viernes, 30 de agosto de 2019


Asignación universal: ni muy muy ni tan tan.
Las encuestas no mienten; solo que reflejan la realidad de las muestras elegidas por quienes las pagan.


Una pauta de que la oposición a este gobierno no es cerril lo da la generalizada aceptación que tiene la asignación universal por hijo (AUH). A lo sumo se le achaca que aún no haya alcanzada el carácter de universal que proclama, pero no su propia existencia ni perduración (1). Al 2009 la AUH favorecía a 1.650.000 familias.
Como toda medida de este tipo, la AUH es un indicador de la capacidad del sistema económico, transitoria o no, de generar puestos de trabajo genuinos. Así el aumento del número de beneficiarios puede estar reflejando ambiguamente una extensión del beneficio pero al mismo tiempo la evolución real de la capacidad mencionada.
Desde un punto de vista más general, este u otro tipo de subsidios son una consecuencia del desbarajuste producido en el estado de bienestar por las políticas derivadas del Consenso de Washington a partir de los noventa.
En nuestro país, el Programa intensivo de trabajo (PIT) en los años 1993/94 fue implementado desde el ministerio de Trabajo. Luego vinieron los programas Trabajar en sus tres versiones que llegaron a constituir hasta hoy una marca registrada.
La lista no se agotó con los Trabajar; les siguieron el Servicios Comunitarios, Jefas y Jefes de Hogar (JJH), JJH productivo, Manos a la Obra, FOPAR (comedores), Familias, etc.; algunos de ellos implementados desde Trabajo y otros desde Desarrollo social (2). Más o menos conocidos hay decenas de programas sociales aunque no todos tienen la misma significación e impacto.
Con una historia de manejos clientelares de las políticas sociales, sobre todo por parte del peronismo, cuando se implementa la AUH se extiende una sensación de alivio en el universo político, académico y de los medios debido a que su carácter universal y el uso de la tarjeta magnética para cobrar el subsidio implicaban un duro golpe a los manejos discrecionales de los punteros en la elección de los beneficiarios.
Aunque la faz distributiva constituye una parte pero no toda la esencia de una política social, es innegable la importancia de inyectar liquidez en los sectores más pobres de la sociedad; ese dinero será inexorablemente destinado a aumentar el consumo y activar los circuitos marginales de la economía.
Asimismo, la AUH promueve el mejoramiento en las condiciones de la escolaridad y la asistencia sanitaria. Eso ha sido corroborado por una encuesta que realizaron seis universidades argentinas sobre una muestra de 1200 entrevistas (de ellas 345 a beneficiarios) en 28 localidades de siete provincias.
Ahora bien, ¿qué es una política social? ¿La AUH adquiere el carácter de tal?


Un abordaje no simple


Sin duda, una política social en las condiciones de la globalización, con procesos de profunda recomposición ecosistémica como los que se están viendo en estos días en Europa, no puede ser organizada de igual manera y concebida con los mismos fundamentos que inspiraban la labor de las damas de beneficencia hace 100 años, momento en el que legiones de inmigrantes llenos de esperanzas y empuje pero también de privaciones buscaban insertarse en la naciente sociedad argentina.
Hoy los beneficiarios son millones de familias desamparadas que han sido expulsadas del sistema y otras a las que se les cerraron todas las puertas de admisión. Entonces, el primer cometido de una política social es la (re)inclusión social.
A esa nave insignia de las prioridades, le siguen unos cuantos objetivos específicos y la materialización de una serie de externalidades (consecuencias) que deberían dar como resultado la correcta aplicación de una política social, como se puede ver ya hoy en la Europa comunitaria. Entre ellos:
  • Capacitación. Los paradigmas productivos emergentes has provocado un cambio en las competencias laborales. Las nuevas competencias deben ser administradas por el Estado y adquiridas con premura por la fuerza del trabajo.
  • Asistencia social. A esos niveles sociales el Estado debe llegar con una oferta educativa y sanitaria adecuada para frenar la decadencia y aumentar las opciones de progreso del entorno familiar.
  • Prestación. El beneficiario debe sentirse útil (o no tan inútil) para la sociedad. Cualquier persona ve con legítimo orgullo el fruto de una obra suya y ello contribuye a aumentar su autoestima un bien tan escaso como necesario en el ámbito de los más pobres. Los medios deben dejar por un tiempo el canibalismo crítico y ponerse en positivo; vale lo mismo para el sistema político.
  • Sociabilidad. Es fundamental la construcción de la imagen de los adultos ante su familia. No es lo mismo salir con el bolsito a hacer algo que permanecer en el hogar mascullando la frustración. El ejemplo ante los hijos. Los climas proclives a la promiscuidad. Dicho en otras palabras: es preferible que tome mate con otros beneficiarios en las plazas y calles para que este ritual tan vituperado actúe como ámbito de contención y comunicación.
  • Capital social. Aunque sea difícil medirlo, la existencia o no de un programa social de re(inclusión) tiene que ver con la variación del capital social. Este tipo de indicadores todavía no son de uso corriente en la evaluación de la gestión aunque es dable conjeturar la importancia que adquieren hay el deterioro de variables referidas a la solidaridad, la construcción de la confianza, la alteridad así como el uso individual y familiar de las oportunidades surgidas de la colaboración social, la capacidad de llevar a cabo la acción colectiva, la construcción de redes y el respeto a la normativa.
  • Liquidez. Lo hemos dicho: un programa social tiene la función redistributiva de insertar liquidez en los circuitos marginales del consumo más elemental, los de la subsistencia.
  • Obra pública. Hay una cantidad de tareas de mantenimiento urbano que los presupuestos municipales no están en condiciones de abordar. Hay buenos ejemplos a mano que demuestran de que es posible una labor eficaz de los beneficiarios en este sentido.
  • Capacidad de gestión local. Administrar un programa social de (re)inclusión no es tarea fácil ni se lo puede hacer por control remoto. A un nivel de gestión en el que el contacto con los beneficiarios es directo, se han producido avances en el aumento de las capacidades para administrar estos programas, sobre todo a partir de las enormes dificultades que costó a fines de los noventa el cumplimiento de la farragosa normativa de los Trabajar impuesta a capa y espada por el Banco Mundial.
  • Seguridad. Una variable que pega fuerte entre la gente pobre aunque no tenga tanta prensa. El deterioro de las condiciones de vida en las barriadas y villas ha llegado a un punto en el que se ha perdido el respeto a códigos de convivencia que no se hubieran transgredido en el pasado. Las redes informales y la ocupación de las veredas por las familias son factores que marcan la diferencia entre ámbitos solidarios y no man’s land.
  • Unidad ejecutora. En el estado argentino hay capacidades probadas para la administración de este tipo programas de re(inclusión), sobre todo en el ámbito del ministerio de Trabajo que fue adquiriendo una experiencia temprana en los noventa. Lamentablemente, la actual gestión ha tendido literalmente a sacarse de encima el cometido a partir de la tendencia laboralista que ha adoptado. Eso puede cambiar en el momento preciso para poner lo más apto de lo que disponemos en esta que es la principal tarea que tiene por delante la sociedad argentina para dejar de ser emergente por usar un eufemismo.


