viernes, 30 de agosto de 2019



Políticas de Estado. Ing. Alberto Ford.

Índice

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Introducción
2

Parte 1
3
1a.
Antecedentes hasta Caseros
3
1a.1.
Tarquino
4
1a.2.
Chascomús
4
1a.3.
Colitis
5
1a.4.
Darwin
5
1a.5.
Los inmigrantes de esos años
5
1b.
La organización nacional
6
1b.1.
La Argentina en la cresta
6

Parte 2
7
2.1.
Términos de intercambio
7
2.2.
Defensa nacional
8
2.3.
El ocaso del tren
8
2.4.
De la periferia al centro
8
2.5.
El desarrollismo
9
2.6.
Onganía
10
2.7.
El último Perón
10
2.8.
El proceso militar
10
2.9.
El menemismo
11

Parte 3
11
3.1.
Un hecho trascendente
11
3.2.
Una larga marcha…
12
3.3.
Dónde estamos parados
12
3.4.
¿Crecimiento es desarrollo?
13
3.5.
Sacarles a unos para darles a otros
14
3.6.
Políticas sociales
14

Parte 4
16
4.1.
Xavi e Iniesta
16
4.2.
Revelación de una problemática
17
4.3.
Entropía
18
4.4.
¿La pobreza es solo un problema de plata?
19
4.5.
¿Donde poner los ladrillos?
19
4.7.
La cuestión energética
22
4.8.
Qué producir…
23

Parte 5
23

La propuesta
23
5.1.
El rol del Estado
24
5.2.
Romper los fatalismos
24
5.3.
Herramientas fiscales
25
5b
Anexo
27
5b.1.
Pagani eligió distinto
27
5b.2.
Un referente del empresariado
27
5b.3.
Una decisión controvertida
27
5b.4.
Polo
29















Introducción

Una política de Estado -como expresión de un consenso- es la que un gobierno desea implementar para que permanezca a través del tiempo, sin que las decisiones emergentes se vean modificadas por uno o varios cambios de administración. La política concebida por un gobierno normalmente rige en tanto dicho gobierno está vigente (en el caso de nuestro país las sucesivas administraciones recomienzan de cero a partir de la creencia de que todo lo que se hizo antes debería haberse hecho de otra manera y en todo caso ellas están en condiciones de hacerlo mejor), mientras que la política de Estado obedece a un interés fundamental, por lo que debe conservarse en forma duradera.

Entonces, podemos sintetizar las características de la definición de una política de Estado de la siguiente manera:

  1. Trascendencia. Las políticas, las medidas emergentes y los impactos que provocan, van más allá de una administración y permanecen con los cambios de las mismas independientemente del signo de esos cambios.
  2. Consensos. Los mecanismos de establecimiento de los acuerdos que fundamentan las políticas de Estado son excepcionales; no encajan en las normas habituales del funcionamiento del sistema político basado en la dialógica oficialismo/oposición y cada vez más en las prácticas de alternancia en el ejercicio del gobierno.
  3. Contenidos. Se establece una agenda que es motivo de acuerdos estratégicos, explícitos y de cumplimiento obligatorio para las distintas administraciones, en aspectos más generales y decisivos del funcionamiento institucional, social y territorial de un país

El argumento de este trabajo se apoya en tres tesis:

  1. La Argentina no ha carecido de políticas de Estado más o menos explícitas tanto en sus momentos de auge como en los de decadencia. Se puede decir lo anterior en tanto se considere que a lo largo de su historia en el país han habido políticas de gobierno consensuadas (o sin ser obstruidas por la oposición), que han durado luego del cese de los gobiernos que las han adoptado, y que han tenido efectos duraderos en tanto factores reconfigurantes de una dada situación económico social. O sea que si no lo son se les parecen. Para el caso se puede hablar de cuasi políticas de Estado.

  1. La historia demuestra que importa el estilo con que las cosas se hacen pero importa mucho más qué es lo que se hace. Se tendrá en cuenta en el trabajo los efectos sobre el capital social de la forma en que se desenvuelven los actores sociales y políticas, ya sea con rasgos de benevolencia, comprensión y concordancia o, por el contrario, como en la actualidad, generando climas de crispación y enfrentamientos cerriles lo que trae a colación otros momentos de la historia argentina. Sin embargo, los procesos económicosociales están determinados en lo fundamental por el hecho de que las medidas de gobierno son las principales formadoras del clima en que se desenvuelve el pueblo y forjadoras de su porvenir.

  1. Se visualizan los desequilibrios territoriales y demográficos como un condicionante del conjunto de los problemas que caracterizan el actual momento del desarrollo de nuestro país. Los resultados obtenidos como consecuencia de políticas de Estado estarán en relación directa con el grado de integralidad de los abordajes.

En el trabajo se tienen en cuenta tres momentos: 1) el de la organización nacional que abarca los casi 80 años de vigencia y esplendor del modelo agro exportador que se pone en marcha, por lo menos en la superficie, a partir de 1862 con la presidencia de Mitre, 2) los años de la crisis que comienza en la década del ’30 del siglo pasado y que se extiende hasta nuestros días, 3) la realidad actual caracterizada por la inminencia de un parto de la historia que implicará la resolución de la crisis y el advenimiento de lo que se puede denominar el segundo ciclo largo de crecimiento con relación al primero que se inicia con el proceso de organización nacional mencionado.

Parte 1

1a. Antecedentes hasta Caseros.

Siendo el antecedente inmediato del proceso de organización nacional, el rosismo no goza de buena prensa. Y la verdad no faltan motivos para que ello sea así. Rosas formó parte de un período retrógrado, violento, caracteriza por la entronización de los peor que se había heredado del período colonial sobre todo si nos referimos al paradigma productivo, económico y social que lo caracterizó. Su período fue el reino de los terratenientes criollos y también su tumba: en un extraño juego de clase, de lealtades y traiciones, Rosas que los representaba, terminó siendo el sepulturero de gran parte de ese sector desplazado por la Revolución de Mayo. De cualquier manera, el campo argentino, y todo su entorno, no se puso en línea con los procesos de modernización capitalista que en ese momento ya tomaban cuerpo en los países más desarrollados. Sarmiento, que tuvo la oportunidad de ver el incipiente Estados Unidos, fue el que mejor caracterizó la opción en juego: “civilización o barbarie”. La metáfora de esa barbarie (aunque con formas no tan primitivas como los caudillos del interior) era el propio Rosas: su estancia, Los Cerrillos, se extendía desde lo que es hoy La Pampa hasta el mar Atlántico; en esos campos pastaban -a la buena de dios, codiciadas por los indios y motivo de sus malones- millones de cabezas de ganado cimarrón, sin ningún refinamiento genético, donde lo que se aprovechaba era el cuero y la carne tan dura como su cuero, para la elaboración del charqui que consumían los esclavos en Brasil y Cuba1. Sin embargo, a medida que se comienzan a descorrer los velos, se puede ver que durante ese período oscuro se fueron dando las bases para lo que vendría luego.

Haciendo una lectura más organizada de información que está disponible en distintas fuentes, se puede ver claramente que hay cinco factores, que ya se fueron evidenciando en la época del rosismo, que son anticipos y/o insumos del proceso de modernización que se pondría en marcha una década después de Caseros. Ellos son: genética, técnicas sencillas, oficios, conocimiento del territorio, inmigración diversificada pero funcional a una intención modernizadora de las potencias europeas principalmente por parte del imperio británico que sin duda tenían depositadas sobradas expectativas en el Rio de la Plata.

1a.1. Tarquino

Así se llamaba un toro de la raza Shorthorn importado en época de Rivadavia alrededor de 1825. A esa importación le siguieron otras de vacas de pedigrí que comenzaron a generar las condiciones para el mejoramiento de las razas vacunas. Las ovejas de raza Merino de vellón muy fino fueron muy demandadas por esos años hasta el punto en que su evolución llegaron casi a las 80 millones de cabezas en la segunda parte del siglo cuando se incorpora plenamente la Patagonia a la producción ganadera. En la década del 40 los criadores comenzaron a industrializar el sebo; también la carne ovina. La raza Rambouillet fue la preferida de los criadores, ya que proporcionaba buena lana y cuerpo voluminoso. La incorporación genética, las habilidades y el progresismo de nuestros ganaderos2, agrupados con los años en la Sociedad Rural y luego en las sociedades rurales locales, sumado a las privilegiadas praderas pampeanas y patagónicas, fueron creando las condiciones para la configuración de un sistema productivo ganadero de primer nivel.

1a.2. Chascomús

Fue en la estancia de Ricardo Newton3, luego uno de los fundadores de la Sociedad Rural, donde se construyó por primera en nuestro país un alambrado4. Su difusión tuvo una gran influencia en el ordenamiento de las cruzas que iban mejorando los planteles y, por añadidura, comenzó a ser un impedimento insalvable para la errabundez del gauchaje. Otras tecnologías como el molino y las que implicaban diversa utilería de uso novedoso como la polea, la rueda de hierro, herramientas de todo tipo para el tratamiento del cuero, la madera y los metales, etc., fueron introducidas casi sin notarse para dar respuesta a las tareas de creciente complejidad que iba demandando la explotación agropecuaria.

1a.3. Colitis

El primer Ford rioplatense -llamado casualmente Enrique5, nacido en Plymouth y casado con Caroline Hoare- vino a estas costas en 1837 y desembarcó en Montevideo donde nació de inmediato su primogénito Charles James. Henry era talabartero y herrador en un momento en que los caballos eran el motor del transporte; con ellos se entendía a través de las herraduras para que el empedrado no le rompiera los vasos, y el emprendado para que se luciera el jinete. Luego de cruzar el río sin orillas, en 1844 se instaló en Buenos Aires para abrir un comercio del ramo. Se cuenta en la familia que en una oportunidad le llevaron para herrar un caballo de uso personal del General Rosas. Como imponían las circunstancias, Ford se abocó a su trabaja con ahínco. Pero ya herrado la persona que fue a retirar el equino se prodigó en pedidos de explicaciones y hasta cuestionamientos. La actitud desagradó al autor de la obra quien –dando muestras de intemperancia- le retrucó en su media lengua: “si al General no le gusta el trabajo, que se busque otro herrador”. “Yo soy el General Rosas”, dicen que le dijo el recién llegado. Esa noche el inglés tuvo desórdenes gástricos y -más por miedo que por respeto- se acostumbró a tener una lámina del Restaurador a la cabecera de la cama hasta el final de sus días. Henry Ford falleció en 1869 en San Pedro (BA) adonde se había trasladado en 1861. La bóveda donde reposan sus restos ha sido declarada de interés municipal por ser la más vieja del cementerio.

