Políticas de Estado. Ing.
Alberto Ford.
Índice
acápite
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ítem
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página
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Introducción
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2
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Parte 1
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3
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1a.
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Antecedentes hasta Caseros
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3
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1a.1.
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Tarquino
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4
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1a.2.
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Chascomús
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4
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1a.3.
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Colitis
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5
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1a.4.
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Darwin
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5
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1a.5.
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Los inmigrantes de esos años
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5
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1b.
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La organización nacional
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6
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1b.1.
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La Argentina en la cresta
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6
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Parte 2
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7
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2.1.
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Términos de intercambio
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7
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2.2.
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Defensa nacional
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8
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2.3.
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El ocaso del tren
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8
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2.4.
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De la periferia al centro
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8
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2.5.
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El desarrollismo
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9
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2.6.
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Onganía
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10
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2.7.
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El último Perón
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10
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2.8.
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El proceso militar
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10
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2.9.
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El menemismo
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11
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Parte 3
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11
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3.1.
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Un hecho trascendente
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11
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3.2.
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Una larga marcha…
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12
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3.3.
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Dónde estamos parados
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12
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3.4.
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¿Crecimiento es desarrollo?
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13
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3.5.
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Sacarles a unos para darles
a otros
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14
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3.6.
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Políticas sociales
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14
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Parte 4
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16
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4.1.
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Xavi e Iniesta
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16
|
4.2.
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Revelación de una
problemática
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17
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4.3.
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Entropía
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18
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4.4.
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¿La pobreza es solo un
problema de plata?
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19
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4.5.
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¿Donde poner los ladrillos?
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19
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4.7.
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La cuestión energética
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22
|
4.8.
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Qué producir…
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23
|
Parte 5
|
23
|
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La propuesta
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23
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5.1.
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El rol del Estado
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24
|
5.2.
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Romper los fatalismos
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24
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5.3.
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Herramientas fiscales
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25
|
5b
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Anexo
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27
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5b.1.
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Pagani eligió distinto
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27
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5b.2.
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Un referente del
empresariado
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27
|
5b.3.
|
Una decisión
controvertida
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27
|
5b.4.
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Polo
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29
|
Introducción
Una política de Estado -como expresión de un consenso- es la que un
gobierno desea implementar para que permanezca a través del tiempo,
sin que las decisiones emergentes se vean modificadas por uno o
varios cambios de administración. La política concebida por un
gobierno normalmente rige en tanto dicho gobierno está vigente (en
el caso de nuestro país las sucesivas administraciones recomienzan
de cero a partir de la creencia de que todo lo que se hizo antes
debería haberse hecho de otra manera y en todo caso ellas están en
condiciones de hacerlo mejor), mientras que la política de Estado
obedece a un interés fundamental, por lo que debe conservarse en
forma duradera.
Entonces, podemos sintetizar las características de la definición
de una política de Estado de la siguiente manera:
- Trascendencia. Las políticas, las medidas emergentes y los impactos que provocan, van más allá de una administración y permanecen con los cambios de las mismas independientemente del signo de esos cambios.
- Consensos. Los mecanismos de establecimiento de los acuerdos que fundamentan las políticas de Estado son excepcionales; no encajan en las normas habituales del funcionamiento del sistema político basado en la dialógica oficialismo/oposición y cada vez más en las prácticas de alternancia en el ejercicio del gobierno.
- Contenidos. Se establece una agenda que es motivo de acuerdos estratégicos, explícitos y de cumplimiento obligatorio para las distintas administraciones, en aspectos más generales y decisivos del funcionamiento institucional, social y territorial de un país
El argumento de este trabajo se apoya en tres tesis:
- La Argentina no ha carecido de políticas de Estado más o menos explícitas tanto en sus momentos de auge como en los de decadencia. Se puede decir lo anterior en tanto se considere que a lo largo de su historia en el país han habido políticas de gobierno consensuadas (o sin ser obstruidas por la oposición), que han durado luego del cese de los gobiernos que las han adoptado, y que han tenido efectos duraderos en tanto factores reconfigurantes de una dada situación económico social. O sea que si no lo son se les parecen. Para el caso se puede hablar de cuasi políticas de Estado.