Considerable distancia


Ver lo que se está haciendo en materia de (re)inclusión social, es comprobar que no hay una correspondencia con lo que estamos contribuyendo a sistematizar y de hecho proponiendo como forma de avanzar en pos de una gestión compleja.
De estas 10 variables que hemos recopilado con referencia a este tipo de programas, la AUH cumple con unas pocas. La ANSES no tiene la capacidad de transformarse en una unidad ejecutora porque no dispone de experiencia que la habilite ni la formación y predisposición necesaria para zambullirse en estas aguas profundas.
Desde el discurso oficial solo se tienen en cuenta algunos resultados para evaluar el impacto de la AUH. Cuando el ministro presentó los números de la encuesta realizada por las universidades dio a conocer algunos hechos como los de reincorporación efectiva y el aumento del presentismo de chicos a la escuela. En los sectores más pobres (salvo hogares desquiciados que no siempre están ahí) hay una fuerte predisposición a la escolaridad y no como se suele presumir la idea de que las escuelas obran de guardería para poder salir a trabajar aunque en los hechos ocurra eso (3).
Días pasado una nota reflejó off de record la preocupación de un encumbrado funcionario por la magnitud y la dudosa sustentabilidad de la escalada del gasto social. Con referencia los subsidios afirmó que se le ha cambiado la vida al habitante del conurbano, se le ha dado “un presente… una esperanza de futuro… la posibilidad de comer cada tanto una tira de asado… Fútbol para todos…viajar a la ciudad para concurrir a su trabajo… ahora la discusión es como salimos de esto” (4)
Es cierto que en las actuales condiciones la AUH no solo no se puede achicar sino que se debe extender su beneficio hasta hacerlo verdaderamente universal. Pero requiere un golpe de timón que se hace dificultoso en el marco de una concepción de la política social que no se condice con las demandas de la globalización de aumentar el número de consumidores no condenados a vivir en la subsistencia.
En más de una oportunidad la presidenta ha valorado como un factor de progreso el uso del ladrillo para construir las chabolas de la Villa 31 a diferencia del pasado en que eran de chapa y cartón. Y su punto de vista tiene lógica; ahí tiene los votos; es la base del populismo. No se puede cortar la rama de cuajo cuando se está sentado encima.
La AUH no es un alivio aunque obre de tal; es una herramienta que el estado pone en manos de la familia beneficiaria para que amplíen su capacidad de aprovechar opciones de progreso. Y esto se llama: vivir en un lugar que les refuerce no que les diluya su identidad, cerca de donde tienen sus ancestros, con vivienda moderna, salud, educación y seguridad suficientes. Y un trabajo decente que les permita ganar el sustento dignamente.


Ing. Alberto Ford
La Plata, 12 de noviembre de 2011






























1 La única nota discordante la dio el candidato estrella en las últimas primarias de Santa Fe, el cómico Miguel del Sel, quien afirmó que como consecuencia de la AUH había aumentado el número de embarazos adolescentes. Nadie se murió de risa.
2 Algunas provincias implementaron los suyos.
3 Hay más ausencias debido a huelgas de docentes que por desidia de los padres. Conmueve ver en los duros días de invierno a los chicos muertos de frío en el carrito cartonero acompañando al padre o la madre porque cuando la escuela está cerrada no tienen donde dejarlos para evitar que los violen.
4 Majul, Luis, La Nación, 10/11/11


¿Sustitución de importaciones?


Si el modo de industrialización que conviene a nuestro país fuera plebiscitado, la sustitución de importaciones (SI) ganaría por afano: es el sueño de los empresarios que buscan crecer bajo el paraguas protector del estado y está instalada en el imaginario popular como una importante fuente de trabajo. No es poco. Sin embargo, la SI es un componente insoslayable de la decadencia que desde hace ochenta años venimos sufriendo los argentinos. Cabe preguntar, ¿es bueno o es malo cerrar las fronteras nacionales para proteger todo lo que la iniciativa privada decida fabricar?

En el último tiempo la Presidenta ha proclamado más de una vez que la SI es un escenario deseado. Esa política -que necesita del favor estatal- es coincidente con el rumbo que tomará el “modelo” según se desprende de la solicitud para que los empresarios importen menos e inviertan más. Estos a su vez han manifestado su coincidencia con los deseos presidenciales. Por tomar un caso, en presencia del presidente de la UIA, el industrial que dirige la cámara productores de calzado informó en una asamblea del sector que "tenemos un plan de acción… el control de las importaciones"
A favor y en contra

Al igual que el dulce de leche la SI muestra en el orillo la marca argentina. Fue el economista Raúl Prebisch, nacido en Tucumán, uno de sus impulsores al que luego siguieron otros distinguidos pensadores como los brasileños Furtado, Cardozo y dos Santos, y el chileno Faletto. El origen conceptual de la SI es la teoría de la dependencia por la cual los países ricos explotan a los pobres dando como resultado un desequilibrio en las relaciones económicas internacionales. Esta anomalía se explica en que una región productora de bienes primarios sufre un deterioro en los términos de intercambio con relación al mayor nivel tecnológico y capacidad de agregado de valor de los países ricos. La imagen de centro-periferia con que Prebisch encuadró sus investigaciones hizo posible instalar el debate en la intelectualidad latinoamericana.

De la SI se pueden citar tres características:

  • subsidios a la política industrial
  • barreras a la importación por medio de aranceles (proteccionismo).
  • tipo de cambio alto.

En nuestro país la SI tuvo luces y sombras. Un balance preliminar de los atributos muestra como en todo características que son rescatables y otras que no lo son. Entre las primeras se destacan nítidamente ciertas formas de la actividad económica que se dieron por primera vez en nuestro país.

En primer lugar, se registró un aumento considerable del empleo y se fueron desarrollando un conjunto de normativas que mejoraron la protección de los trabajadores. Eso fue claramente visible en la primera gestión peronista, que produjo un cambio notable en la vida de los trabajadores con relación a las condiciones de explotación en muchos casos feudales que imperaban en los lugares del interior. En cuanto a los términos de intercambio, que era el motivo principal para la instauración del modelo de SI, se verificó una mejora sustancial. La Argentina comenzó a transitar un camino un tanto diferente del que venía recorriendo en materia de comercio exterior por el cual vendía a precio vil y compraba a precio de oro (el espejismo que a veces se verifica en la ponderación de las reales condiciones de la economía existentes hasta ese momento, se debe a que se producía tanto, y tanto lo que se exportaba, que era muy grande el ingreso de los productores, sobre todo los medianos y grandes beneficiarios del modelo agroexportador). En suma, fue menor la dependencia de los mercados externos (ahora sería motivo de una consideración algo diferente). La creación de pymes fue otro de los beneficios para hacer más denso y complejo el tejido industrial. Ese rasgo del desarrollo productivo ahora se ha atenuado o ha cambiado sus características; pero hace no más de medio siglo, en el gran Buenos Aires -que no había alcanzado el deterioro actual aunque ya iba en camino de estarlo- era común que cada garaje de las casas bajas que florecían en los barrios, estuviera ocupado por una pequeña empresa de carácter familiar. Ese raudo ingreso en el mundo de la producción industrial, trajo aparejado la mejora de las que ya se traían y el aprendizaje de nuevas competencias en trabajadores que provenían en muchos casos del medio rural. En el ámbito de la economía local también se desarrollaron fuertemente el sector de los servicios, desde los que llevaban la contabilidad de los emprendimientos, confeccionaban el packaging e imprimían los folletos, hasta los que se encargaban del mantenimiento de la maquinaria y la venta de herramientas y accesorios. Cantidad de negocios de los ramos respectivos aparecieron en los pueblos y en las grandes ciudades. Se buscó fortalecer la clase media para dar dinamismo al mercado interno aunque este no siempre llegó a tener una economía de escala.