Un repaso de los libros de nacimientos, casamientos y decesos confeccionados a lo largo del siglo XIX en la iglesia anglicana San Juan, la que está en el microcentro de Buenos Aires, muestra la diversidad de los oficios presentes en esos momentos y que son la evidencia de una intención modernizadora pensada en el mediano plazo que se fue materializando con los años.

1a.4. Darwin

El interés de Inglaterra por estas tierras se refleja en la calidad de los intelectuales, comerciantes y científicos que enviaron con el presunto y encubierto cometido de hacer inteligencia en el mejor estilo de la época victoriana momento de gran expansión del imperio. Busaniche ya mencionado en una nota ha dicho que el conocimiento de la Argentina del siglo XIX se debe principalmente a las descripciones de los viajeros ingleses. Desde los hermanos Parish Robertson6 autores de las increíbles “Cartas sobre el Paraguay” y “Cartas de Sudamérica” hasta el propio formulador de la teoría de la evolución de las especies, Charles Darwin, pasaron por estas tierras viajeros que dejaron sus impresiones en libros que aún son clásicos (Hudson, antes el jesuita Falkner, Mc Cann y unos cuantos más, han permitido tener una conocimiento plena de detalles reveladores desde una mirada externa para conocer esa conflictiva época de la historia argentina)
1a.5. Los inmigrantes de esos años

Desde la “inglesa loca” que administraba la pensión en el tango de Discépolo “Justo el 31” inmortalizado por Julio Sosa, pasando por comerciantes, idóneos en artesanías y oficios, hasta profesionales de la salud, militares y marinos, ganaderos, etc., la presencia de los ingleses fue dominante entre la población extranjera de Buenos Aires. Se calcula que un tercio de la todavía aldea, era de ese origen. Había también una inmigración más pequeña pero más calificada de italianos, franceses, alemanes. No es que las condiciones de vida eran las mejores, pero la diplomacia inglesa supo negociar en cada momento con el rosismo la preservación y el respeto de las necesidades de los residentes, a partir, seguramente, de poner sobre la mesa un conjunto de intereses que fueran convenientes para ambas partes. Así ocurrió con las cuestiones atinentes a los cultos, los entierros, la vida social, etc.

1b. La organización nacional

Los factores materiales descriptos no hubiesen tenido el peso reconfigurante que tuvieron de no haberse realizado en el contexto adecuado. Ese contexto, absolutamente determinante de la forma que adoptó del modelo exportador, lo dio el trazado de la red ferroviaria a partir de la decisión de que la producción agropecuaria saldría por Buenos Aires. Todo el país moderno se construyó a imagen y semejanza de las decisiones que en materia de tierras se fueron tomando para la elección de las zonas de explotación que, básicamente, fue toda la pampa húmeda. Basta con ver un mapa de esa zona, estudiar la forma que adopta la red, y deducir las características de la vida económica y social de la Argentina durante las décadas subsiguientes. Todo lo demás, principalmente, el ordenamiento de la inmigración con sus radicaciones y roles, vino por añadidura.

Si bien no hubo nada escrito en materia de acuerdos de tan largo alcance, si se hace una suma de todas las decisiones adoptadas, los resultados logrados como hemos dicho se puede considerar que fueron la consecuencia de cuasi políticas de Estado. Por cierto no se puede dejar de considerar como determinantes y como ocurre siempre, el conjunto de los factores exógenos que se pusieron en juego, claramente determinados por los procesos de industrialización europeos, el incremento de las urbanizaciones, los movimientos poblacionales concomitantes y las demandas de alimentos que ayer como hoy focalizan la atención en nuestras pampas.

El proceso descripto someramente, de gran impacto económico social, tuvo su expresión en el plano política e institucional. En las instancias iniciales del período de la organización nacional, entra en su fase de definición la lucha entre unitarios y federales que se resolvió a favor de los primeros. La designación de Buenos Aires como capital de la república es una expresión de ese resultado que dio lugar al inicio de la hegemonía “porteña”, que continúa hasta hoy, y que no casualmente se la designa con un sustantivo que hace alusión al lugar por donde el modelo agroexportador se hacía presente en el mundo.

1b.1. La Argentina en la cresta

En nuestro país el llamado modelo agro exportador fue una expresión de los acuerdos implícitos que animaron a la generación del ´80. Aunque nunca existió un documento que fuera suscripto por las fuerzas decisivas, no se puede decir que no hubiera habido una continuidad de las acciones por parte de distintas administraciones (liberales, conservadoras, incluso gobiernos radicales). Durante un tiempo prolongado, se promovió e hizo realidad el progreso de una llanura que tomaba forma como contraposición al primitivismo aborigen y el criollismo reaccionario. Se dio lugar a un crecimiento económico que aún asombra que con justicia se puede denominar una política de estado.

Parte 2

En la Argentina de los años treinta del siglo pasado comienza una crisis estructural que aún persiste. Es cuando cambian drásticamente las condiciones externas: el pacto Roca Runciman priva al país del sitial de privilegio que había gozado en su comercio con Inglaterra. Ese final no deseado, puso en evidencia la falta de sustentabilidad de un modelo con relación al cual no se fue capaz de prever que las cosas podían terminar de la forma en que lo hicieron.

A partir de ese momento, cuando el mundo salía de su primera crisis totalizadora, desaparecen con rapidez de la escena política estrategias con el suficiente grado de consenso como para ser mantenidas en el tiempo. Comienza una época de vaivén que llega hasta nuestros días cuya modalidad de evolución se diferencia claramente de la del periodo previo caracterizado por un avance ininterrumpido de sus indicadores económicos y sociales. Se puede decir que en estas 8 décadas se ha gobernado sin políticas de estado.

Empero, los distintos gobiernos habidos pudieron llevar adelante en gran medida sus plataformas. Incluso a pesar de que las oposiciones de turno no hubieran colaborado. Así, se pusieron en marcha políticas, programas, proyectos, planes y acciones por parte de gobiernos civiles y militares que trascendieron a las distintas administraciones responsables. Esos escenarios tuvieron alto impacto sobre el imaginario político, en la recreación de distintos alineamientos partidarios, y dejaron profundas huellas en los terrenos de la ideología. Veamos a vuelo de pájaro algunos de los rasgos característicos de ese período crítico de nuestra historia

2.1. Términos de intercambio

En los marcos del proyecto de la generación del ’80 hubo políticas industrialistas, sobre todo ligadas a la creación de infraestructura y al procesamiento simple de materias primas de origen agropecuario, como en el caso de los frigoríficos. Sin embargo, es en el período entre las dos guerras mundiales cuando se instalan industrias que ya no solo procesa insumos de origen agropecuario. Las políticas industrialistas que identifican ese período, no pueden dejar de ser asociadas directa o indirectamente al nombre de Prebisch; es cuando se habla de términos de intercambio desiguales. El concepto, acuñado por el mencionado economista, hace referencia a la depreciación de las materias primas provenientes de nuestro país con relación a los productos industrializados en las metrópolis que se importaban dejando en condiciones desventajosas la balanza comercial.

Debido a las alteraciones en la producción y el comercio internacional como consecuencia de la segunda guerra mundial, se consolida en nuestro país el proceso de sustitución de importaciones. Aparecen nuevas industrias, sobre todo en los ramos alimentos, bebidas, textiles, tabaco, cuero, madera, etc., la llamada sustitución de importaciones fácil, nos dice el economista Ferrucci, para diferenciarla de la difícil caracterizada por su mayor complejidad (vehículos, siderurgia, productos químicos, etc.). Esa movida hace que se vean incrementadas las posibilidades de trabajo en los alrededores de la ciudad de Buenos Aires. Nace una industria nacional que creció amparada en un proteccionismo que terminó por ser parte de la cultura productiva de nuestros empresarios y sindicatos.

2.2. Defensa nacional

Es época de fuerte presencia de sectores defensores de la soberanía nacional, no pocos de los cuales provenían o estaban bajo la influencia del ejército, encargados de la construcción de una base energética autónoma y la incipiente industria pesada.

Son símbolos de esa construcción los generales Mosconi y Savio. El primero conocido principalmente por haber sido pionero en la organización de la exploración y explotación de petróleo en Argentina como ideólogo y primer director de Yacimientos Petrolíferos Fiscales. En el caso de Savio, su principal preocupación y actividad desde la dirección de Fabricaciones Militares estuvo orientada a desarrollar la industria pesada, en particular la siderúrgica y química. Fue el creador de Somisa y su primer presidente. La influencia ideológica y cultural que dejó este proceso en sectores del establishment se manifiesta en profundas huellas que se pueden rastrear hasta nuestros días.

2.3. El ocaso del tren

Ya desde 1931 se comienzan a construir carreteras paralelas a las vías. El ferrocarril ya estaba condenado a convivir en desventaja con los nuevos paradigmas del transporte (caucho, gasolina, asfalto, automotor, etc.) visiblemente más afines a los intereses de los EEUU. Cuando Perón nacionaliza los ferrocarriles ya no solo eran obsoletos sino que habían perdido el sentido que le habían dado origen: llevar al puerto la producción agropecuaria. Nunca los ferrocarriles fueron concebidos para el transporte de personas aunque lo hayan hecho como actividad suplementaria, y los pequeños pueblos hayan desarrollado su conmovedor y perdurable imaginario alrededor de la estación.

2.4. De la periferia al centro

Aunque cambiaba el medio de transporte con el protagonismo creciente del automotor, no lo hacía la configuración radiocéntrica confluyente en el puerto característica del modelo agroexportador. A esa configuración respondían el resto de los tendidos: líneas de telégrafo y teléfono, transporte automotor, aéreo y finalmente redes de transmisión de datos e imágenes, etc. Esa forma de embudo o abanico en los tendidos fue el vehículo que canalizó a lo largo de las décadas las expectativas de salvación de los sectores postergados del interior. El flujo concentrador tuvo su máxima intensidad en la época del peronismo que no solo vio con buenos ojos el aumento de su clientela sino que lo incentivó.

La configuración de una concepción centralista con cierto aire peyorativo (de amor y odio por igual) ha sido llamada porteña. Se produce técnicamente lo que se denomina un bucle cibernético de retroalimentación positiva que se potenció hasta la desmesura por carecer del necesario efecto regulador. Si ese efecto hubiera existido (el federalismo aunque sancionado constitucionalmente, nunca ha dejado de ser un postulado retórico) se hubiera atenuado esa concentración explosiva como primer paso para producir un punto de inflexión. La retroalimentación positiva (positive feedback) actuando en cualquier sistema, cuando no se regula, lleva a la explosión o la parálisis, dos estados bastante cercanos a la realidad actual: los lugares adonde antes acudía la riqueza, cuando cambió el modelo, comenzaron a saturarse de pobreza.

