G20
SEMINARIO. APERTURA INTERVENCIÓN. Alberto Ford
El seminario
se compone de cinco módulos. Serán dictados cinco miércoles seguidos a las
16:00 en este salón actos a partir del próximo 26 de octubre. Está organizado
por el H. Senado de la Provincia de Buenos Aires en conjunto con la Unión de
Parlamentarios Sudamericanos y del Mercosur.
El seminario
se propone dos objetivos: primero, presentar al G20 como una instancia de
comando –la principal hoy por hoy- relacionada con la marcha de la
globalización en el más alto nivel. El segundo, contextualizar esa herramienta en
los acontecimientos que se ponen en marcha a partir de la finalización de la
segunda guerra mundial que dan lugar a un cambio epocal de profundas
implicancias.
El G20 es una
creación peculiar; poco conocida y difícil de
encuadrar.
El G20 no es
un organismo ejecutivo. Es lo que podemos definir como un espacio funcional, no
estructurado. Carece de sede. No tiene
autoridades. Cada año se constituye en el país anfitrión que ejerce la
presidencia pro-témpore. En sus reuniones y cumbres no se vota, funciona por
consenso. Hace recomendaciones que son ejecutadas por países, organismos
multilaterales, y programas creados ad-hoc.
Por ejemplo, la revelación de los llamados “panamá
papers” es la consecuencia de la puesta en práctica de un programa (“foro
global sobre transparencia e intercambio de información tributaria”) creado y
ejecutado por la OCDE (Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) por recomendación del G20. Por su
aplicación, a partir del próximo 1 de enero finaliza el secreto bancario con las
consecuencias imaginables que en muchos campos tiene la medida.
Sin embargo,
al participar de su funcionamiento los máximos líderes mundiales sin excepción,
las “recomendaciones” del G20 son difíciles de eludir sin sufrir consecuencias;
todo indica que lo serán cada vez más porque los destinatarios no son otros que
los países que están representados por los mismos que hacen las recomendaciones.
Aunque el G20
no gestione no se puede dejar de ver que ejerce una acción que podemos
llamar de comando (del griego “kubernesis” de donde
deriva la palabra “cibernética”). Lo hace a través del establecimiento de
normas, patrones y procedimientos. Descentraliza el diseño de políticas y su
ejecución. Y el control adopta diversas formas.
¿Qué quiere
decir este tipo de funcionamiento?
Las normas
son los valores. Ellos están ampliamente explicitados en sus documentos. Pero
no solo allí. También en el entorno. El papa Francisco tiene comunicación
fluido con lo más representativo del G20. Con Putin y Merkel ha mantenido
largas charlas –habitualmente no medidas en minutos- en torno a las distintas cumbres. Su
preocupación por la pobreza y el medio ambiente presente en el documento Laudato
Si, tiene sintonía fina con las posiciones adoptadas por el G20.
Los
patrones, son los modelos “putterns” que inspiran el constante rediseño de las
configuraciones planetarias. Por tomar un caso, la condena al proteccionismo o
la crítica a las posiciones cerradamente nacionalistas. Estas posiciones son
adoptadas por consenso aunque luego a veces no son tenidas en cuenta en forma
irrestricta por los destinatarios dando lugar a chisporroteos diplomáticos.
Los
procedimientos son la forma en que se concretan los contenidos de sus
documentos sobre lo que ya hemos hecho alusión.
En estos
espacios, el diseño de políticas es dejado “en mano de unidades nacionales”
(con referencia a los estado-naciones) como se decía en los setenta. La forma
no desprovista de cierto matiz peyorativo pone en evidencia el lugar desde dónde
se habla.
Cerrando el
bucle de retroalimentación, el control adopta diversas formas. Por ejemplo, en
el tema de los “panamá papers”, el periodismo de investigación juega un rol
protagónico. Otro caso: el monitoreo de las cuentas públicas que dio lugar por
estos días a la presencia en nuestro país de una misión del FMI por aplicación
de temido artículo IV. En suma, todo un
desafío para la ciencia política sobre cómo conceptualizar esta forma de
ejercer poder.
El segundo
cometido del seminario es la ubicación del G20 en el decurso de la
globalización. Esto tiene que ver con los cinco módulos que componen su temario
y que se pueden ver en el programa.
Arranca con
la reconstrucción de posguerra, en las décadas del ’50 y ’60. La crisis de la
bipolaridad. La revolución C&T. La descolonización de Asia y África. La manifiesta
expansión del capitalismo y la descentralización del aparato productivo lo que
se pondría en evidencia con la transferencia de sectores enteros de la
industria de EE.UU a China (inicialmente, juguetes, textil, herramientas; ahora
de todo) dando lugar a lo que se considera la mayor operación logística de la
historia.
El segundo
módulo se referencia en la década de los ’70. Es cuando toman forma los
llamados foros de consenso; el lugar donde se conceptualizan los factores que
pueden producir una revolución mundial.
Para nosotros el más conocido es el Club de Roma fundado por Aurelio
Peccei, que vivió muchos años en la Argentina al frente de la FIAT. Al final de
dicha década, un corpus coherente de doctrina alcanza su madurez. Ese logro no
impide ver el dramatismo de una constatación: la brecha que existe entre lo que
puede ser y lo que es la realidad de gran parte del mundo. Eso amerita una gran
cantidad de transformaciones como cuando se quiere reciclar una casa que
primero se tiran algunas paredes (por ejemplo el muro de Berlín).
El tercer
modulo son los cambios que se producen a partir de fin de la década del ’70 -cuando
comienzan a transcurrir las ideas que iban a presidir los cambios a nivel
global- y que componen el proceso de desestructuración que, en el caso del
socialismo implica nada menos que la desaparición de la Unión Soviética y la
crisis terminal del socialismo y, en el capitalismo, la vigencia del Consenso
de Washington y la instauración de las experiencias llamadas neoliberales.
El cuarto
módulo arranca con la situación que se produce a partir de la caída de Wall Street
en 2008, y la reactivación del G20 que había permanecido en latencia diez años
desde su creación en 1999. Desde ese momento se producen 11 cumbres cuyas
conclusiones e influencias serán vistas en el seminario.
El quinto
módulo es una zambullida al futuro. Qué se puede esperar que pase en el mundo
de acuerdo a los cursos probables, posibles, deseables y factibles de la
globalización.
Una
aclaración importante: el seminario no tendrá un color político ni sesgo
ideológico. Es un intento de entender lo que está pasando, sus generatrices
conceptuales, y un juego intelectual en
la predicción del sentido que pueden seguir los acontecimientos. Cada uno
sacará sus propias conclusiones o tomará
partido en cualquier plano que se lo proponga.
Antes de
cada módulo tendrán acceso a dos materiales: un resumen de la exposición, y las
filminas que se utilizarán en el dictado. Serán enviados por correo y se podrán
bajar del sitio de la UPM <www.parlamentarios mercosur.org>. La bibliografía sugerida será módica y no
imprescindible (algún libro de época hallable en las bibliotecas). Cualquiera
de los temas expuestos puede ser fácilmente consultado en la web en forma por
demás entretenida.
Alberto
Ford. La Plata, 19 de octubre de 2016.
No hay comentarios:
Publicar un comentario