Al mismo tiempo, se evidenciaron problemas. El principal de ellos -ya lo hemos visto en otro trabajoi- fue la profundización de los desequilibrios territoriales y las migraciones atraídas por la apertura de fuentes de trabajo en la región metropolitana que con el tiempo dieron lugar a la crisis actual del conurbano bonaerense. En el sector externo se produjo un desajuste a causa de las debilidades de la política exportadora: 1) los saldos comerciales comenzaron a ser negativos, 2) muchas exportaciones seguían siendo primarias, 3) no faltaron los empresarios irresponsables que intentaron manejarse en el comercio internacional con normas que en el mercado interno eran más permisivas (hubo casos de envíos de miel a granel con adoquines dentro de los tambores para aumentar el peso), 4) el control estatal de las exportaciones trajo aparejado prebendas y favoritismos, 5) el modelo necesitaba importar bienes de capital para alimentar la maquinaria productiva, pero no disponía de las divisas necesarias sin recurrir a la vía del endeudamiento, 6) la deuda externa comenzó su escalada. En ese contexto, fue un clásico la exacción a la actividad agropecuaria, que a lo largo de la historia ha financiado, con su mayor productividad y menor poder de lobby, los experimentos en materia de política industrial que se han dado en nuestro país.

Los ciclos de crecimiento y retroceso que se sucedían dieron lugar a una persistente inestabilidad de la economía: 1) se instaló la inflación como un hecho corriente que en algunos casos desembocó en hiperinflación, 2) las devaluaciones actuaban como un mecanismo perverso de distribución de la riqueza e impulsaba el consumismo ilusorio, 3) no se fomentaba el ahorro ni tampoco la inversión, 4) las industrias que nacieron con el modelo no fueron capaces de afrontar sus gastos en el mediano plazo; se transformaron en industrias que dependían de las divisas, pero no las generaban, 5) la fuga de capitales fue una constante. El estado se volvió el gran protector de la nueva industria a través de subsidios asignados arbitrariamente y que llegaron a favorecer la formación de monopolios. El mismo proceso degenerativo alcanzó a varias filiales de empresas extranjeras y locales que habían sido nacionalizadas (son legión los incobrables del viejo BANADE).

En un momento en el que despuntaba la revolución científica y tecnológica que dio lugar a la globalización, el hecho de que la Argentina se replegara sobre sí misma no podía de dejar de tener influencia sobre la innovación. El crecimiento de la actividad empresarial estuvo acompañado en muchos casos por la ineficiencia: no había competencia internacional y más de uno se creía Gardel. Los precios de los bienes manufacturados eran altos sin que su calidad lo justificara. Hubo casos en que por los setenta se entregaban los coches sin las manijas para levantar los vidrios. Se estaba implantando una productividad media-baja. Los procesos de fabricación en general eran contaminantes. En el caso de la fábrica de aluminio instalada en el sur para sustituir la importación de ese vital elemento, se recurría íntegramente a materias primas que en algunos casos venían de la parte de abajo del mundo y se tuvo que hacer una central hidroeléctrica de gran tamaño para alimentarla a ella sola. La obsolescencia fue protegida. Tuvimos que tolerar el Winco y el Falcon más allá de la cuenta según las condiciones de competencia imperantes afuera con relación a objetos de ese tipo (aunque a no pocos aún nos siguen produciendo nostalgia).

Cuando las condiciones del mercado internacional cambiaron en los años 80 -la llamada “década perdida” en la región- la deuda aumentó considerablemente y las altas tasas de interés del mercado financiero internacional propiciaron la fuga de capitales. En estas circunstancias el modelo de SI entra en crisis terminal, la producción pierde competitividad, se verifica un déficit en la balanza comercial, el producto bruto interno desciende y los niveles de pobreza aumentan. La corrupción imperante en medios empresarios y sindicales había crecido a límites alarmantes como ocurre en todos los casos en que un modelo entre en su fase final y se impone el sálvese quien pueda. Se abre camino el neoliberalismo del Consenso de Washington.

La sustitución de importaciones hoy

Hay dos figuran que representan el revival, la Presidenta y el presidente de la UIA. En las últimas semanas diversas referencias a la SI los han involucrado. Una de ellas, que tuvo lugar en Tecnópolis con motivo del Día de la industria, adoptó la forma de un cruce de gentilezas. Dijo la Presidenta con respecto al discurso de De Mendigurenii: "Es la primera vez que no tengo que responder lo que se dijo" con lo que reconoció, aliviada, al titular de la UIA quien acababa de decir que “de consolidar el rumbo, Argentina va a duplicar su producto per cápita".

Los ejemplos de SI que han estado últimamente en el tapete son teléfonos celulares, computadoras, vehículos, etc. En esos los casos, se trata de ensamblajes hechos en el país con la mayoría o la totalidad de las partes venidas desde afueraiii.

Con respecto al armado de teléfonos en Tierra del Fuego, “el proceso que se usa para abastecer de celulares al mercado local es idéntico al que se aplica en Brasil, México, Hungría, Vietnam o Corea, con los mismos componentes y el mismo proceso de producción. Casi todo el hardware se fabrica en China, Japón o Corea del Sur”. Esa zona exclusiva nació en 1972 con una consideración geopolítica de poblar la isla, aunque los resultados distan de ser los mejores. Prácticamente no existe ningún tipo de adaptación por parte de los trabajadores migrantes provenientes la mayoría de ellas del centro y norte del país cuya identificación con el medio es débil y los productos no se nutren de insumos locales o procesos productivos con algún componente autóctono. El sistema en su conjunto depende de políticas promocionales del gobierno central que condicionan la permanencia del trabajador. Es difícil que esta provisoriedad promueva el desarrollo local o el arraigo de los beneficiarios. El caso del ensamblado de computadoras es similar y hasta cierto punto también lo es el de vehículos.

La política de fabricar de todo no se condice con las condiciones actuales de creciente apertura de las economías que hace que instalarse y permanecer en los mercados globales requiera de una creciente especialización que ningún país está en condiciones de alcanzar en todos los rubros de producción. Esa posibilidad se daba en otras épocas, con economías más cerradas. A ese enfoque aportaban ideologías que como causa y consecuencia fueron parte de nuestra burguesía prebendaría, y también principios de la soberanía nacional de predominante influencia militar.