Perón utilizó en su provechó ese cuadro de alta concentración proletaria para consolidar su proyecto político; sus sucesores lo continúan haciendo hasta hoy. Para Federico Storani7 esas prácticas tan características del populismo no persiguen el objetivo “de superar situaciones de pobreza estructural sino lograr adhesión política. En última instancia le conviene que la pobreza se multiplique”

Desde hace algunos años existe la convicción de que uno de los principales problemas de la provincia de Buenos Aires (que por su peso específico es un problema nacional) es el marcado desequilibrio demográfico. Así, en una superficie de 3631 Km2 que tiene el conurbano que rodea a la ciudad de Buenos Aires, viven 10 millones de habitantes, mientras que en el resto de la provincia, denominada habitualmente el interior, cuya extensión alcanza a los 304000 Km2, lo hacen el resto, 5 millones. No pocos estudiosos de la realidad provincial han puesto de relieve esta disfuncionalidad. Merece detenernos en las observaciones del doctor Anselmo Marini. Para el ex gobernador radical de la PBA (1963/66) “la distribución de las comunicaciones en el territorio provincial, muestra, en primer término una red ferroviaria que convergen en abanico sobre la Capital Federal. Ella resulta apta para servir a una economía de exportación, pero insuficiente para reactiva el equilibrado desarrollo de todas las regiones bonaerenses…”

2.5. El desarrollismo

Es considerado aún hoy como el desideratum en políticas de industrialización. En materia petrolera Frondizi puso en marcha una relación con empresas norteamericanas cuyas intenciones sobrevolaban la región desde la guerra del Chaco y se hicieron más patentes en las postrimerías del gobierno de Perón en la mesa de las negociaciones con la Standard Oil para explotar el petróleo de la Patagonia. En ese sentido, Frondizi hizo lo contrario de lo que había prometido por lo que fue muy criticado por sectores progresista que lo habían apoyado para su elección8. Durante su mandato, continuamente asediado por planteamientos militares, se registró un ingreso masivo de empresas de la industria automotriz, un renglón que ya se había hecho presente al final del peronismo con la instalación en Córdoba de la Kaiser estadounidense. Sin duda, el desarrollismo implicó un punto de viraje en lo referido al ingreso del capital internacional que por su cuantía implicaba un cambio profundo en lo conocido hasta ese momento en nuestro país. Como corresponde ese ingreso de las multinacionales se hacía respondiendo a sus propios intereses sin un correlato consensual en cuanto a un modelo que contemplara las ventajas comparativas que habían sido probadas en nuestro país en lo referido principalmente a la actividad agropecuaria y su potencialidad agroindustrial. En el fondo, el desarrollismo es un modelo que continúa el de la sustitución de importaciones y, con matices sobre la propiedad, replica otras concepciones ya vistas referidas a la explotación energética y la industria pesada. Aún hoy el desarrollismo sigue cosechando adeptos sobre todo desde la posición genérica de que industrialización es sinónimo de crecimiento sin muchas disquisiciones sobre qué producir, dónde y para qué, como si esas definiciones fueran cuestiones secundarias.

2.6. Onganía

Como no tenían que rendir cuentas al pueblo los militares estuvieron encargados históricamente de los trabajos de más costo político y social. Un caso interesante se produce en los sesenta cuando la revolución científico tecnológica se desplegaba en el mundo desarrollado afectando los paradigmas productivos, cuyas influencias transformadoras se centrifugaban rápidamente sobre los países en vías de desarrollo como el nuestro. En contra de lo que a veces se afirma, el progreso y no el atraso obraban a favor de los intereses extranjeros, sobre todo por una cuestión de ampliación de los mercados y diversificación del consumo. Eso se expresaba en la modernización industrial y la remoción de obstáculos que la retardaban, como se daba en Tucumán con los ingenios azucareros.

Salimei fue un industrial muy exitoso que murió en la plenitud de sus fuerzas. Nombrado ministro de economía por Onganía en 1966, se encargó de liquidar el esquema tradicional de los ingenios tucumanos por obsolescencia tecnológica. La mano de obra intensiva fue reemplazada por modernas máquinas americanas que hacían el trabajo de 100 braceros9. Tucumán era sinónimo de azúcar desde la época de la colonia. Hoy ha diversificado su producción agrícola (es el primer productor de limones en el mundo) y ampliado su parque industrial.

2.7. El último Perón

Otro ministro de Economía emblemático fue Gelbard durante la tercera presidencia de Perón. Representó una corriente ideológica de gran predicamento en la escena política y económica nacional de lo que puede denominarse como expresión de clase la burguesía nacional. Ese corpus de ideas atraviesa, dejando profundas huellas, desde los grandes partidos populares, pasando por diversas corporaciones civiles y militares, hasta el viejo PC del cual Gelbard fue un afiliado encubierto como luego se supo (según Gilbert). Esas ideas reflejan lo que hoy se vería representado por el Plan Fénix y, desde la izquierda, por el pensamiento de Pino Solanas si nos atenemos a las medidas económicas contenidas en su plataforma. Visto en perspectiva, el proceso que corporiza la gestión de Gelbard puede ser visualizado como la escena final de un sector de la economía que había sido y era muy importante en nuestro país (y en muchos otros lados) pero que se volvía disfuncional a la luz de las ideas globalizantes que se iban encendiendo en el mundo con particular intensidad por los años setenta. La dictadura que le siguió se encargó de comenzar a darle el golpe de gracia a los que se resistían a reconvertirse, cometido que alcanzó la cima en los noventa.

2.8. El proceso militar

Martínez de Hoz fue el ministro de economía de la última dictadura. Del conjunto de sus políticas, destacamos la apertura de la economía. La apertura obró de ensayo para la que después, durante el menemismo, sería mantenida hasta sus últimas consecuencias por el ministro Cavallo. Éste, personaje emblemático del pensamiento económico importado, cuya gestión ya se había iniciado con los militares, fue el responsable, desde la titularidad del Banco Central, de nacionalizar la deuda externa privada para beneplácito de los hombres de negocios que la habían contraído.

2.9. El menemismo

Los ‘90 se caracterizaron por tres medidas fundamentales: privatizaciones, desregulación y la ya mencionada apertura económica. La convertibilidad fue la principal herramienta de la transformación que ya había sido ensayada con el Plan Austral con la desindexación de la economía. No hay antecedentes en la historia argentina de un gobierno que en tan poco tiempo haya adoptado y cumplido a rajatabla medidas de tanta trascendencia. Fue el golpe de gracia a los resabios de la primera Argentina. Quedaba el campo expedito –como en tantos otros lugares del mundo al compás del consenso de Washington- para empezar a construir la segunda Argentina, la global, luego de un periodo de caos como ocurre en estos casos si una mira, por ejemplo, la década que sucedió a Caseros, en la mitad del siglo XIX, antes de comenzar el periodo de la organización nacional con la presidencia de Mitre.
--o0o—

Como se ve a lo largo de este ligero vuelo de pájaros, no han sido la ausencia de acuerdos en materia de políticas de estado ni la falta de apoyo de la oposición obstáculos para que las distintas administraciones habidas durante esta prolongada crisis llevaran adelante acciones de gran poder transformador y efectos duraderos. Indudablemente no es lo mismo mirar una fotografía que una película; ni enfocar la realidad con microscopio que con telescopio. Los procesos locales tienen color local pero no se puede dejar de ver que hay grandes líneas de sustento ideológico que pueden ser encarnadas por distintas administraciones; por cierto también los grandes procesos internacionales terminan por influenciar las realidades de los países en forma más o menos mediatizada. Por eso cuando se habla de una política de estado, no hay que considerar solo los procedimientos por los cuales son gestadas, sino también y en algunos casos principalmente, los contenidos de esos acuerdos que terminan por influenciar de una forma integral el funcionamiento socioeconómico de una nación por períodos prolongados. Las políticas de estado, como veremos a continuación, no son solo una forma de convivencia que nuestro país aun no ha experimentado en sus últimos años. Tienen que ver con la explicitación en común de pautas para el establecimiento de consensos duraderos y de aplicación obligatoria para las sucesivas administraciones. Las políticas de estado deben guiar la materialización de acciones que tiendan a la transformación del país en las nuevas condiciones de la globalización.

Parte 3

3.1. Un hecho trascendente

Por primera vez en nuestro país se han dado las condiciones para establecer explícitamente un acuerdo preliminar entre las distintas fuerzas con posibilidades de gobernar con el fin de actuar de consuno en cuestiones de manejo de la cosa pública. Las responsabilidades inherentes y los compromisos asumidos según se propone serán ejecutadas con independencia de quien sea la fuerza encargada de hacerlo y el lugar que ocupen en cada momento los firmantes ya sea a cargo de la administración o en el rol de opositores. El así denominado Acuerdo de Gobernabilidad y Políticas Públicas -según informa Rodolfo Terragno que junto a Eduardo Duhalde fueron los impulsores de la trascendental (y sorpresiva) iniciativa- “es el corazón de un acuerdo sobre políticas de Estado”10

La firma, ocurrida en diciembre de 2010 sin gran impacto ni trascendencia en la opinión pública, involucra a la parte del espectro político que hoy actúa en la oposición. La eximición por parte del kirchnerismo de involucrarse en el compromiso es coherente con su actitud de trato poco amistoso con las fuerzas que no le son afines.

3.2. Una larga marcha…

Aunque es el paso inicial hacia la formulación de un acuerdo estratégico -un hecho no frecuente en la vida política argentina más predispuesta a vivir al día o del pasado- el acto tiene valor en sí mismo, y significa un soplo de aire fresco en el transcurso de una sociedad afectada por enfrentamientos y estados de crispación. Asimismo, es el anticipo de un escenario cuyas condiciones objetivas ya están maduras para su establecimiento y que es deseado en forma implícita por una mayoría social la que se incorporará en forma entusiasta y con gran predisposición y creatividad en la medida de su despliegue y aceptación.

Una política de estado también se define por las formas implícitas o explícitas de su instauración. El mismo proceso de su formulación e implementación irradia sobre el cuerpo social un efecto benéfico que actúa sobre los mecanismos de la solidaridad y la confianza con que se desenvuelven las relaciones interpersonales. El buen ejemplo de los líderes promueve la emulación. Se producen mecanismos autopoiéticos por los cuales la sociedad, al recibir la influencia que irradian las actitudes condescendientes11 de las cúpulas, se va transformando ella misma de manera que no sale igual de un procesa de estas características que como ingresa, al haber vivido la experiencia. Es un valor agregado que necesariamente se debe reflejar en el incremento del capital social. Terminan por ser los indicadores intangibles que definen el potencial de desarrollo de un pueblo.