- La historia demuestra que importa el estilo con que las cosas se hacen pero importa mucho más qué es lo que se hace. Se tendrá en cuenta en el trabajo los efectos sobre el capital social de la forma en que se desenvuelven los actores sociales y políticas, ya sea con rasgos de benevolencia, comprensión y concordancia o, por el contrario, como en la actualidad, generando climas de crispación y enfrentamientos cerriles lo que trae a colación otros momentos de la historia argentina. Sin embargo, los procesos económicosociales están determinados en lo fundamental por el hecho de que las medidas de gobierno son las principales formadoras del clima en que se desenvuelve el pueblo y forjadoras de su porvenir.
- Se visualizan los desequilibrios territoriales y demográficos como un condicionante del conjunto de los problemas que caracterizan el actual momento del desarrollo de nuestro país. Los resultados obtenidos como consecuencia de políticas de Estado estarán en relación directa con el grado de integralidad de los abordajes.
En el trabajo se tienen en cuenta tres momentos: 1) el de la
organización nacional que abarca los casi 80 años de vigencia y
esplendor del modelo agro exportador que se pone en marcha, por lo
menos en la superficie, a partir de 1862 con la presidencia de Mitre,
2) los años de la crisis que comienza en la década del ’30 del
siglo pasado y que se extiende hasta nuestros días, 3) la realidad
actual caracterizada por la inminencia de un parto de la historia que
implicará la resolución de la crisis y el advenimiento de lo que se
puede denominar el segundo ciclo largo de crecimiento con
relación al primero que se inicia con el proceso de organización
nacional mencionado.
Parte 1
1a. Antecedentes hasta Caseros.
Siendo el antecedente inmediato del proceso de organización
nacional, el rosismo no goza de buena prensa. Y la verdad no faltan
motivos para que ello sea así. Rosas formó parte de un período
retrógrado, violento, caracteriza por la entronización de los peor
que se había heredado del período colonial sobre todo si nos
referimos al paradigma productivo, económico y social que lo
caracterizó. Su período fue el reino de los terratenientes criollos
y también su tumba: en un extraño juego de clase, de lealtades y
traiciones, Rosas que los representaba, terminó siendo el
sepulturero de gran parte de ese sector desplazado por la Revolución
de Mayo. De cualquier manera, el campo argentino, y todo su entorno,
no se puso en línea con los procesos de modernización capitalista
que en ese momento ya tomaban cuerpo en los países más
desarrollados. Sarmiento, que tuvo la oportunidad de ver el
incipiente Estados Unidos, fue el que mejor caracterizó la opción
en juego: “civilización o barbarie”. La metáfora de esa
barbarie (aunque con formas no tan primitivas como los caudillos del
interior) era el propio Rosas: su estancia, Los Cerrillos, se
extendía desde lo que es hoy La Pampa hasta el mar Atlántico; en
esos campos pastaban -a la buena de dios, codiciadas por los indios y
motivo de sus malones- millones de cabezas de ganado cimarrón, sin
ningún refinamiento genético, donde lo que se aprovechaba era el
cuero y la carne tan dura como su cuero, para la elaboración del
charqui que consumían los esclavos en Brasil y Cuba1.
Sin embargo, a medida que se comienzan a descorrer los velos, se
puede ver que durante ese período oscuro se fueron dando las bases
para lo que vendría luego.
Haciendo una lectura más organizada de información que está
disponible en distintas fuentes, se puede ver claramente que hay
cinco factores, que ya se fueron evidenciando en la época del
rosismo, que son anticipos y/o insumos del proceso de modernización
que se pondría en marcha una década después de Caseros. Ellos son:
genética, técnicas sencillas, oficios,
conocimiento del territorio, inmigración diversificada
pero funcional a una intención modernizadora de las potencias
europeas principalmente por parte del imperio británico que sin duda
tenían depositadas sobradas expectativas en el Rio de la Plata.