Ese sistema doctrinario, que se fue configurando a lo largo del siglo XX, sobre todo en su primera mitad, tuvo y tiene una gran influencia en el imaginario ideológico de partidos políticos y en movimientos sociales. Recién en la segunda mitad del siglo, sobre todo con la política de Martínez de Hoz y Cavallo, se comenzó a poner en tela de juicio a ese sistema con la apertura compulsiva de la economía. La situación actual es ambigua en ese sentido. Hay sectores que ya no dependen de las protecciones estatales y están instalados en el mercado global y otros que ligan su suerte a los favores arancelarios que les puedan prodigar las distintas administraciones.

Sofisticación de exportaciones

Debe ser acordado un plan estratégico donde se precise qué sectores promover. Ese proceso tomará el tiempo que sea necesario, y la convocatoria debe ser lo suficientemente amplia como para que nadie que tenga la intención de hacerlo deje de manifestar su parecer. Argentina dispone de todas las posibilidades –más en las condiciones presentes donde nos favorece como se dice un “viento de cola”- de ingresar en el mercado global por medio de industrias que le agreguen creciente valor a nuestros insumos, en particular los que vienen tanto de la pampa como de las producciones regionales.

Por tomar un sector, el de los alimentos, sin duda, la principal demanda del mundo globalizado por lo menos por las próximas décadas. El proceso de inclusión social, la salida de la pobreza, y el crecimiento de la clase media, que ya está dando resultados para el asombro sobre todo por los logros de los países más numerosos como la India, Brasil y China, tiene como principal (no único) indicador, el consumo de proteínas animales provenientes de los vegetales. Esto indica que por mucho tiempo habrá mercado para la soja. Por supuesto que los orientales no se contentarán solo con comer arroz con pollo: las demandas de creciente sofisticación de sus mujeres como parte del ascenso social hace que empresas como Prada –la elegante casa de Milán dedicada a moda- esté abriendo decenas de locales en China (lo que da que pensar sobre la velocidad de los cambios y los patrones de industrialización que debe explorar la Argentina). Brasil ya integra su clase media con cien millones de ciudadanos.

El campo no solo da alimentos. También se lo puede vincular con los recursos humanos, la producción de maquinaria agrícola, los servicios de crecimiento acelerado al agro, la ganadería y la agroindustria, los saberes acumulados con relación a los métodos productivos y las pautas organizacionales, la investigación C&T, la historia y el prestigio. El campo argentino debe ser un gigantesco laboratorio de experimentación y poner en valor la experiencia acumulada. Hay muchos otros sectores donde nuestro país dispone de ventajas comparativas que pueden ser transformadas en competitivas por medio de una política que no se contente solo con el crecimiento. La Argentina debe recrear un sistema industrial innovativo de geometría variable, cerca de las fuentes de materias primas, poderoso y equilibrado por lo distribuido en el territorio, que se pueda desenvolver en cualquier escenario, instalarse responsablemente y permanecer. Una Argentina global y sustentable.

Que la Argentina integre el G20 significa pertenecer a un espacio de consenso de índole política donde se establecen las grandes líneas que están rigiendo la globalización; basta para corroborarlo con leer las declaraciones de las 5 cumbres habidas luego de desatada la crisis de 2008. Es una posición de privilegio (España no integra el G20 a pesar del tamaño de su economía por carecer de la potencialidad estratégica que sí posee la Argentina referida sobre todo a alimentos y energía). Esa calificación que le fue reconocido a nuestro país a fines de los noventa no será modificada lo cual no habilita para actuar irresponsablemente. El G20 se manifiesta, nosotros hemos puesto la firma, en contra del proteccionismo, y ese acuerdo no se puede desconocer sin pagar los costos que acarrea el no cumplimiento de compromisos internacionales adoptados solemnemente.


Ing. Alberto Ford



La Plata, octubre de 2011



i Ver Cavallari, Juan José, Ford Alberto, “El enfoque territorial en la Argentina”, 2011, http://juanjocavallari.blogspot.com/
iiJosé Ignacio de Mendiguren es un hombre de negocios dotado de un talento singular; es además referente indiscutido por estos días de los empresarios nacionales. Su papel es equiparable al que representó José Ber Gelbard en la tercera presidencia de Perón. Fue el creador de Coniglio, un emprendimiento de ropa infantil que podía competir airosamente en el mercado global sin necesidad de protección. El emprendimiento se basaba en una concepción integral. El diseño original, la confección façon de las prendas que creaba abundantes puestos de trabajo, la comercialización franquiciada, una política de comunicación vigorosa, la belleza de las prendas, el posicionamiento de la marca y el prestigio ganado, son algunas de las características que le permitieron a Coniglio ocupar una franja importante del mercado de ropa infantil. Hasta que apareció un fondo de inversiones, el Exxel Group, que con sus dólares compró el negocio a partir de lo cual comienza su paulatina declinación. De Mendiguren continuó con la fabricación de alpargatas con suela de goma, un emprendimiento de baja complejidad, mecanizado, sin una gran demanda de puestos de trabajo -condenado a una segura derrota frente a una competencia franca de los brasileros o los chinos - con el cual había iniciado su carrera empresaria en los setenta. La venta de Coniglio fue irreprochable desde la lógica económica, un negocio redondo, pero no puedo dejar de pensar en la responsabilidad social empresaria… la conducta contradictoria del empresario es como una metáfora del ser nacional. ¿Cuál es el verdadero de Mendiguren?
iii En otro trabajo hicimos referencia a la fabricación de calzado deportivo en una ciudad de la pampa húmeda poniendo de relieve el hecho de utilizar insumos ajenos al medio y los desequilibrios que plantea en el mercado laboral local la desmesura de los emprendimiento (ver Cavallari, cit.)



Creer en algunas cosas para poder verlas

Un amigo no pudo votar en las presidenciales de 2007 ni en las primarias del domingo. Aduce que en ambas oportunidades fue tres veces a la mesa de votación y se encontró con el mismo escenario: colas tan largas como lentas a partir del mediodía. Su problema de cadera le impide estar mucho tiempo parado y a pesar de los reiterados intentos finalmente no pudo ejercer su derecho al voto.

Como les sucede a muchas otras personas con dificultades de locomoción, mi amigo es muy desconfiado. Se le ha metido en la cabeza que las irregularidades detectadas en las elecciones del domingo (de las cuales solo se han evidenciado unos pocos cientos de casos) determinaron que el oficialismo sacara mucho más de lo que se esperaba al punto de que el resultado apareciera como una “paliza”.

Su sospecha se compone de 4 supuestos: 1) hubo fraude, 2) hay que poner la lupa en el 10% que separa lo que logró el oficialismo de lo que daban unánimemente las encuestas, 3) es poco creíble que millones de personas en 15 días den un vuelco copernicano en sus preferencias, 4) se puede saber cómo hacer el fraude pero no demostrar que se hizo.

Yo ya me la veía venir porque lo conozco y sé que en estos casos es difícil hacerlo salir de sus trece. Igual, con el deseo de disuadirlo de sus sospechas y persuadirlo sobre la irreversibilidad de los resultados, hice una recopilación de las frases más convincentes que había leído en las columnas de los diarios. Fue un empeño vano. El intento terminó siendo uno más de esos diálogos de sordos tan comunes a nuestra forma de ser. Igual es útil reproducirlo por si sirve para octubre.