3.3. Dónde estamos parados

Es un momento muy especial en la vida de los argentinos. Desde distintos ámbitos de la vida política, social y económica del país en forma creciente se considera que la crisis que nos aqueja desde hace tantos años ha alcanzado un punto culminante. En el plano político, el populismo ha sido extrapolado hasta el extremo, dando lugar en forma cada vez más frecuente a escenarios que solo pueden ser descriptos con los parámetros del realismo mágico. Los paradigmas productivos -como hemos visto establecidos y cristalizados en estos 80 años que ya lleva la crisis- , en algunos de sus renglones ameritan fuertes reformulaciones. La realidad social, cada vez que emerge y erupciona en forma virulenta, da lugar a situaciones francamente insólitas. El desconcierto de calificados observadores externos frente a las posibilidades y los logros de nuestro país es tal que nos hacen sentir incómodos, y traen a colación la triste realidad de que el ser humano se puede acomodar a las situaciones más extremas.

La firma del acuerdo de gobernabilidad ha tenido lugar también en un momento muy particular de la historia de nuestro país y del mundo. El crecimiento sin antecedentes a las altas tasas que viene mostrando la economía argentina responde –como la de muchos otros países emergentes intra y extrarregión- a condiciones internacionales favorables. A pesar de la crisis mundial (y a diferencia de la del 30 del siglo pasado) los términos de intercambio no han respondido al comportamiento que mostraron en aquel momento: los precios de los commodities se han mantenido incluso incrementado con respectos a los bienes industrializados importados (contradiciendo las afirmaciones de Prebisch). En el caso de nuestro país, gran exportador de alimentos, hay un hecho que lo explica en forma directa: la clase media mundial ha pasado en 15 años de 1/3 a 2/3 de la población del planeta (merced principalmente a la contribución de India y China y ahora sorpresivamente del África subsahariana), y el indicador principal de ese crecimiento es el consumo de proteínas animales que se forman a partir de las proteínas vegetales de las cuales nuestro país es un importante productor y más aún exportador. Esas condiciones, según se estima, serán duraderas, con los límites naturales que se puede adjudicar a esta presunción en el actual contexto global.

Se puede predecir entonces -y más de un cazador de escenarios futuros ya lo está vislumbrando- que la Argentina se propone ingresar raudamente en el segundo ciclo largo de crecimiento de su historia siendo que el primero, como hemos visto, duró casi ocho décadas a partir de 1862. En suma: al país se le presenta una oportunidad muy propicia para salir de la crisis en la que está inmerso desde hace tanto tiempo.

3.4. ¿Crecimiento es desarrollo?

El reciente conflicto de Villa Soldati se desató en el lugar del país donde el PBI es más alto. Como en un holograma donde en la parte está representado el todo, la suma de los problemas evidenciados reflejan los resultados de las políticas sociales en curso. La cuestión de la pobreza y otros aspectos afines, en forma promiscua se introdujeron a través de las pantallas en los hogares de todos los argentinos que miraban absortos escenas que nunca hubieran imaginado que ocurrieran a pocas cuadras del microcentro porteño. Era la prueba más palmaria de que el crecimiento por sí solo no garantiza la evolución positiva de otras variables que definen el bienestar individual, de las familias y de la sociedad argentina en su conjunto.

Efectivamente, crecimiento no es lo mismo que desarrollo. Guinea Ecuatorial creció el año pasado más que Bélgica aunque sus desarrollos como es lógico distan de ser los mismos. En nuestro país crece el número de escuelas; el gobierno asigna recursos para la construcción de nuevas aulas y anuncia con orgullo su plan de obras públicas; sin embargo, la enseñanza no mejora, por el contrario existe la convicción de que cada vez está peor. Hay más metros cuadrados de aulas pero la enseñanza está en crisis; empeora cada día y los maestros, mal pagos, son de baja calificación. Mucha obra pública se podría evitar pero existen muchos recursos disponibles discrecionalmente, fuertes intereses, inercias… El desarrollo puede implicar crecimiento –de hecho en los países en vías de desarrollo es así- o también, como en los países ya desarrollados, puede no implicarlo: se llega a hablar del objetivo “crecimiento cero” como forma de poner la mira en el desarrollo. No es el caso de nuestro país donde desde el discurso oficial se visualiza el crecimiento como la panacea. Empero, más allá de las palabras, con los sucesos de Villa Soldati se ponían en evidencia las consecuencias de un modelo que se puede definir como de crecimiento con pobreza.

3.5. Sacarles a unos para darles a otros

Otra variable de uso frecuente para explicar las actuales políticas sociales en los últimos tiempos es la de la “redistribución”. Este gobierno entiende que una política de tales características implica, por ejemplo, afectar al campo por medio de las retenciones y canalizar esos recursos a sectores concentrados de la industria con el fin de mantener a un nivel alto el consumo de los más pobres. En el caso de la industria molinera se subsidia la harina para que el pan llegue al mostrador a $ 2,40/Kg (¿?). La modalidad ha dado lugar a fuertes distorsiones en la producción y comercialización agropecuaria con peligrosas implicancias futuras así como pérdida de valiosos oportunidades en el presente. Los chacareros no saben qué hacer con el trigo que es comprado a cuentagotas por los molinos sin respetar los precios internacionales; por su parte los exportadores amparándose en los cupos que pone el gobierno para exportar, también logran hacer grandes diferencias, comprando a cuentagotas, y abarrotando sus silos de material a la espera de las mejores condiciones. Los chacareros no pueden hacerse de efectivo para sus inversiones y cambios en el equipamiento.

3.6. Políticas sociales

Con los recursos capturados por el gobierno aumentan los llamados planes sociales, como el subsidio universal por hijo. El subsidio universal por hijo goza de buena prensa y aceptación en los medios académicos, con especial énfasis en los ligados a las disciplinas económicas. El obstáculo es que los indicadores económicos son los menos indicados para evaluar una política social.
Una política social es un abordaje complejo -principalmente pero no solo por pare del Estado- que con los recursos adecuados tiende a mejorar las condiciones integrales que caracterizan la situación de un colectivo social en un lugar y momento dado. Para Gerardo della Paolera “las políticas tienen que estar diseñadas para que haya movilidad social. Si, en cambio, existe un sistema populista y lo único que se hace es transferir dinero y no hay incentivos claros, se está anclando a estas poblaciones y a los hijos de quienes reciben estas transferencias a esa capa de ingresos bajos… hay una línea muy fina entre un diseño de políticas óptimas y el populismo”12.

¿Cuáles son los componentes de una política social? Por lo menos los siguientes: 1) debe dar sentido de utilidad al beneficiario lo que significa algún tipo de obra o servicios a la comunidad que le sea reconocido públicamente y que le que le ayuda a elevar la autoestima, 2) debe recibir capacitación en oficios y en abordar el desafío de un micro emprendimiento de carácter sustentable en el mercado y que pueda implicar reubicación territorial, 3) debe ser un medio para controlar y proveer los recursos necesarios para mejorar la condición educativa y sanitaria de su familia, 4) debe ser un medio para mejorar la gestión local en el cometido de la (re)inclusión social (la tarea del futuro más difícil en materia de gestión gubernamental); de la misma forma para los estados provinciales y nacional, 5) debe incorporar efectivo al bolsillo de los beneficiarios para mejorar su situación económica y activar los circuitos comerciales marginales de consumo, 6) debe contribuir a descomprimir el clima de crispación que caracteriza a los momentos en que las programas sociales se hacen imperiosos13.

El subsidio universal por hijo desde la óptica apuntada, no puede estar más alejado de lo que es un programa social. En realidad es una medida administrativa del sistema informático del ANSES -que nunca se ocupó de políticas sociales activas salvo la administración de las jubilaciones- que se limita a poner en el bolsillo de los más necesitados plata destinada principalmente a la compra de alimentos14. De esa manera, los pobres no se ven incentivados y desaprovechan las pocas opciones que les ofrece el sistema para salir de su situación. El clientelismo mata las mejores intenciones. En una política social activa, los beneficiarios deben tener la posibilidad de progresar con la contención, ayuda y dirección del Estado, en la medida en que su acción se base en el principio de la subsidiariedad y no en la suplantación de los esfuerzos. La verdadera redistribución es de oportunidades. La inclusión social sostenible se basa en el trabajo para que las familias tengan sus recursos para satisfacer el conjunto de sus necesidades en forma digna. Todo lo demás son paliativos que se deben instrumentar en forma transitoria toda vez que sea necesario hacia las soluciones definitivas. Por el contrario, de perdurar esos paliativos y establecerse como políticas definitivas –lo que ocurre habitualmente con suma facilitad dada la trama política del populismo dominante en esos sectores- se vuelven una frustración que provoca el aumento de la agresividad, la progresiva desintegración y descontento social.

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El conflicto en torno a Villa Soldati puso en evidencia cuestiones que ayudan a visualizar el estado del debate en la sociedad argentina por temas que no son solo los de coyuntura.

Villa Soldati fue una puesta donde se combinaron, en apariencia caótica, actores, temas de agenda, escenario y metodologías; constituyó en sí un Disneyworld de la sociología que más de un gabinete académico quisiera disponer para sus estudios. El desfile fue incesante: la droga (tema citado de entrada por las Madres de Plaza de Mayo a través de su vocero); la seguridad (con agudos enfrentamientos jurisdiccionales entre las distintas fuerzas involucradas); los punteros políticos y sus sensibles intereses ligados entre otros a los planes sociales; los vecinos al parque usurpado que vieron invadido su espacio; los problemas de imagen y de jurisdicción de los gobiernos nacional y local que se apresuraron a sacarse el fardo de encina. Pero también hubo por parte de los observadores y comunicadores visiones distorsionadas o parciales. Una de ellas fue la relativa a la vivienda. La primera reacción fue decir que lo que ahí estaba pasando era un problema de vivienda (un periodista radial acuñó la ingeniosa consigna: “una familia, un techo”). Luego comenzaron a verse las cosas de una forma más integral, refiriendo a cuestiones ligadas a las migraciones y la pobreza.

Ahora bien. Si todo esto pasa en un conflicto focalizado, de irrupción sorpresiva, pero de baja trascendencia inmediata, la pregunta es ¿de qué manera se pueden lograr acuerdos en cuestiones estratégicas cuando hay intereses corporativos tan encontrados que se encuentran cristalizados en los pliegues de la ideología?15

A mi criterio -y como hemos dicho en las tesis a las que se refieren estas notas- el problema principal de la Argentino es el desequilibrio territorial y demográfico que la aqueja desde hace tantos años. Todos los otros problemas –muchos y del más diverso tipo- se desprenden del problema principal o tienen una relación más o menos directa con él. Desplegando la agenda de problemas nos topamos con las cuestiones de seguridad, transporte, vivienda, pobreza, desempleo, marginalidad, exclusión, relación con el medio ambiente, energía, productivismo, etc. En cada uno de estos ítem hay políticas para acordar y poner en marcha pero la presunción es fuerte: si no se ataca el problema principal, todo lo que se haga al margen, a la larga o a la corta –luego de los consabidos anuncios sobre las cosas que se hicieron pero no los resultados que se obtuvieron, un clásico de la picaresca nacional- las cosas quedarán como estaban; las acciones no irán más allá de algunos movimientos de vaivén que, como en una estructura disipativa, se remitirán al origen dejando las cosas en el estado que fue el punto de partida y dio lugar a la acción. Habremos generado una nueva frustración; otra oportunidad más se habrá desperdiciado.