1a.1. Tarquino
Así se llamaba un toro de la raza Shorthorn importado en época de
Rivadavia alrededor de 1825. A esa importación le siguieron otras de
vacas de pedigrí que comenzaron a generar las condiciones para el
mejoramiento de las razas vacunas. Las ovejas de raza Merino de
vellón muy fino fueron muy demandadas por esos años hasta el punto
en que su evolución llegaron casi a las 80 millones de cabezas en
la segunda parte del siglo cuando se incorpora plenamente la
Patagonia a la producción ganadera. En la década del 40 los
criadores comenzaron a industrializar el sebo; también la carne
ovina. La raza Rambouillet fue la preferida de los criadores, ya que
proporcionaba buena lana y cuerpo voluminoso. La incorporación
genética, las habilidades y el progresismo de nuestros ganaderos2,
agrupados con los años en la Sociedad Rural y luego en las
sociedades rurales locales, sumado a las privilegiadas praderas
pampeanas y patagónicas, fueron creando las condiciones para la
configuración de un sistema productivo ganadero de primer nivel.
1a.2. Chascomús
Fue en la estancia de Ricardo Newton3,
luego uno de los fundadores de la Sociedad Rural, donde se construyó
por primera en nuestro país un alambrado4.
Su difusión tuvo una gran influencia en el ordenamiento de las
cruzas que iban mejorando los planteles y, por añadidura, comenzó a
ser un impedimento insalvable para la errabundez del gauchaje. Otras
tecnologías como el molino y las que implicaban diversa utilería de
uso novedoso como la polea, la rueda de hierro, herramientas de todo
tipo para el tratamiento del cuero, la madera y los metales, etc.,
fueron introducidas casi sin notarse para dar respuesta a las tareas
de creciente complejidad que iba demandando la explotación
agropecuaria.
1a.3. Colitis
El primer Ford rioplatense -llamado casualmente Enrique5,
nacido en Plymouth y casado con Caroline Hoare- vino a estas costas
en 1837 y desembarcó en Montevideo donde nació de inmediato su
primogénito Charles James. Henry era talabartero y herrador en un
momento en que los caballos eran el motor del transporte; con ellos
se entendía a través de las herraduras para que el empedrado no le
rompiera los vasos, y el emprendado para que se luciera el jinete.
Luego de cruzar el río sin orillas, en 1844 se instaló en
Buenos Aires para abrir un comercio del ramo. Se cuenta en la familia
que en una oportunidad le llevaron para herrar un caballo de uso
personal del General Rosas. Como imponían las circunstancias, Ford
se abocó a su trabaja con ahínco. Pero ya herrado la persona que
fue a retirar el equino se prodigó en pedidos de explicaciones y
hasta cuestionamientos. La actitud desagradó al autor de la obra
quien –dando muestras de intemperancia- le retrucó en su media
lengua: “si al General no le gusta el trabajo, que se busque otro
herrador”. “Yo soy el General Rosas”, dicen que le dijo el
recién llegado. Esa noche el inglés tuvo desórdenes gástricos y
-más por miedo que por respeto- se acostumbró a tener una lámina
del Restaurador a la cabecera de la cama hasta el final de sus días.
Henry Ford falleció en 1869 en San Pedro (BA) adonde se había
trasladado en 1861. La bóveda donde reposan sus restos ha sido
declarada de interés municipal por ser la más vieja del cementerio.
Un repaso de los libros de nacimientos, casamientos y decesos
confeccionados a lo largo del siglo XIX en la iglesia anglicana San
Juan, la que está en el microcentro de Buenos Aires, muestra la
diversidad de los oficios presentes en esos momentos y que son la
evidencia de una intención modernizadora pensada en el mediano plazo
que se fue materializando con los años.
