraestructura que le conferirá al planeta una conectividad en red, de trama y urdimbre, que supere las limitaciones ineludibles de los trazados de tipo radiocéntricas heredados del colonialismo. Las obras, aparte de generar millones de puestos de trabajo, agilizarán el traslado de los factores de la economía lo que irá aumentando la productividad mundial a límites desconocidos. Los contendientes son dos: la Ruta de la Seda, el emblema de la RPCh, y lo que el G7 ha denominado Build Back Better World, un programa en el que se piensa invertir hasta 2035 la friolera de 40 billones de dólares (es igual a la suma de los PBI anuales de EEUU y China). Los proyectos irán surgiendo en todo el mundo como hongos después de la lluvia. Es lo que viene.[vi]

Las obras (también de la Argentina) serán monitoreadas, no solo en cuanto a la eficacia de su realización y la utilidad global sino, principalmente, en relación al peculado. Los escándalos de Odebrecht puestos al descubierto en casi todos los países de América Latina son un adelanto parcial de ello; los juicios a los peronistas K también. En Australia el Centro de Infraestructura Global (GIH), una iniciativa del G20, obrará de panóptico para controlar más o menos abiertamente los proyectos y dar luz verde a los financiamientos.  

Salvo en cuestiones políticas, las intervenciones externas al interior de los territorios (que siempre han existido), en esta oportunidad tendrán lugar según las normas de la globalización sugeridas en las recomendaciones/compromisos de las declaraciones de las cumbres del G20, y ahora empoderados por el G7. Así, los países no-autocráticos pero también los de la oposición autocrática (Rusia, China, Irán, Turquía y hasta Cuba, etc.), expresada en términos de G, actuarán con el mismo grado de familiaridad y distinta pertinencia, según el grado de poder simbólico de cada uno de ellos en las geografías involucradas. Al final, todos los países coincidirán en cuestiones globales más de lo que sugieren los actuales entredichos mediáticos, aun con toda la agudeza que ellos muestren y la desesperanza o fastidio que generen sus cursos irracionales. No hay lugar para dilaciones en la apertura de la fase superior de la globalización. Los influjos estarán actuando según tres ejes.

Inversiones. Hay una liquidez sin antecedentes en el sistema financiero internacional. Además, los ahorristas nacionales con cuentas off shore serán conminados a la repatriación como lo anticipó el ensayo de los panamá papers y los convenios entre países para el intercambio de información bancaria. El Papa Francisco, en una comunicación a la ACDE, se refirió esta semana a los empresarios que tienen depósitos en los paraísos fiscales en lugar de destinar esos recursos a la producción.

Infraestructura y una nueva territorialización. Los proyectos sustantivos responderán a las demandas globales de conectividad más que a lo que decidan las autoridades locales para interpretar las “necesidades de la gente”.

Comercio. Una nueva fiscalidad global, sobre todo avanzando en el inconmensurable mundo de las cadenas globales de valor (GVC), que representan circa los ¾ del comercio global)[vii], irá logrando progresivamente una tributación más ecuánime según lo que corresponda a cada país y no solo a los privilegios del que ensambla al final de la cadena. En esto días se discute la inminente aplicación de una tasa global del 15% a las más grandes empresas para tributar según lo que facturan en cada país y no solo en el que tiene la fiscalidad más conveniente.

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El “big stick” viene de la época de Roosevelt, pero del tío, o sea de principios del siglo XX. No es de ahora. Ha simbolizado la política exterior estadounidense (“el garrote y la zanahoria”), sobre todo con respecto a América Latina. La frase está tomada de un proverbio del África: "habla suavemente y lleva un gran garrote, así llegarás lejos" (speak softly and carry a big stick, you will go far). Presiones e influencias sobre los países dependientes siempre existieron. A veces débiles, otras más intensas. Esto último es lo que parece venir.

Todo se acelerará y las acciones serán desembozadas. Son intervenciones externas como el artículo IV del FMI[viii] que controla las cuentas públicas, o la condiciones que pone EEUU para ayudar (decidir) en la negociación de la deuda externa argentina que, se sabe, el peronismo retarda para no verse afectado en las elecciones.

Argentina está en una situación de alto vulnerabilidad y deterioro. Cualquier indicador nos ubica en los últimos lugares de la tabla, próximos al descenso. Es la consecuencia de 80 años de decadencia. En ellos, el absoluto predominio de gobiernos militares y peronistas ha expresado, no en exclusiva y con diversos matices, el ideologismo nacionalista burgués, aislacionista, que atraviesa la sociedad argentina.