Parte 4

4.1. Xavi e Iniesta
Cuando el Barcelona “inclina la cancha” la pelota puede circular en distintos sentidos pero finalmente lo termina haciendo en uno: el del arco contrario. Algo de eso pasa en un territorio desequilibrado como el nuestro: los problemas y las expectativas de solución, como los radios de un abanico, se conectan con Buenos Aires estableciendo así una relación de amor/odio que, arraigada por años, termina por ser parte del problema. Esa dependencia, que el “centro” hace lo posible por realimentar, es la expresión del centralismo, un círculo vicioso sobre el cual más allá de alguna alusión retórica se suele hablar poco y menos aún hacer algo para comenzar a revertir.

El centralismo es una característica de la forma en que el país se fue configurando desde sus inicios, incluso heredando de la colonia modalidades de manejo territorial, sobre todo a partir del momento en que España comenzó a reformular sus expectativas con relación al Rio de la Plata. Sin embargo, la tendencia centralista se ha ido intensificando en las últimas décadas.

Entonces, hay que reconocer que el centralismo no es patrimonio del peronismo pero, como hemos visto, esa fuerza política, dominante en el último medio siglo, promovió o se dejó estar frente al fenómeno concentrador y en todo caso lo usufructuó políticamente16. A pesar de todo el poder que el peronismo ha sabido construir nunca se preocupó por poner en práctica medidas descentralizadoras ni siquiera con el fin de favorecer regiones del país donde poseen una importante base política cuyos caudillos, más allá de algún refunfuño esporádico, han terminado de hecho sometidos a la atracción del centro con la ilusión de agregar valor al poder partidario (algunos de esos dirigentes regionales estando a cargo del gobierno central como Menem y Kirchner, fascinados, se han adaptado rápidamente al unitarismo).

Sin embargo, en los últimos tiempos la problemática del centralismo -como factor aglutinante, abarcador y condicionante de otras variables- aparece de una manera distinta y con más insistencia reflejada en trabajos de comunicadores y formadores de opinión. El hecho puede derivar de la maduración de algunos procesos del conocimiento de la realidad.

4.2. Revelación de una problemática

Se ha calculado que el gobierno “gasta en subsidiarles servicios públicos a los residentes porteños tanto como cobra en retenciones quitadas al agro que rodea a buena parte de esas treinta y tres ciudades que le siguen”17. En una nota ya mencionado aparecida cuando estábamos terminando estos apuntes, se afirma que “para ser viable, la Argentina necesita un rediseño territorial, que habilite luego un nuevo pacto federal fiscal (y que) cambiar el esquema del país y solucionar el drama del conurbano nunca fue ni será sencillo porque necesita de alguien que tenga mucho poder y esté dispuesto a ser un presidente impopular y tener un solo mandato”18.

También en las organizaciones del campo se ocupan frecuentemente del tema del centralismo especialmente la Federación Agraria y CRA. Dichas instituciones han dicho más de una vez que el problema de las retenciones no reside solo en la defensa de los intereses corporativos si se tiene en cuenta la magnitud de las retenciones y de los subsidios que se aplican en las ciudades. Naturalmente, el desequilibrio se traduce en emigraciones o expectativas de tales lo que necesariamente priva de sentido a la vida del interior que solo es una espera para el momento de la partida. Es por eso la necesidad de una visión estratégica reflejada en “una política nacional que abarque al interior y que promocione un sistema sustentable”19.

En una de las notas publicadas con motivo de los sucesos de Soldati, los puntos de vista se fueron orientando hasta llegar a poner en el tapete el problema territorial. Al evidenciar los límites a los que ha llegado la realidad política y social, se pone el acento en la combinación letal de centralismo+clientelismo, un cóctel de gran potencial sinérgico20. Sin embargo, paradojalmente, en la nota se esboza el siguiente razonamiento: la gente emigra del interior al GBA buscando resolver sus problemas en el lugar de origen; empero, cuando el emigrante llega al GBA no ve satisfecha sus expectativas debido a que el GBA no dispone de los recursos que le corresponderían en el caso de que la suma de asignaciones legales y arbitrarias fueran realizadas en forma equilibrada por medio de la coparticipación entre las distintas provincias. Y se da el siguiente ejemplo: el año pasado las provincias en promedio recibieron 2430 pesos por habitante en concepto de transferencias legales (no discrecionales), sin embargo a la provincia de Buenos Aires le correspondió 1276 pesos y 634 a la ciudad de Buenos Aires. Se puede inferir entonces, siguiendo el razonamiento esbozado en la nota de referencia, que: si las asignaciones por coparticipación fueran las que corresponden el problema estaría resuelto, es decir, la gente migrando al GBA vería satisfechas sus expectativas. ¿Es realmente así?

El límite de redundancia a que han llegado los abordajes tradicionales de la problemática argentina -la mayoría de ellas producto de visiones sesgadas que derivan del uso aislado de las distintas disciplinas- han obstaculizado un enfoque de conjunto para lo que se puede concebir como un poliedro conceptual con muchas caras de ingreso21. Como una manifestación de esos obstáculos epistemológicos, se puede verificar que en nuestro medio aún no son frecuentes las prácticas transdisciplinarias a cargo de equipos multidisciplinarios capaces de dotar de una imagen más compleja a problemas complicados como los que tenemos que enfrentar día a día.

4.3. Entropía

En este trabajo se introduce una visión de la entropía que apunta a configurar una herramienta de evaluación para mejorar la eficiencia y la eficacia en la utilización de los recursos que se destinan a intervenciones territoriales.

Aunque existe una idea que la asocia al desorden y al caos, aquí se define la entropía como “una propiedad de los procesos referida a la cantidad disponibles de opciones realizables y/o la velocidad con que las mismas lo van haciendo”. Así por ejemplo, diremos que con una vida por delante, un recién nacido tiene baja entropía porque está todo por hacerse en la medida de realizar las opciones disponibles que cada individuo porta al nacer; por el contrario, quien ha decidido suicidarse tiene alta entropía porque solo le resta el tiro final; no dispone de otras opciones. En este caso nos referimos a la entropía como variable de estado, una noción sincrónica que da la pauta del potencial de realización que muestra un sistema en un momento dado.

Existe otra forma de aplicar la noción de entropía. Imaginemos un joven prometedor, lleno de posibilidades, cuya vida disipada hace que queme en forma compulsiva y acelerada sus oportunidades. Diremos en este caso que su crecimiento es entrópico; todo lo hace a tontas y a locas desperdiciando las opciones que se le presentan y confiriendo a su quehacer una baja eficiencia y eficacia de insumos y productos. Por el contrario, de otro joven con las mismas opciones, pero que las va realizando en forma ordenada, con prudencia y parsimonia, privilegiando la eficiencia y la eficacia al ponderar su accionar en cada paso para prever sus consecuencias, diremos que recorre un proceso de baja entropía. En este caso se concibe a la entropía como variable de cambio.

La entropía siempre es positiva y su ponderación –intuitiva porque aplicada a la marcha de la vida personal o los procesos sociales aún no cuenta con una manera de medirla como sí se lo puede hacer en los dominios de la fisicoquímica- permite tener una dimensión de cuál va a ser el comportamiento de los recursos que comprometamos en un proceso y los resultados esperables.

4.4. ¿La pobreza es solo un problema de plata?

Tomemos el caso de una villa de emergencia22. Esos asentamientos ya tienen alta entropía (falta de oportunidades) y, asimismo, el desarrollo compulsivo de su vida la aumenta aceleradamente (“queman” las pocas opciones que aparecen en procesos que liberan mucha entropía). ¿Qué se quiere decir? Por un lado, que las pocas opciones disponibles se reflejan en la falta de trabajo, de crecimiento, de calidad de vida, y muchas otras variables que se puedan considerar; por el otro, cuando se prende una chispa de cualquier tipo, individual, familiar o comunitaria, la deflagración corre como reguero de pólvora porque todo se vive al límite, no existen mecanismos de contención entre otras razones por la falta de arraigo. En esos casos, una política habitual de asignar recursos en lugar de promover e incrementar la disposición de opciones, puede no alcanzar los resultados buscados y/o, por el contrario en no pocos casos, agravar la situación. Por ejemplo, ante la inseguridad proclamar políticas de exterminio o disponer más policía con todas las externalidades que ello implica.

Las políticas asistenciales -que no se pueden dejar de hacer- no tienen grandes efectos positivos (salvo para la activación del mercado y del comercio a esos niveles porque mantienen un nivel de consumo). La concepción clientelar de las políticas sociales (que termina siendo una reivindicación para el populismo) hace que la gente se acostumbre a la dádiva más que al esfuerzo para mejorar o resolver su situación en forma autónoma.

4.5. ¿Donde poner los ladrillos?

Una misma intervención causa distintos efectos según el contexto donde juega su rol el capital social. Para la ponderación del capital social se considera la sociabilidad de un conjunto humano, y aquellos aspectos que permiten que prospere la colaboración, la solidaridad y la concreción por parte de los actores individuales de las oportunidades que surgen en estas relaciones sociales. El capital social se basa en la confianza y el respecto entre los individuos, las normas que los rigen y las redes que los vinculan; considera los factores de alteridad, lo que acerca a los individuos, y cómo esa convivencia comprometida incrementa las interacciones entre los individuos para el bienestar de un colectivo través de la acción comunitaria.

Si se encara la opción de “mejorar la calidad de vida” aparecerá como más conveniente otro tipo de proyectos que le generen al beneficiario más satisfacción que aumento del resentimiento: por ejemplo ayudar a crear una opción sustentable de trabajo lo cual puede implicar una reubicación de su residencia y mientras tanto permanece en el lugar, sea más conveniente un programa de tipo “soluciones habitacionales”. En ese proceso puede que se justifiquen, pero en otro lugar, la millonarias inversiones en viviendas características de los programas sociales. La misma decisión adoptada con la misma gente, pero en un contexto de mayor capital social y baja entropía, con mecanismos de participación, los resultados serán totalmente distintos: contribuirá a aumentar las opciones de realización y mejorar el bienestar individual, familiar y social.

Hay un caso interesante: las casas de dos pisos para villeros que la Municipalidad de La Plata hizo con ostentación a la entrada de la autopista a Buenos Aires desde donde se pueden ver, amarrados a los palenques, los carritos de cartonero con sus petisos pastando. Obviamente la discusión no pasa por plantearla en los términos de “casas sí o casas no” porque en última instancia el villero como cualquier ciudadano tienen el derecho a verse favorecido con una dada política estatal de acción social. El problema pasa por otro lado.