  • Las anomalías registradas en todo el país aumentan con los días. No a tal punto que puedan cambiar las tendencias, pero si demostrar que las diferencias no fueron tan grandes como mostraron los resultados, me dijo mi amigo.
  • las denuncias de fraude insinúan otro problema -le respondí iniciando el diálogo- pueden ser una excusa para que la oposición se sienta relevada de indagar en las razones del consenso que rodea a Cristina Kirchner”
  • Fijate cómo han sido falsificados los telegramas de los escrutinios. La jueza federal María Servini de Cubría ordenó abrir una urna y luego del conteo de las 276 boletas comprobó que las de Alfonsín sumaban 22 pero no estaban asentadas en el telegrama. En las provincias de Buenos Aires, Santiago del Estero, Tucumán, Chaco y Formosa, entre otras, aparecieron telegramas y actas de votación sospechosos.
  • hay que inclinarse con respecto ante la voz del ciudadano… el pueblo habló y su palabra fue contundente… ningún líder opositor le habló de la economía, más allá de algunas frases demasiado vagas para ser creíbles, a esa sociedad que requería serias garantías para dar un salto”
  • Se han registrado casos de persecución a los fiscales de la oposición. En Merlo, Othacehé los metió a todos presos con el pretexto de que no eran del distrito; desde La Plata el juez Blanco tuvo que ordenar la inmediata libertad de los detenidos pero las mesas ya habían sido abiertas. El intendente de La Banda, Héctor “Chabay” Ruiz, apuntó contra el gobernador, Gerardo Zamora, un aliado K. “El día de la elección metieron presos a nuestros fiscales”, sostuvo Ruiz.
  • fueron los candidatos presidenciales opositores los que se mostraron incapaces de construir un discurso atractivo y confiable” “La oposición tuvo una actitud miserable. Todos quieren ser presidente en 10 minutos”
  • El caso más patético fue la falta de tinta china para las almohadillas que se registró en varios lugares del país lo que impedía sellar los DNI. Una diputada se hizo eco del faltante y advirtió por Twitter: "Se secaron las almohadillas! Sin tinta". En la provincia de Corrientes la Secretaría Electoral habilitó a las autoridades de mesa a utilizar tinta apócrifa y colocar la palabra "votó" en forma manuscrita sobre los documentos, como una solución expeditiva al inesperado problema.
  • en el kirchnerismo no ganaron por Sergio Schoklender o por el INADI, sino que ganaron por sus aciertos… en octubre va a sacar más de lo que sacaron hoy, probablemente algunos puntos más… Si el ballotage fuera entre Cristina y Duhalde... ¿a quién votás?”
  • ¿y qué me decís de lo que hicieron con los paraguayos? En Misiones las denuncias los salpican. El esquema de fraude electoral incluye la utilización de documentación falsa, compra de votos y la famosa “calesita”. Básicamente, el fraude funciona de la siguiente manera: cada paraguayo que vota recibe entre 100 a 150 pesos por voto (de 171.500 a 257.250 guaraníes al cambio). También el “pasero” que haga llegar a territorio argentino a los paraguayos recibe 100 pesos por cada persona que lleve para la votación.
    Los paraguayos votan con DNI que se les entrega sin foto. Cada connacional recibe alrededor de cinco DNI… recientemente, El Territorio de Posadas denunció que el Registro de las Personas tiene en su poder 31.000 documentos nacionales de identidad, a los que solo basta agregarles una fotografía.
  • el gobierno sabe ir hacia donde quiere, mientras que los opositores dicen querer ir hacia donde no saben hacerlo… hubo y hay diversidad de voces que dicen, ante todo, de la dificultad que tienen para escucharse unas a otras…”
  • El caso de los bolivianos es de otro tipo. Un diplomático argentino comentó en Cochabamba, Bolivia, que el 90% de los bolivianos legales e ilegales que están ahora en la Argentina, pasaron por su oficina para que se les preparase la documentación a fin de nacionalizarse. Paralelamente en una reunión diplomática en nuestro país, reconocieron que en la primera mitad de este año habían ingresado bolivianos por la frontera de Salta y Jujuy para sacar el DNI y votar en las elecciones del 2011...por supuesto a cambio de algunos planes, viviendas… sus esposas y otras mujeres embarazadas cruzaron también la misma frontera para dar a luz a sus bebes obteniendo de esa manera la ciudadanía para poder cobrar inmediatamente la asignación universal por hijo....
  • fueron los candidatos presidenciales opositores los que se mostraron incapaces de construir un discurso atractivo y confiable… si se hubieran unido todos, igualmente Cristina habría vencido”
  • El problema es que un fraude no se puede demostrar –a los sumo sospechar- partiendo de casos aislados, aunque sean muchas las irregularidades descubiertas como ha ocurrido esta vez. A medida que pasen los días las irregularidades se irán travistiendo en errores y la oposición terminará clamando en el desierto. Eso no quiere decir que no se pueda imaginar cómo se puede hacer fraude aunque para ello hay que ingresar al terreno de lo conjetural. Así, las argucias detectadas pueden formar de parte de una operación de esa envergadura a partir de una logística que en este caso solo estuvo al alcance del oficialismo.
  • El aluvión de consumo, la mejora del salario, la asignación universal por hijo, el discurso de la inclusión y los derechos humanos, la mejora y ampliación de las jubilaciones, el crecimiento de la economía y la producción, la apelación a la participación de los jóvenes, fueron cuestiones que pesaron de modo más homogéneo sobre medio país que la alta inflación, la inseguridad, la persistencia de altos índices de trabajo en negro, el ahogo y persecución sobre determinados sectores productivos, la corrupción que incluso salpica a organismos de derechos humanos, la creciente proporción de jóvenes que no estudian ni trabajan”
  • ¿Cuánto fue la diferencia en votos entre el 40% que se le pronosticaba al oficialismo y el 50% que finalmente terminó sacando? Fueron dos millones de votos. ¿Sabés cuantos suman los que no votaron?”: siete millones de votantes. No es imposible operar sobre una parte de esos siete millones impidiendo el voto de por lo menos dos millones que de haberlo hecho en contra de la presidenta hubieran licuado la diferencia entre 40% y 50%. Eso sí se puede hacer y es fácil de explicar cómo… aunque admito no es fácil concebirlo por la escala a la que se realiza la intervención.
  • el discurso oficial se vuelve convincente para muchos: el kirchnerismo ha edificado un modelo del que las economías avanzadas deberían tomar lecciones... Cristina Kirchner tiene rivales pero no está amenazada por ninguna alternativa. Ella proyectó una imagen de energía… se rodeó de un escudo protector juvenil”
  • Se puede prever que el comportamiento de cada mesa porque hace años que están constituidas por los mismos votantes y es posible anticipar sus conductas como por ejemplo en dos cosas: 1) lo relacionado con la hora de asistencia a votar según determinados perfiles y 2) la probable elección frente a las distintas variantes de la oferta electoral que se da en cada turno. De las 88.000 mesas que hay en el país, digamos que una parte menor tienen el voto definido mayoritariamente a favor de la oposición o el oficialismo. En el primer caso, dificultás la votación con las distintas artimañas que se van conociendo; a las segundas las dejás en paz. Ahora veamos cómo se puede operar sobre las mesas restantes.