En wiki se dice que la homeostasis es “una propiedad de los organismos que consiste en su capacidad de mantener una condición interna estable compensando los cambios en su entorno mediante el intercambio regulado de materia y energía con el exterior”. Parece una definición descarnada del comportamiento de la  sociedad argentino y su expresión más depurada: el sistema político. Días pasados en una nota de Jorge Ossona se decía que estábamos condenados no al éxito sino a la inutilidad de “apostar al fin de este estado de cosas mediante estallidos sociales o alternancias electorales”. Es lo que sine die sigue perdurando. No hay una alternativa ni siquiera ideal capaz de revertir solo con el juego de los factores endógenos este tránsito irreversible hacia una decadencia totalmente estabilizada… y homeostática. Espero que en esta oportunidad el garrote sea de peluche.

 

Ing. Alberto Ford

albertoford42@yahoo.com.ar

Buenos Aires, julio de 2021

 

 

 



[i] en la cumbre celebrada en Los Cabos (México) en 2012  hubo un agradecimiento conjunto por parte del G20 a la ONU, el FMI, el GBM, la OMC, FSB, OIT, FAO y la OCDE por su participación en el proceso G20, haciendo notar que “sus informes y recomendaciones han hecho valiosas aportaciones a los debates del G20, en áreas que van desde desarrollo sustentable hasta regulación financiera”. Por el contrario, en Carbis Bay ya fue el G7 el que agradeció al “G20, la ONU y el sistema multilateral en general” o sea ubicando claramente al G20 en un escalón inferior de subordinación.

[ii] De inmediato, Merkel con la anuencia de Macron propuso un dialogo entre la UE y Rusia lo que fue rechazado por Polonia y los países bálticos. El fracaso de la iniciativa dificulta a los europeos aumentar su protagonismo y contribuye a reforzar la imagen de que Biden y Putin son los dos actores protagónicos de la geopolítica en estos días.

[iii] En Occidente se preocupan por la internación forzada de los uigures para su adoctrinamiento (una especie de servicio militar obligatorio como teníamos acá hasta la muerte del soldado Carrasco). Han llegado a llamarlo genocidio cuando en rigor no hay registrado en ningún lugar ni siquiera una muerte. No tuvieron los mismos pruritos cuando en 1972, organizada por Henry Kissinger, tuvo lugar la reunión de Richard Nixon con Mao Tse-Tung sabiendo los millones de muertos (¡se dice 70!) que había que cargar en la cuenta del líder chino. “Tenemos estos principios, si no gustan tenemos estos otros…”

[iv] noviembre de 2018 el líder chino Xi Jinping defendió la iniciativa, observando que "no está diseñada para servir a ninguna agenda geopolítica oculta, no está dirigido contra nadie y no excluye a nadie". "No es un club exclusivo cerrado a los no miembros, y tampoco es una trampa como lo han etiquetado algunas personas", ver: https://titulares.ar/la-nueva-ruta-de-la-seda-como-piedra-de-tropiezo-en-las-relaciones-entre-china-y-ee-uu-mundo/

[v] American first, el tradicional alegato que Trump repetía como un latiguillo, tuvo su correlato palmario y verificable en la práctica

con la vuelta al pago de miles de empresas que se habían ido al sudeste asiático en la búsqueda de menores costos salariales y prometedores mercados. Los EEUU buscaban recuperar así puestos de trabajo de industrias manufactureras perdidos a partir de los ochenta para regenerarlos en suelo americano (los indicadores laborales dicen que lo fueron logrando en términos más que satisfactorios).

[vi] Hay diferencias entre EEUU y Europa con respecto a la Ruta de la Seda. Para contrarrestar la expansión de la iniciativa china, la Administración estadounidense optó por reavivar sus proyectos de apoyo al desarrollo: en 2019 Trump fundó la Corporación de Financiamiento para el Desarrollo internacional (DFC). Con ese antecedente, Biden fue quien sugirió en la reunión del G7 de la semana pasada la constitución del Programa Build Back Better World (B3W), “conducido por los países democráticos para ayudar a resolver las necesidades de infraestructura de los países en desarrollo” como se dice en el inmediato comunicado del DFC de apoyo. Por su parte, Europa está firmemente comprometida en el proyecto denominado Puente Terrestre Euroasiático, sin ninguna duda la iniciativa de la Ruta de la Seda más importante y estratégica que se haya concebido. Así, una enorme masa continental, desde el Pacifico en el Lejano Oriente ruso y chino, hasta el Atlántico en Portugal, estará fluidamente comunicada en unos pocos años por trenes rápidos para carga y pasajeros, autopistas, aeródromos, puertos e internet.

[viii] Las consultas del Artículo IV forman parte de la responsabilidad de vigilancia que el Fondo tiene para con sus miembros y está reglamentada precisamente por el artículo IV de su convenio constitutivo, acordado en 1944, sobre el fin de la Segunda Guerra Mundial, en los llamados acuerdos de Bretton Woods