4.6. Con esta sí, con esta no…



Villa 31. Retiro. Buenos Aires

La imagen de la derecha llevó a la presidenta a valorar el ladrillo cerámico como signo de progreso en la Villa 31 de Retiro; lo hizo al comparar las actuales construcciones en propiedad horizontal con las casillas de cartón que ella veía de paso a Aeroparque durante los primeros años de su actividad legislativa. Trascartón, desde el ministerio de Desarrollo Social se incrementó un flujo de ladrillos, chapas y otros medios de cambio de favores clientelares para continuar con ese extraño modelo de desarrollo.

Por el contrario, la imagen de la izquierda nos sugiere imperiosamente que los ladrillos habría que ponerlos de ese lado. Hay otro problema. ¿Cuáles son las reales necesidades que se la plantean a la comunidad wichi? ¿Por qué se murió de hambre la indígena? ¿Por falta de alimentos?

Las famosas NBI son elaboradas en despachos del mundo académico habitualmente alejados del territorio. Y la comunicación pública participa de esa extrañeza. Por tomar un caso: el del hambre, lo que da lugar a planes sociales con fuerte financiamiento, a la constitución de ONG al respecto, a una multitud de muestras de solidaridad que trascienden en palabras y hechos en la opinión pública, a la beneficencia en los marcos de la responsabilidad social empresaria. Para empezar y al respecto hay que aclarar que en la Argentina no hay hambre; lo que hay es una ingesta desequilibrada que no se condice con la variedad de alimentos disponibles, pero que también hay que reconocer que está en línea con determinados condicionantes culturales los que, no obstante, también se ven afectados por la urbanización y el desarraigo. Si un indígena de Formosa come pescado crudo eso no quiere decir una ingesta insuficiente en cantidad por lo cual se quedaría con hambre; sí claramente un ingesta deficiente en calidad y diversidad, lo que seguramente le quitará años de vida. Si un changarín desocupado del ex mercado Spinetto en el barrio de Congreso, remueve un tacho de basura sabiendo por su experiencia lo que busca, no hay que obviar que en los alrededores hay la cantidad suficiente de comedores comunitarios gratuitos regenteados por las iglesias. Cuando en un medio se quiere significar “hambre” se ha dado el caso de fotografiar a un niño claramente afectado de raquitismo al lado de su hermanito que muestra sus mofletes rozagantes. Los planes sociales que financian generosamente a los comedores comunitarios, se ven enfrentados a la realidad de que esos comedores no tienen la cantidad de beneficiarios reales con relación al monto de la ayuda que reciben; en no pocos casos, se está financiando a las burocracias punteriles o de ONG’s que hacen un modo de vida de la solidaridad con recursos estatales. Por último, se puede ver en esos comedores, pallets de “alimentos no perecederos”, normalmente farináceos, que no contribuyen justamente a cualificar y diversificar la ingesta (y que en no pocos casos les permite a las empresas desprenderse de alimentos próximos al vencimiento -como a través de los bancos de alimentos- para luego sacarse fotografías y ponerlas en sus balances polícromos). Como broche están los programas como el “pro-Huerta” de paupérrimos resultados salvo en la imaginación de quienes redactan los informes para justificar las erogaciones que mantienen y retroalimentan las burocracias. Hay muchos interrogantes muchos de ellos que no se llegan a formular por el temor por parte de quienes se hacen las preguntas de ser tildados de falta de sensibilidad.

Volviendo a los ladrillos y a los wichi. La primera reacción es entonces poner los ladrillos en la toldería. Empero, tampoco la cosa es tan fácil porque hay otras prioridades si de intervenciones se trata. Por ejemplo, una efectiva campaña contra el mal de Chagas (medida por sus resultados y no por la cuantía de recursos destinados) antecede al hecho de que si los ladrillos son cerámicos o de adobe, en tanto unos u otros estén bien desinfectados. Es más importante tal vez una solución habitacional (núcleo húmedo) que una construcción nueva, dicho esto en comparación a los recursos invertidos y la necesidad de aumentar las opciones productivas sustentables entre las poblaciones más pobres del interior para que no emigren. Una buena campaña desde el colegio para el cultivo de frutas y verduras y usarlas frescas en la dieta hogareña para lo cual no hace falta ningún programa especial, salvo el uso de un tiempo del recreo de los chicos, la disposición de la maestra, o la tarea de sus padres después de hora. No hay factor más poderoso de penetración de los cambios culturales en la familia que los colegiales –afortunadamente de asistencia masiva a lo largo de todo el país- cuando están bien adoctrinados, capacitados y enfervorizados23.

En resumen: hacia las soluciones definitivas (trabajo sustentable-salud-educación-vivienda-calidad de vida, en el pago) de lo que se trata es de ir aumentando las opciones con medidas de gobierno y la sociedad civil en una combinación sinérgica que incremente el potencial de cada territorio y de cada familia. Aquí es donde hay que poner el acento de las políticas de estado. Mientras tanto las medidas inmediatas van orientando la marcha de los acontecimientos hacia el escenario deseado el que estará determinado, a su vez, por las medidas de largo plazo. En todo este proceso, se debe incorporar la variable entropía para monitorear la eficiencia y la eficacia de las intervenciones. De esa manera se podrá ver si el proceso muestra un aumento de las opciones o, por el contrario, las opciones se estacionan o disminuyen detrás de la ilusión de la redistribución de la riqueza que en ese caso no es más que el aumento del consumo que hacen posible los recursos que se hace llegar al bolsillo de los beneficiarios.

4.7. La cuestión energética

Hay cosas que se dan por sentadas. Días pasados en una nota ya mencionada24 se afirmaba que en nuestro país se tienen que invertir en energía U$S 7.000/año. La cifra no solo por lo voluminosa promueve interrogantes y consideraciones sobre su pertinencia a pesar de que se la pone en boca de un consultor reconocido. Veamos algunos elementos de contexto:

1) la British Petroleum vendió su parte en Pan American Energy a los chinos. La PAE es la principal empresa petrolera que opera en el suelo argentino a cargo de la explotación del yacimiento Cerro Dragón en los alrededores de Comodoro Rivadavia, un yacimiento maduro que sigue batiendo récords, que viene a ser por su carácter emblemático como la nave insignia del oro negro en nuestro país. La BP justifica la estratégica operación en que tuvieron muchos gastos (?) para obturar la pérdida en uno de sus yacimientos marinos en el golfo de México, catástrofe que tuvo en vilo al presidente Obama y los ecologistas del mundo durante gran parte del año pasado.

2) hace dos años, según The Observer, el ex primer ministro Brown se pronunció por que Gran Bretaña esté a la vanguardia de una nueva sociedad como lo estuvo dos siglos atrás con las revoluciones industriales. Para ello dijo “debemos utilizar nuevamente el conocimiento y la experiencia de nuestros ingenieros y científicos para emprender una revolución verde que cambiará significativamente la forma en que vivimos y trabajamos…el cambio climático afectará a cada individuo, cada familia, cada comunidad, cada empresa, cada economía y cada gobierno…estoy resuelto a que Gran Bretaña esté a la vanguardia de la transición a sociedades con bajo consumo de carbono”.

3) ¿Quién estará en lo cierto, Brown que se juega por el bajo Carbono o nosotros que seguimos quemando petróleo como si todo siguiera igual? ¿Todo el crecimiento industrial debe ser necesariamente electro intensivo? ¿Y las industrias sin chimeneas? ¿Hace falta seguir alimentando con energía una concentración urbana que ha llegado al límite de la tolerancia? ¿Y los coches híbridos eléctricos que estos días son promocionados con bombos y platillos como el Chevrolet Volt y los Honda que ya circulan por nuestras calles? ¿Dónde están los grandes negocios del futuro, en el petróleo o en el mercado de bonos de Carbono? ¿No habrá llegado el momento de dar los primeros pasos para iniciar una larga marcha enfilada a una relación ecosistémica más racional? ¿Y si no damos esos pasos hoy que existen las condiciones para formular y ejecutar políticas de estado, cuándo será el día?

Argentina tiene las mejores condiciones para iniciar la larga y promisoria marcha que la conducirá segura hacia una economía verde. Este objetivo -estratégico, moderno, racional y revolucionario- tiene que ser uno de los puntos fuertes de una política de estado y deberá ser ejecutado casi seguramente por presidentes que no les tiemble la mano ni aspiren a la reelección.

4.8. Qué producir…

Nadie discute que la iniciativa privada tiene el derecho de producir lo que más le convenga. Pero eso no obsta para que en un diseño de país compartido se prioricen determinados sectores de la producción de bienes y servicios, en función de un modelo acordado, referido a las condiciones de desenvolvimiento del mercado internacional y a las ventajas comparativas y competitivas disponibles. La iniciativa pública también puede hacer lo suyo, es decir, promover ciertos sectores productivos que sean la consecuencia de un consenso y que se traduzcan en políticas de estado. Para citar un ejemplo cercano, en el primer modelo argentino, el agro exportador, surgido de un consenso implícito que fue el fundamento de una política de estado de largo plazo, todo lo que el estado hizo en conjunto o para apoyar la iniciativa privada, estuvo orientado a desarrollar ese modelo. Se puede decir que los objetivos estratégicos fueron alcanzados. Bueno, ahora también debe pasar lo mismo. Solo falta ponernos de acuerdo (¡pequeña tarea!) sobre cuál es el modelo que vamos a promover. En ese sentido, no alcanza con invocar la “producción” sin aditamentos. Hay que ponerle nombre y apellido a la industria argentina. Y esa política tiene que ser la consecuencia de un debate tan amplio como transparente que permita la formulación de políticas de estado que cuenten con el apoyo de una mayoría de los factores productivos y la población.

Hay que apoyarse en las experiencias exitosas en consonancia con los indicadores de los nuevos paradigmas globales. Estos son algunos de los sectores que más expectativas despiertan no solo en el autor de estas notas:

Cadenas de valor agroalimentarias y agroindustriales con sentido federal. Clúster de maquinarias y agro servicios. Servicios de consultoría, financieros, médicos y educativos. Mecánica de precisión y autopartes. Vinos con denominación de origen. Alimentos sofisticados. El turismo de variada oferta, en primer lugar, la ciudad de Buenos Aires. El fashion de Palermo. El diseño en todas sus modalidades. Las industrias culturales. Otras ciudades como Rosario. Organización de eventos. Talento deportivo. La petroquímica al pie de los pozos. Equipamiento atómico en Bariloche. Energías alternativas y producción “verde”… y otros sectores (no muchos más) sobre los que hay coincidir en un plan estratégico nacional.

Parte 5

La propuesta

Hay que terminar con el federalismo retórico. Hacer una verdadera distribución de riqueza… de oportunidades. Ello implica una organización de la asignación de los recursos según un plan estratégico. Las expectativas que son orientadas a la solución coyuntural de las urgencias surgidas de la pobreza desesperada, deben serlo en el sentido de soluciones sustentables. Hay varias herramientas que se pueden poner en marcha.