A esa altura ya los argumentos convincentes se me estaban acabando y el relato de mi amigo comenzaba a intrigarme. ¿Adónde se proponía llegar con sus razonamientos?

  • Supongamos que en esas mesas hay una proporción de votos en sintonía con lo que dicen las encuestas: 40% oficialista, 60 % el resto. Pues bien, lo que se puede hacer es lo siguiente: en cada una de esas mesas garantizar los votos al oficialismo e impedir el voto de por lo menos una cantidad de votos opositores. Básicamente, depende del puntero que opera de la siguiente manera: 1) garantiza que sus votantes vayan temprano. Inmediatamente de votar cada uno de ellos va a rendir cuentas al puntero y recibir el choripán o plata según corresponda en los casos en que hay voto cadena. 2) cuando ya tiene garantizado el porcentaje de supremacía que se asigna en cada mesa, comienzan a provocarse las dificultades en cada mesa para retrasar y desalentar la gente que aún no ha votado entre los que estarán mayoritariamente los votos no oficialistas que en esas mesas son en promedio el 60%. Ahí es donde se presentan las largas colas y con esa maniobra realizada en cada mesa, se opera sobre los pequeños porcentajes que sumados a lo largo de las 50.000 mesas que están intervenidas, dan la diferencia entre el 40% y el 50% que dio la sensación de aplastante al triunfo del oficialismo.
  • ¿Cómo garantizás que una estrategia de ese tipo pueda ser aplicada por miles de punteros y fiscales?
  • Hay que tener en cuenta que se dio un abordaje distinto con respecto a las primarias comparando oficialistas y opositores, en desmedro de estos últimos que cuentan con el radicalismo como la única fuerza que puede oponer al oficialismo una estructura simétrica de abarcadura territorial; empero, el radicalismo no mostro una motivación fuerte debido a las controversias en torno a la candidatura de Alfonsín y el acuerdo con De Narváez. Por el contrario, el oficialismo fue la única fuerza que contó con la estructura suficiente como para atender la votación con los fiscales y los punteros operando desde afuera en cada mesa. Las pequeñas ventajas que se consiguen en las decenas de miles de mesas por la ley de los grandes números hacen la diferencia de los dos millones de votos (solo un 25% de los que no votamos) que separan la “paliza” que terminó siendo el resultado de los pronosticado. Como se ve la ejecución de la estrategia no se hace con herramientas distintas a lo que dicta la experiencia. Lo que cambia es la planificación de la estrategia. Pero una operación de esa envergadura solo se puede planificar por medio de un modelo matemático de circulación electoral de altísima complejidad y contar con la posibilidad de hacer las simulaciones que sean necesarias. De ahí emerge un modelo operativo del que se desprenden consignas de fácil realización en todas las mesas objeto del operativo a cargo de los fiscales y punteros involucrados en la maniobra. El oficialismo ha actuado solo sobre la totalidad del sistema; los casos de irregularidades descubiertas sólo sirven para alimentar una sospecha y agitar el tema, que es necesario, pero no alcanzan para demostrar un fraude. Se está poniendo la lupa sobre las anomalías que muestran los resultado; el fraude ya estaba consumado cuando se abrieron las urnas luego de cerrar los comicios. La actuación según un modelo a gran escala no se puede deducir por el comportamiento de sus partes; son dos lógicas relacionadas pero distintas, como los niveles de la teoría cuántica. Es como querer explicar el funcionamiento de un hormiguero analizando la conducta de algunas hormigas”

La comparación me incomodó pero él ni se dio cuenta…

  • La existencia de la otra diferencia, la verdadera, la que va del 40% al 12%, no fue obra del oficialismo; fue la oposición la que hizo lo necesario para dispersar su voto. Ahora bien, si una gran parte de las anomalías que están saliendo a luz se debe a la manipulación de las boletas, ¿por qué la oposición, aprovechando su mayoría en el Congreso, no aprueba una modificación en el reglamento de los comicios para el uso de la boleta única que ha sido ya probada en las elecciones de Santa Fe? Es cierto que la boleta única no resuelve lo del voto cadena, la borocotización de fiscales, los que son puestos por el oficialismo como si fueran de la oposición, la detención de los mismos a la hora de abrir las mesas, la provisión de tinta para las almohadillas, la falta de autoridades de mesa o los agentes del oficialismo que adoptan el rol de tales, la adulteración de los resultados, los telegramas apócrifos, la participación ilegal de bolivianos y paraguayos, etc., . Pero convengamos en que todas esas triquiñuelas y argucias pueden atenuarse y hasta controlarse si la oposición que tiene la experiencia suficiente para ello se pone las pilas y actúa de consuno.

Me hizo dudar el hecho de que la presidenta se había referido por la cadena nacional a la importancia de hacer más vistosas las boletas con la introducción del color y la foto de los candidatos. Igual no supe qué decirle.

Ing. Alberto Ford

Ringuelet, agosto de 2011


Rebrotes de la crisis global

Una retahíla de conflictos sociales y políticos se sucede en distintas partes del mundo. Parte de ellos se desarrollan en el mundo árabe cuestionando formas autoritarias de gobierno. Otros afectan a países de Occidente, principalmente europeos (aunque también la India, Israel y Latinoamérica se han visto afectados, en este último caso con la lucha de los estudiantes chilenos y las ocupaciones jujeñas en nuestro país). EEUU jugó su propio partido: la confrontación entre republicanos y demócratas alrededor de una distinta concepción del estado, tuvo en vilo al mundo ante la eventualidad de un default que afectara la arquitectura financiera global.

No se advierte el hilo que une a todos estos episodios… tampoco claridad en los límites ni en la caracterización de lo que en verdad se trata” reconoció un enviado especial (1). Efectivamente fue y sigue siendo tarea ímproba el seguimiento, interpretación y concatenado de este tipo de eventos vertiginosos y simultáneos ocurridos por añadidura en lugares y situaciones tan dispares.

Un abordaje preliminar y sistémico nos muestra que estos procesos son omnicomprensivos; afectan a la sociedad en su conjunto y no son manifestaciones de coyuntura ni superficiales; muestran menos de lo que esconden. Un conocido economista afirma que “estamos asistiendo a una reconfiguración del orden global” (2).

De los desencadenantes de los conflictos se destaca el que se vincula a los intentos de eliminar ciertas prestaciones inherentes al estado de bienestar: recortes en servicios de salud, eliminación de subsidios, gratuidad de la enseñanza, etc.; pero la pérdida de empleos con aumento de la desocupación parece ser lo más sentido, sobre todo en los ámbitos de la inmigración.

Frente a la dificultad que acarrea el intento de interpretar la marcha de los acontecimientos con el “día a día” o en una sola dimensión, por ejemplo en clave financiera, acudiendo a indicadores parciales y reconocidamente poco confiables, se adopta el punto de vista que da la perspectiva, es decir, nos disponemos a mirar para atrás para imaginar lo que viene adelante y de esa manera podernos situar en forma más confiable en un presente que se muestra esquivo.