1a.4. Darwin
El interés de Inglaterra por estas tierras se refleja en la calidad
de los intelectuales, comerciantes y científicos que enviaron con el
presunto y encubierto cometido de hacer inteligencia en el mejor
estilo de la época victoriana momento de gran expansión del
imperio. Busaniche ya mencionado en una nota ha dicho que el
conocimiento de la Argentina del siglo XIX se debe principalmente a
las descripciones de los viajeros ingleses. Desde los hermanos Parish
Robertson6
autores de las increíbles “Cartas sobre el Paraguay” y “Cartas
de Sudamérica” hasta el propio formulador de la teoría de la
evolución de las especies, Charles Darwin, pasaron por estas tierras
viajeros que dejaron sus impresiones en libros que aún son clásicos
(Hudson, antes el jesuita Falkner, Mc Cann y unos cuantos más, han
permitido tener una conocimiento plena de detalles reveladores desde
una mirada externa para conocer esa conflictiva época de la historia
argentina)
1a.5. Los inmigrantes de esos años
Desde
la “inglesa loca” que administraba la pensión en el tango de
Discépolo “Justo el 31” inmortalizado por Julio Sosa, pasando
por comerciantes, idóneos en artesanías y oficios, hasta
profesionales de la salud, militares y marinos, ganaderos, etc., la
presencia de los ingleses fue dominante entre la población
extranjera de Buenos Aires. Se calcula que un tercio de la todavía
aldea, era de ese origen. Había también una inmigración más
pequeña pero más calificada de italianos, franceses, alemanes. No
es que las condiciones de vida eran las mejores, pero la diplomacia
inglesa supo negociar en cada momento con el rosismo la preservación
y el respeto de las necesidades de los residentes, a partir,
seguramente, de poner sobre la mesa un conjunto de intereses que
fueran convenientes para ambas partes. Así ocurrió con las
cuestiones atinentes a los cultos, los entierros, la vida social,
etc.
1b. La organización nacional
Los factores materiales descriptos no hubiesen tenido el peso
reconfigurante que tuvieron de no haberse realizado en el contexto
adecuado. Ese contexto, absolutamente determinante de la forma que
adoptó del modelo exportador, lo dio el trazado de la red
ferroviaria a partir de la decisión de que la producción
agropecuaria saldría por Buenos Aires. Todo el país moderno se
construyó a imagen y semejanza de las decisiones que en materia de
tierras se fueron tomando para la elección de las zonas de
explotación que, básicamente, fue toda la pampa húmeda. Basta con
ver un mapa de esa zona, estudiar la forma que adopta la red, y
deducir las características de la vida económica y social de la
Argentina durante las décadas subsiguientes. Todo lo demás,
principalmente, el ordenamiento de la inmigración con sus
radicaciones y roles, vino por añadidura.
Si bien no hubo nada escrito en materia de acuerdos de tan largo
alcance, si se hace una suma de todas las decisiones adoptadas, los
resultados logrados como hemos dicho se puede considerar que fueron
la consecuencia de cuasi políticas de Estado. Por cierto no se puede
dejar de considerar como determinantes y como ocurre siempre, el
conjunto de los factores exógenos que se pusieron en juego,
claramente determinados por los procesos de industrialización
europeos, el incremento de las urbanizaciones, los movimientos
poblacionales concomitantes y las demandas de alimentos que ayer como
hoy focalizan la atención en nuestras pampas.
El proceso descripto someramente, de gran impacto económico social,
tuvo su expresión en el plano política e institucional. En las
instancias iniciales del período de la organización nacional, entra
en su fase de definición la lucha entre unitarios y federales que se
resolvió a favor de los primeros. La designación de Buenos Aires
como capital de la república es una expresión de ese resultado que
dio lugar al inicio de la hegemonía “porteña”, que continúa
hasta hoy, y que no casualmente se la designa con un sustantivo que
hace alusión al lugar por donde el modelo agroexportador se hacía
presente en el mundo.
1b.1. La Argentina en la cresta
En nuestro país el llamado modelo agro exportador fue una expresión
de los acuerdos implícitos que animaron a la generación del ´80.
Aunque nunca existió un documento que fuera suscripto por las
fuerzas decisivas, no se puede decir que no hubiera habido una
continuidad de las acciones por parte de distintas administraciones
(liberales, conservadoras, incluso gobiernos radicales). Durante un
tiempo prolongado, se promovió e hizo realidad el progreso de una
llanura que tomaba forma como contraposición al primitivismo
aborigen y el criollismo reaccionario. Se dio lugar a un crecimiento
económico que aún asombra que con justicia se puede denominar una
política de estado.
Parte 2
En la Argentina de los años treinta del siglo pasado comienza una
crisis estructural que aún persiste. Es cuando cambian drásticamente
las condiciones externas: el pacto Roca Runciman priva al país del
sitial de privilegio que había gozado en su comercio con Inglaterra.