5.1. El rol del Estado

Es importante el tema de la propiedad. No es cierto que puedan existir empresas estatales eficientes por más que en algunos lugares lo sean; no es el caso de la Argentina donde las empresas han sido (y siguen siendo) cotos de caza. Una empresa, sobre todo cuanto maneja recursos en gran escala, ocupa la libido de una parte del estado, quitando lugar a la labor de regulación y promoción socio productiva; se ponen en movimiento una cantidad de prejuicios con sentido paternalista, ni hablar de la corrupción y prácticas burocráticas25. Lo que debe ser fuerte (y lo más pequeño posible en volumen) es un Estado activo que marque el rumbo y favorezca las políticas estratégicas con una gran capacidad de desprenderse de los lastres ideológicos que impiden una permanente acomodación del país en la crema del progreso y la innovación mundial. La iniciativa privada tiene todo el derecho de impulsar sus actividades productivas (dentro de las leyes y sin aprovecharse en forma indebida de los bienes públicos), pero el Estado tiene el deber de impulsar aquellos sectores que los consensos de las élites consideran estratégicos y garantizar, incluso con protecciones transitorias, que dichas actividades alcancen su masa crítica de sustentación.

5.2. Romper los fatalismos

Podemos decir que la diferencia de valores entre dos variables cualesquiera, da lugar a un flujo, una corriente que se dirige desde lugar donde la variable tiene el mayor valor al de menor valor. Ejemplo: el agua de una casa que reposa en un tanque que está en el techo, con solo abrir la canilla de la pileta, sin hacer ningún esfuerzo, se dirige sin dudar a la pileta. En ese caso la variable es: la altura del agua que varía si abrimos la canilla y la corriente es: el chorro de agua. Si consideramos la variable pobreza y sus distintos valores entre las regiones de un país, habrá una tendencia natural a las migraciones desde donde hay más pobreza hacia donde hay menos pobreza. En este caso las corrientes o flujos son migratorios. La mayor pobreza que se registra en el NEA el NOA y en Cuyo, fuerza migraciones de familias que tratan escaparle a la miseria. Como hemos visto esas corrientes se vienen registrando sin interrupciones desde antaño. Las variables pueden ser: posibilidades de trabajo, protagonismo político social, acceso a la educación, servicios de salud, luces del centro, y otras decenas de variables que se puedan imaginar.

Desde la dinámica de los sistemas, que se ocupa de la disposición territorial de las variables, sus valores (potenciales) y los desplazamientos a que dan lugar las diferencias entre ellas, los flujos (corrientes) que se producen se pueden representar por un vector centrípeto (periferia centro) como los que vemos en el siguiente mapa que muestra las proporciones actuales de la pobreza en nuestro país.

¿Cómo romper el fatalismo, los lugares comunes, las inercias, la fuerza de la costumbre, la maraña de factores e intereses que están presentes en estos casos? Para equilibrar un sistema que está desequilibrado desde hace mucho tiempo, y que se va desequilibrando cada vez más, hay una sola forma: a los vectores centrípetos hay que superponerle vectores centrífugos con la fuerza y el tiempo suficiente como para doblarles el codo a los centrípetos. Eso son políticas de estado que tienen que formularse con mandatos concretos desde el inicio de manera que orienten en forma creciente el imaginario nacional y el fatalismo se transforme en esperanza compartida. Veamos una forma de las muchas que pueden ponerse en movimiento.


UNA ARGENTINA APLASTADA POR LA POBREZA

Herramientas fiscales

Una política de círculos concéntricos de fiscalidad decreciente, establecida y ejecutada en el largo plazo, actuará para canalizar las inversiones y la generación de puestos de trabajo que es la condición necesaria para reorientar las expectativas poblacionales. Lo demás es labor política y de comunicación, de manera que las familias comiencen a repensar el futuro de sus hijos en condiciones de credibilidad y previsión. Un fuerte sentido de rearraigo debe inspirar a los pobladores para que su vínculo con el medio sea duradero, como se daba antes.

Tomemos algunos casos testigos que pongan en evidencia que una política de estado no siempre coincide “con lo que la gente quiere” ni está llamada a tener réditos electorales. Sobre todo, que los escenarios que se puedan configurar no surgen de una extrapolación de las condiciones presentes como se suele hacer cuando se imagina el futuro. Una política de estado implica una ruptura profunda de conceptos lo cual no quiere que se tire todo por la borda ni que las imágenes surjan de la nada, desechando los valores y las culturas que nos animan. Vamos a dar un ejemplo. En los ochenta cuando ya los procesadores de texto comenzaban a poblar los escritorios, en una escuela técnica del ramo se seguían enseñando como si nada estuviera pasando los fundamentos de la linotipia y la composición en caliente porque era eso lo que los profesores habían impartido toda su vida. Cuando hubo que cambiar ya se habían gastado algunos años en conflictos y expresiones del tipo “eso no va a andar”. En internet hay un muestrario muy gracioso de “pifias” famosas a cargo de gente inteligente que sin embargo no supo anticipar tendencias.

La reorientación de los recursos a invertir y en general de todos los recursos que se ponen en juego en las intervenciones, ameritan un cambio en la concepción del locus (lo local). Hoy a diferencia del pasado la masa crítica no se logra con la concentración territorial; más bien, en no pocos casos, ocurre lo contrario. Internet es una herramienta que ha cambiado la noción de lo tridimensional a lo n-dimensional, de manera que en un punto cualquiera del planeta, como en un holograma, tenemos la totalidad de las demandas y las ofertas de todo tipo que animan a la sociedad planetaria. Por cierto, no todos se pueden desenvolver de la misma forma y presteza en la aldea global, pero estos son procesos que se ponen en marcha sin fecha de vencimiento en los casos donde la administración de las urgencias, las emergencias, las divergencias y las convergencias, lo hacen posible (que es una tendencia factible).
El desarrollo local debe ser una política nacional. En cada pueblo y ciudad del país, que son miles, se debe organizar la producción de manera de agregarle el mayor valor posible a los insumos locales para generar bienes y servicios destinados al mercado local y global. De esa manera las familias van a tener a donde ir o regresar, sin disparar de ninguna miseria y al encuentro del bienestar. Un nuevo imaginario nacional irá tomando forma en las próximas décadas. Seguidamente, vamos a exponer algunos ejemplos expuestos en forma sencilla de cosas conocidas que muestran la dimensión de los cambios que nos esperan. Como estos, librada la imaginación popular, se pueden imaginar miles de otros casos.





























5b. Anexo

5b.1. Pagani eligió distinto

Hace algunos años, en época de los militares, se planteó la disyuntiva “acero o caramelos” como metáfora de los caminos posibles para el desarrollo de nuestro país. Si en ese momento se hubiera realizado una encuesta sobre las preferencias de los argentinos sin dudar nos habríamos pronunciado mayoritariamente por el acero; se habría evidenciado de esa manera una clara influencia de los modelos productivistas referidos a la defensa nacional. Las cosas no ocurrieron de acuerdo a lo previsible. Hoy el acero argentina está en manos de un grupo empresario de la India. ARCOR es el primer productor mundial de caramelos y compite en 120 mercados de los cinco continentes.

5b.2. Un referente del empresariado

Otro caso emblemático es el de Coniglio, el fabricante de ropa para niños y adolescentes. El emprendimiento es un leading case porque reunió todos los requisitos de un proyecto moderno y exitoso: diseño original y de gran belleza, capaz de marcar las tendencias de la moda, creación de mucho trabajo façon, empuje comercial, franquiciado en otros países. Coniglio pudo competir en cualquier escenario global debido a su capacidad y velocidad de innovación sin la más mínima posibilidad de ser imitado en tiempo real. Luego de un período de expansión, es vendido en condiciones ventajosas a un fondo de inversión, en una operación irreprochable desde el punto de vista económico, de esas que hacen crecer como nunca la autoestima de sus autores. El creador de Coniglio, Ignacio de Mendiguren, seguidamente se dispuso a fabricar alpargatas con suela de goma, un producto más al tono de Brasil o China.

5b.3. Una decisión controvertida

La unanimidad del rechazo al proyecto del tren bala (también conocido como “tren de alta velocidad” o TGV) no se debió en lo fundamental a las sospechas de corrupción que podían rodear al trámite de licitación por parte del gobierno kirchnerista. No. El rechazo respondió a tres razones: 1) el despilfarro que significa una inversión de tal magnitud, 2) la impertinencia de pensar en un tren lujoso cuando la gente viaja como ganado desde el gran Buenos Aires, 3) lo inoportuno del proyecto cuando los pequeños pueblos languidecen por el levantamiento de los servicios ferroviarios que los vieron nacer. Este gobierno ya se va y el proyecto fue dejado de lado de manera que la razón primera ya no tiene vigencia. ¿Son valederas las dos razones restantes como para no retomar el proyecto suponiendo que sea gestionado en condiciones de transparencia? Hagamos algunos comentarios sobre la batería argumental desplegada por quienes pueden fungir de representantes de esa mayoría opositora, por lo menos en este caso.

  1. Los pueblos languidecen no por culpa del levantamiento de los servicios ferroviarios sino por un cambio de paradigma en la producción de cereales.


cosecha en 1910 cosecha en 2010


Vemos la diferencia de puestos de trabajo registrada en un siglo para producir mucho menos cantidad de cereal y en condiciones de menor productividad. Esa gente vivía en pequeños pueblos y se desplazaba al campo para la cosecha y las otras labores agrícolas. Cambiados progresivamente los métodos productivos, ¿quién podía dar trabajo en esos lugares a los que se fueron desplazando? La realidad de cien años demostró que la pregunta no tuvo respuesta positiva, y la gente se vio obligada a emigrar a las ciudades.

El levantamiento de los ramales fue el tiro de gracias para una realidad que ya estaba totalmente determinada. Como hemos visto, muchos años antes se comenzó a construir caminos paralelos a las vías porque el tren dejaba de ser competitivo para los transportes de cereales en pequeña escala (no en gran escala que sigue siendo mucho más competitivo que el transporte automotor aunque juegan en ese caso otros intereses que todavía son dominantes)

  1. El problema del conurbano no es solo como se viaja sino porqué se viaja.



Expreso del Oriente tren del conurbano

Si se pusiera el expreso del Oriente -el tren más lujoso que ha existido- ¿cuanto tiempo tardaría en transformarse en un tren del conurbano? El problema es que la gente gasta en viajar 4 horas diarias que le resta al descanso. ¿Con qué humor puede hacerlo? ¿En qué nivel se encuentra el capital social como para hacerse cargo de tamaño despropósito?