La de ahora parece ser una erupción más de un proceso de transformación multidimensional que arranca como respuesta a la crisis que desencadena la quiebra de Lehman Brothers en 2008. Ese evento inesperado tuvo un origen se diría trivial: la manipulación de un puñado de oficiales de cuenta en bancos de Wall Street con las hipotecas subprimes. La maniobra puso en jaque a todo el sistema económico y financiero mundial cuyos cimientos se vieron sacudidos de una manera y a un nivel tal que no cuenta con antecedentes. Cundió el pánico. Sin embargo, la pronta respuesta de todos los líderes del mundo consistió en una serie de resoluciones expeditivas cuyas consecuencias reconfigurantes necesariamente debían prolongarse en el tiempo por la profundidad y alcance de los objetivos proclamados, no pocos de ellos ligados a ajustes y pérdida de beneficios.

¿Qué es y cómo actúa una crisis? Es un estado socialmente inestable y de soliviantamiento emocional que acentúa la incertidumbre y la desazón por el temor a las pérdidas en los individuos y las familias. Los estados colectivos que se generan hacen posible la remoción en tiempos relativamente breves de obstáculos que impiden avanzar en una dirección predeterminada. Un análisis de las respuestas dadas en 2008, expresados en los distintos documentos salidos de las cumbres del G20, muestra la gravedad de los cuestionamientos al status quo que hicieron en ese momento los líderes mundiales. Veamos la gestación de esos consensos.

Un hilo conductor.

Cuando se desató la crisis del 2008 se produjo un hecho inédito: en el plazo de 24 meses tuvieron lugar 4 cumbres mundiales del G20 de donde salieron declaraciones minuciosas firmadas de puño y letra por todos los asistentes (3). El apuro por reunirse y adoptar un curso de acción a la vista de todo el mundo, significó una clara demostración de fuerza. Aparecía en la escena mundial un nuevo actor colectivo dotado de un poder de influencia como no se había sido visto antes. Se puede argüir que la relativamente amplia representación del G20 erosiona su legitimidad como factor de poder… (4)

En la segunda de esa seguidilla de reuniones del G20 celebrada en Londres el 2 de abril de 2009, el anfitrión aseguró: "Se terminó el viejo Consenso de Washington", en referencia al pensamiento económico que aseguraba que el mercado solucionaría sus desviaciones por sí mismo, sin necesidad de intervención estatal. Brown estaba diciendo una verdad pero a medias.

Efectivamente, las medidas de regulación de la actividad financiera y económica adoptadas en esa oportunidad demostraron palmariamente que el modelo neoliberal había finalizado. No más Consenso de Washington. Lo que no es tan cierto es que por default habían dado a luz a un supuesto “nuevo consenso”. Muchas de las normas, patrones y procedimientos adoptados en las distintas reuniones del G20 habían salido de los foros de élites de los ’70 (5), en todo caso adaptados a las condiciones imperantes luego de cuarenta años ya en el siglo XXI.

Según el área que se considere se pueden encontrar coincidencias entre las formulaciones de aquellos años y las que figuran en la declaración de abril de 2009. Por ejemplo, en el plano financiero, se propone la administración conjunta de las reservas nacionales, jerarquizar al FMI como banco central de bancos centrales, creciente utilización de los DEG como moneda de transacciones y desdolarización progresiva de los intercambios comerciales, eliminación de las reservas de oro para volcarlas al mercada con el fin de financiar programas contra la pobreza (¡cuidado los que abandonan el alicaído dólar y se vuelcan al oro!), constitución regional de fondos anticíclicos, etc. etc. Justamente la semana pasada, como respuesta regional a la crisis -luego de una teleconferencia de ministros de economía y presidentes de bancos centrales del G20 que se realizó (6) unos días antes con relación a las convulsiones europeas- se acaba de cerrar en Buenos Aires una reunión también de ministros de economía y presidentes de bancos centrales pero en este caso de la Unasur, que recogen textualmente propuestas de acción reflejadas en la declaración de Londres.

Los consensos alcanzados en los setenta luego de fatigosas y prolongadas reuniones, cuyos productos se pueden consultar libremente en la bibliografía, permanecieron como los descubrimientos de la arqueología (o la prospección petrolera) que se vuelven a cubrir para redescubrirlos más tarde en otra oportunidad más propicia quedando “tapados” por largo tiempo. Ahora está claro también que aunque no hayan participado de aquellas deliberaciones, no podían estar ajenas a esas trascendentes discusiones las fuerzas renovadoras de la ex URSS (Andropov, Gorbachov) y de China (Deng Tsiao Ping) luego del fallecimiento de las viejas guardias. Lo mismo vale para la Iglesia católica, una institución que no suele tirar palabras al viento: en tres encíclicas salidas en el reinado de tres de sus papas, están sugeridas las motivaciones más profundas de las mencionadas reuniones (7).
Las interpretaciones de la crisis.

Es corriente en estos días la afirmación de que los problemas derivados de la presente crisis se deben a “una falta de liderazgo” en occidente; consecuentemente, el poder “se estaría trasladando a China”. Desde esa óptica se conjetura que en el mundo se está fortaleciendo la multipolaridad y que China, en ese contexto, devendría una potencia hegemónica en unas pocas décadas. ¿Qué es en lo esencial el fenómeno chino que se expresa desde hace décadas en un crecimiento desmesurado que afecta a una población de más de mil millones de personas? Ese proceso, gestado en unos pocos años, constituye (lo sigue haciendo) la más formidable movilización de recursos tecnológicos, productivos, comerciales, logísticos, que se ha visto a lo largo de toda la historia.

A partir de los setenta, se comenzó a producir una generalizada centrifugación hacia ese país de pequeñas y medianas empresas, mano de obra de intensivas, por ejemplo, juguetes, ropa, pequeñas herramientas, etc.; un traspaso apoyado en mecanismos como acuerdos entre empresas, transferencia de tecnologías medias y bajas, provisión de matricería, herramientas, métodos de fabricación y maquinaria de alta complejidad, formas de organización empresarial aprovechando la mano de obra barata y, por sobre todo, la comercialización de las traders transnacionales que como después veremos con un ejemplo generalizable se llevan la parte sustancial del negocio.

La delegación de funciones y estructuras de Occidente a Oriente constituyó un megaoperativo ejecutado por Kissinger siendo secretario de estado de Nixon. En lo fundamental, consistió en montar un sistema productivo en territorio chino desplazando para ello los factores necesarios desactivados en los países desarrollados. Se apoyó para ello en una sinergia de variables que en ese momento estaban en pleno despliegue, en primer lugar, la Revolución científica y tecnológica (RCT). Ese prodigio, que se aceleró con la llegada a la luna, obraba para diferenciar rápidamente la producción de punta del resto de los otros sectores, mano de obra intensivos, transformando a los primeros en la crema del agregado de valor (una práctica que ya se venía haciendo exitosamente con la refundación del Japón desde los cincuenta y sesenta). Se iniciaba así un flujo permanente de transferencias pero con un leve retardo que garantizaba la preeminencia de la producción más avanzada fuera de los territorios chinos. Esto por un lado. Por el otro, el formidable potencial del mercado chino ante una producción de bienes y servicios ya quasi ilimitada (debido justamente a la RCT ya mencionada) y donde la variable crítica en la ecuación de la oferta y la demanda por primera vez pasaba a ser el segundo de los términos. A esa combinación de factores decisivos para generar una reconfiguración sistémica, se le debía sumar una mano de obra de mediana calificación pero muy disciplinada por el comunismo de guerra que aún impera en China (dicho sea de paso bajo la mirada condescendiente e hipócrita de los comunicadores de Occidente). Los países desarrollados, en un movimiento incesante y de permanente regeneración -como las ondas que se producen cuando se tira una piedra en un estanque- se reservaban (de hecho lo siguen haciendo) la creación de saberes en los sectores de punta, descentralizando la producción que va siendo de menor calificación por medio de paquetes tecnológicos llave en mano (8).