Como vemos, existe un enfoque de los trenes que admite otros puntos de vista. Ahora veamos la cuestión de las nuevas tecnologías ferroviarias.

3. ¿Qué están haciendo los demás en materia ferroviaria?

Países de nuestro nivel como Turquía, Sudáfrica o Brasil están construyendo el TGV a todo vapor. El tren bala se encuentra en la mayoría de los países de la UE. Formó parte de la plataforma propuesta para gobernar Chile en las últimas elecciones por parte de Ominami, un hombre claramente de izquierda. China acaba de inaugurar el TGV más rápido del mundo y proyecta desplegar en los próximos tres años 42 líneas a lo largo de 13.000 Km de vías para servir al 90% de su población. Obama se propone montar un red de trenes de tecnología magleb (suspendidos por levitación magnética) que en Japón ya han alcanzado velocidades cercanas a los 600 Km/h. Un ejercicio numérico. Estoy en la puerta de Retiro. En cinco minutos, el tiempo justo para tomarlo, sale de esa estación el tren bala a Rosario. Al mismo tiempo, otro pasajero que prefiere viajar en avión toma un taxi también en la puerta de Retiro para ir a Aeroparque. Cuando el pasajero que prefiere viajar en avión ha llegado a Aeroparque y todavía está haciendo la cola en el mostrador de embarque, el pasajero que viajó en el tren bala acaba de llegar al centro de Rosario. Si el mismo ejercicio se hace con relación a Córdoba, el tren está ingresando al centro de la ciudad serrana cuando el pasajero que prefiere tomar el avión, todavía en Aeroparque, se está ajustando el cinturón para decolar, si todo anda bien... En las décadas sucesivas todo el mundo se unirá con trenes de alta velocidad incluso por túneles debajo del mar; un negocio faraónico del cual nuestro país podría participar desde su inicio: tiene historia, recursos humanos experimentados, conoce bien el negocio y dispone de tecnologías de punta como la superconductividad (la que usa el magleb que proyecta Obama) y nuevos materiales. En 1857 Sarmiento tuvo que golpear con el puño repetidas veces su pupitre en el Senado bonaerense para dar luz verde a la extensión de la línea férrea de Buenos Aires hasta San Fernando, resistida con ahínco por el lobby de conductores y patrones de carretas. En nuestro país la extensión de las líneas férreas fue más de 100 veces superior a la implicada en la propuesta del sanjuanino.

5b.4. Polo

Hay una experiencia reciente de cómo lo pequeño puede expandirse: el clúster del polo. Un sector exclusivo, no exento de glamour (una forma de belleza ligada al lujo y al refinamiento), apoyado en tradiciones criollas pero con formas modernas de organización, que se proyecta con éxito al plano global. Capaz de una realización que no estará en lo inmediato al alcance de país alguno (poner 80 goles en una cancha para jugar un partido en París o Buenos Aires), el polo es trabajo de diverso tipo, altos ingresos, manejo genético, belleza no solo animal, creación de exitosísimas marcas de indumentaria y equipamientos, llegada internacional a los más altos niveles de decisión, acceso al sponsoreado más sofisticado…, todas facetas de la actividad ligadas al máximo agregado de valor. Se cuenta que en una oportunidad el Príncipe Felipe imaginó cambiar las Malvinas por los Heguy. La sola verbalización de la posibilidad –aun en el plano de la fantasía y en tono de chanza- muestra el verdadero potencial de la actividad. Sin que todas las ramas susceptibles de ser consideradas económicamente viables tengan esas condiciones tan favorables, el clúster del polo es, empero, un ejemplo paradigmático en materia de desarrollo local. ¿Cuántos de estos casos en distintas ramas de actividad permanecen a la espera de una oportunidad?







Ing. Alberto Ford
Enero de 2011


1 que nos retribuyeron con las habaneras -una de las fuentes originarias de nuestros tangos- traídas al puerto de Buenos Aires por lo marineros cubanos que cargaban el charqui
2 Conocidos con el mote de “oligarquía terrateniente” es uno de los sectores sociales de la Argentina que están esperando una relectura de su trayectoria. En la referido a la propiedad de la tierra en nuestro país hay que diferenciar cuatro momentos: 1) el de los verdaderos terratenientes como Rosas y otros estancieros criollos con grandes explotaciones extensivas y métodos rudimentarios de producción ganadera; con el corte del vínculo con España, esos ricos hacendados fueron puestos en la zaranda, algunos pasaron (como las Alzaga, Martínez de Hoz, García Mansilla herederos de Rosas que por casamientos con los Bemberg han llegado hasta hoy como familias poderosas, etc.). y otros se volvieron a la península, 2) los beneficiarios militares del reparto de tierras por parte de Roca como consecuencia de la campaña al desierto, cuyos nombres designan estaciones pero no fueron muy afectos a las tareas de la labranza por lo que tardaron lo que un suspiro en desprenderse de las tierras, 3) sectores provenientes del comercio, enriquecidos algunos de ellos en el abastecimientos al Ejército (como los Santamarina, Pereyra Iraola, etc.,), y otros de familias europeas en condiciones de traer capitales (Bemberg), que compraron grandes extensiones de tierra pero que se fueron haciendo estancieros con un sentido productivo moderno, 4) los inmigrantes europeos que por diversas formas de explotación de la tierra como la “mediería”, cooperativas o colonias, etc., fueron dando forma al prodigioso desarrollo del capitalismo agrario en la pampa gringa que goza de buena salud hasta nuestros días.
3 cuyo campo sobre la laguna de Chascomús era administrado por Thomas Ford de oficio ovejero (tatarabuelo del ex presidente Alfonsín; el “kelper” que alguna vez mencionó entre sus antepasados porque estuvo viviendo durante dos años a partir de 1842 en las islas Malvinas al punto que a su primogénito lo llamó Thomas Malvine) según cuenta William Mc Cann que en la mejor tradición de los viajeros ingleses escribe, en 1847, Viaje a caballo por las provincias argentina, traducido por el historiador santafesino José Luis Busaniche.
4 Ver Sbarra, Noel. Historia del alambrado en la Argentina. Editorial Eudeba. Buenos Aires, 1964.
5 hermano de Thomas mencionado arriba
6 El más grande de los hermanos, Juan, yendo hacia Asunción por tierra, pernocto en el convento de San Lorenzo la noche de la batalla donde lo estaba esperando el en ese momento Coronel José de San Martín. La vívida descripción del combate por parte del agudo observador, que estuvo en el puesto de mando junto a San Martín hasta que terminaron las acciones, es un tanto desmitificadora de las imágenes epopéyicas que se reflejan en la marcha.
7 Documento de discusión en la CON. Diciembre de 2009
8 Los contratos petroleros suscriptos fueron luego anulados durante el gobierno de Illia
9 Me informa Hugo, tucumano de nacimiento hoy platense por adopción, que siendo un niño apilaba la caña que cortaban en la zafra su padre y el resto de la familia, hoy a cargo de que brillen todos los días los mocasines de los diputados bonaerenses.

10 Terragno Rodolfo, Políticas de Estado: un hecho histórico, La Nación, miércoles 29 de diciembre de 2010 <http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1337160>

11 Acomodarse por bondad al gusto y voluntad de alguien
12 Ver: <http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1343532>

13 Aunque sea motivo de debate, se puede decir que el mejor programa social que tuvo la Argentina fueron las tres versiones del Trabajar en los noventa (el problema es que como se dice más arriba una “línea muy fina” separa el diseño de un buen programa del populismo encargado de su implementación…
14 Con respecto a las evaluaciones hechas públicas referidas al comportamiento del programa (con datos seguramente provistos por la misma unidad ejecutora) en los componentes de salud y educación, la experiencia del “rrioba” muestras que son tan discutibles como las cifras del INDEC
15 Quien esto escribe vive al lado de una villa de emergencia y hace unos años formó una ONG con representantes de los villeros para la recuperación de una cuenca contaminada que los comprendía y afectaba. En una oportunidad, hablando con uno de los punteros salió el tema del reflujo poblacional y el derecho de los villeros de poder volver a su terruño para vivir en condiciones dignas. El puntero, apresurado retrucó: “No, si yo vivo de esto” (“esto” son cartoneros, desocupados, semiocupados, trabajadores en negro, hogares promiscuos, madres adolescentes, etc. etc. etc., todos pobres, excluidos y marginales…. en los casos donde los cosas no pasan a mayores). Hay que reconocer que los intereses en mantener el statu quo con algunos retoques de cosmética no son solo los de los punteros; también hay empresas de consultoría con toda una parafernalia de recursos para “mejorar” las condiciones de vida del GBA donde, como es de esperar, no se habla una palabra de reflujos poblacionales. O, ¿recuerdan a Kanmar que hizo fortunas vendiendo en cuotas terrenos inundables?

16 Se recuerda al respecto cuando se ponían trenes para que la gente del interior viajara gratis para el 17 de octubre con el fin de participar en la Plaza de Mayo de los actos del día de la lealtad; esos festejos se prolongaban en el feriado del día siguiente ( los presente gritaban al unísono “mañana es san perón”). Va de suyo que una parte importante de los viajeros se quedaba a vivir en el conurbano engrosando las villas de emergencia.
17 Llach, Lucas, <http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1338822>
18 Della Paolera, op cit.,
19 Roulet, Néstor, <http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1341370>
20 Ver Llach, Juan J <http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1337540>
21 Un caso elocuente es una nota recién publicada de Lelio Mármora, sin duda una de las autoridades en temas de población en nuestro país, donde se aborda el tema de la inmigración sin alusiones a los destinos de las corrientes migratorias como si diera lo mismo que fueran a GBA que la Patagonia. Ver <http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=799925>
22 No es necesario aclarar (como ya lo hizo un ex presidente) que muchos de los comportamientos que se describen no son solo patrimonio de los villeros; simplemente a los efectos de ejemplificar, focalizamos en ese universo de “beneficiarios”
23 En la Argentina tampoco faltan viviendas en general y los planes existentes van dando respuestas a los crecimientos vegetativos; lo que pasa es que la gente se ha ido de sus lugares y no tiene mucha explicación resolver un problema de vivienda definitiva a un poblador transitorio. En los pequeños pueblos (hay miles a lo largo del país) existen cantidad de viviendas desocupadas algunas taperas producto de las emigraciones internas durante tantos años. La mayoría de los programas sociales existentes admitirían este tipo de preguntas sacrílegas que harían poner los ojos en blanco a nuestras burocracias estatales, mal pagas pero acostumbradas a la indigencia y, sobre todo, capacitadas para generar sentido donde no lo hay.
24 Terragno, Rodolfo, op. cit.
25 Ejemplos comparables con nuestros casos en lo referido a la calidad de la administración de las empresas públicas son los de los ex países socialistas. En el caso de Polonia, cuando cayó el muro de Berlín les regalaron las empresas públicas a los empleados.

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