La entente da lugar a un tipo de negocios como el de la muñeca Barbie. Estas muñecas, diseñadas por la empresa Mattel, se venden a 10 dólares en el mercado estadounidense. La producción se lleva a cabo en China dando como resultado que de toda la cadena de valor solamente el 10% corresponde a la suma de la mano de obra y la tela. ¿Hay alguna razón para pensar que ese rango de participación, que se puede extender para otros productos, va a cambiar en algún momento siendo que los acuerdos originarios se establecieron sobre esas bases? Mao decía: “el poder nace del fusil” pero no fue así; China terminó acordando con Occidente. ¿Por qué decir ahora que “el poder nacerá del PBI”?

China tiene una situación muy dependiente. No tiene el control del comercio internacional de su propia producción, que es donde “off shore” se le agrega la mayor parte del valor a los bienes y servicios ofertados. No dispone de un aparato científico y tecnológico propio; sus logros en esos terrenos, cuando existen, son realizados en conjunto con otros países. Le sostiene la deuda a EEUU por medio de la compra de 1,3 billones (12 ceros) de dólares de bonos del tesoro (es sabido que en estos casos la posición de fuerza está de parte del deudor, más si este es EEUU). Sus reservas, 3,3 billones de dólares (¡), carecen de todo tipo de respaldo salvo la confianza. La situación de China como se ve no es solo dependiente; es también vulnerable. Hecho que, en la realidad presente y futura, no tiene ni tendrá ninguna repercusión en la geopolítica mundial más allá de alguna especulación de tipo retórica.

En la capa más íntima de la cebolla del poder estamos asistiendo a una concentración de incumbencias sin antecedentes. Esa reconfiguración está a la vista como hemos visto con la presencia y actuación del G20. Es una nueva forma de poder; la que surge del consenso y no de una estructura determinada. En esos ámbitos los acuerdos actúan como la gravedad: las cosas pueden ocurrir de muchas maneras pero terminan haciéndolo de una; sencillamente porque los que acuerdan son los mandamases de los países más fuertes y nadie puede desconocer los compromisos adoptados más allá de los pataleos que se hayan registrado para alcanzarlos. Esos consensos se refiere a las líneas principales que orientan estratégicamente el proceso globalizador. De ahí para abajo, hasta llegar al nivel de lo local, pueden expresarse y de hecho lo hacen, todas las contradicciones que se presentan en la vida real.

Hoy, menos los valores esenciales, todo lo demás está en tela de juicio, pero en un contexto de nuevo tipo. Por vez primera, el sistema mundial está condiciones de satisfacer las necesidades de todos los hombres. Tiene las posibilidades adecuadas para hacerlo. Ahora se trata de resolver la tarea de hacer llegar esas posibilidades a quienes las necesitan en forma equitativa. Es un desafío esencialmente de tipo político. De la nueva política que está por nacer…


Ing. Alberto Ford




Ringuelet, 19 de Agosto de 2011

1Marcelo Cantelmí, Clarín, 12/08/11 http://www.clarin.com/opinion/Gran-Bretana-costos-frustracion-social_0_535146637.html Nada más parecido a tirar la toalla.
2 Martín Redrado, La Nación, 09/08/11, pág. 3
3 El único antecedente en tal sentido –fuera de la formalidad de las asambleas de la ONU- son las tres reuniones producidas durante la Segunda Guerra Mundial cuando en el plazo de 20 meses se produjeron 3 reuniones de los líderes de los aliados.
4 En otros trabajos hemos analizado la arquitectura del G20 habida cuenta de que desde que se formó ese grupo a fines de los noventa lo integra la Argentina. Teniendo en cuenta el carácter estratégico de este tipo de configuraciones (su vigencia se mide en décadas y está al margen de los vaivenes de coyuntura), nuestro país es considerado un importante proveedor de proteínas como lo es Arabia Saudita con respecto a la energía o Turquía, Sudáfrica e Indonesia como portadores de liderazgos subregionales, reales o potenciales, de acuerdo a una geopolítica que está más allá de las escalas nacionales. Ni hablar de Brasil, una de las vedettes de los países emergentes y verdadero líder de la Unasur. Una analogía permite comparar a ese curioso conglomerado con la fórmula 1: sus escuderías de vanguardia son más competitivas y candidatas al podio; las demás son más o menos de relleno y les hacen la corte.
5 Se pueden ver al respecto los trabajos encargados por Aurelio Peccei y el gobierno de Holanda al académico Jan Tinbergen que recopiló 12 propuestas de acción que se pueden considerar la agenda al inicio de la globalización y 10 informes técnicos de 20 de los expertos más reputados de ese momento, entre ellos, el chileno Juan Somavia, hoy director general de la OIT. Ver: Tinbergen, Jan, Reestructuración del orden internacional, Fondo de Cultura Económica, México, 1977. Más sucinto, el informe confeccionado a lo largo de 33 meses bajo la supervisión de Zbigniew Brzezinski. Ver: Richard Cooper, Karl Kaiser y Masataka Kosaka, Hacia un sistema internacional renovado, en Cuadernos Semestrales del CIDE, México, Números 2-3, mayo de 1978. Pregunta: ¿será conocido en el futuro este último trabajo como la “biblia” de la globalización?
6 Hubo quejas porque Boudou  “tocaba la guitarra, mientras el G-20 estaba reunido para analizar la crisis mundial”. Sin embargo, Boudou aclaró que no hubo ninguna reunión ni teleconferencia de ministros de Economía en contradicción con las noticias internacionales http://www.30noticias.com.ar/novedades/pais/108997-amado-boudou-aseguro-que-la-crisis-no-impactara-en-argentina.html
7 Ver: Pacem in Terris (Juan XXIII), Populorum Progressio (Pablo VI), Caritas in Veritate (Benedicto XVI). Hoy mismo, a través de la visita de Benedicto XVI a Madrid, la Iglesia Católica eleva su perfil para internarse en territorios políticos dando opiniones sobre la marcha del capitalismo “cuya economía no se puede medir por el máximo beneficios (ni) funciona solo con la autorregulación” (La Nación, 19/8/11, pág. 14)
8 Artificios como los pen drive fabricados con la tecnología de memoria flash, solo llegan a Oriente para su distribución en cajas cerradas donde los blisters ya tiene pegada las obleas donde dice “Assembled in China” porque la velocidad de regeneración de esos mágicos adminículos no da tiempo para producirlos allí.