Ese final no deseado, puso en evidencia la falta de sustentabilidad
de un modelo con relación al cual no se fue capaz de prever que las
cosas podían terminar de la forma en que lo hicieron.
A partir de ese momento, cuando el mundo salía de su primera crisis
totalizadora, desaparecen con rapidez de la escena política
estrategias con el suficiente grado de consenso como para ser
mantenidas en el tiempo. Comienza una época de vaivén que llega
hasta nuestros días cuya modalidad de evolución se diferencia
claramente de la del periodo previo caracterizado por un avance
ininterrumpido de sus indicadores económicos y sociales. Se puede
decir que en estas 8 décadas se ha gobernado sin políticas de
estado.
Empero, los distintos gobiernos habidos pudieron llevar adelante en
gran medida sus plataformas. Incluso a pesar de que las oposiciones
de turno no hubieran colaborado. Así, se pusieron en marcha
políticas, programas, proyectos, planes y acciones por parte de
gobiernos civiles y militares que trascendieron a las distintas
administraciones responsables. Esos escenarios tuvieron alto impacto
sobre el imaginario político, en la recreación de distintos
alineamientos partidarios, y dejaron profundas huellas en los
terrenos de la ideología. Veamos a vuelo de pájaro algunos
de los rasgos característicos de ese período crítico de nuestra
historia
2.1. Términos de intercambio
En los marcos del proyecto de la generación del ’80 hubo políticas
industrialistas, sobre todo ligadas a la creación de infraestructura
y al procesamiento simple de materias primas de origen agropecuario,
como en el caso de los frigoríficos. Sin embargo, es en el período
entre las dos guerras mundiales cuando se instalan industrias que ya
no solo procesa insumos de origen agropecuario. Las políticas
industrialistas que identifican ese período, no pueden dejar de ser
asociadas directa o indirectamente al nombre de Prebisch; es cuando
se habla de términos de intercambio desiguales. El
concepto, acuñado por el mencionado economista, hace referencia
a la depreciación de las materias primas provenientes de nuestro
país con relación a los productos industrializados en las
metrópolis que se importaban dejando en condiciones desventajosas la
balanza comercial.
Debido a las alteraciones en la producción y el comercio
internacional como consecuencia de la segunda guerra mundial, se
consolida en nuestro país el proceso de sustitución de
importaciones. Aparecen nuevas industrias, sobre todo en los
ramos alimentos, bebidas, textiles, tabaco, cuero, madera, etc., la
llamada sustitución de importaciones fácil, nos dice el
economista Ferrucci, para diferenciarla de la difícil
caracterizada por su mayor complejidad (vehículos, siderurgia,
productos químicos, etc.). Esa movida hace que se vean incrementadas
las posibilidades de trabajo en los alrededores de la ciudad de
Buenos Aires. Nace una industria nacional que creció amparada en un
proteccionismo que terminó por ser parte de la cultura productiva de
nuestros empresarios y sindicatos.
2.2. Defensa nacional
Es época de fuerte presencia de sectores defensores de la soberanía
nacional, no pocos de los cuales provenían o estaban bajo la
influencia del ejército, encargados de la construcción de una base
energética autónoma y la incipiente industria pesada.
Son símbolos de esa construcción los generales Mosconi y Savio. El
primero conocido principalmente por haber sido pionero en la
organización de la exploración y explotación de petróleo
en Argentina como ideólogo y primer director de Yacimientos
Petrolíferos Fiscales. En el caso de Savio, su principal
preocupación y actividad desde la dirección de Fabricaciones
Militares estuvo orientada a desarrollar la industria
pesada, en particular la siderúrgica y química. Fue el creador
de Somisa y su primer presidente. La influencia ideológica y
cultural que dejó este proceso en sectores del establishment se
manifiesta en profundas huellas que se pueden rastrear hasta nuestros
días.
2.3. El ocaso del tren
Ya desde 1931 se comienzan a construir carreteras paralelas a las
vías. El ferrocarril ya estaba condenado a convivir en desventaja
con los nuevos paradigmas del transporte (caucho, gasolina, asfalto,
automotor, etc.) visiblemente más afines a los intereses de los
EEUU. Cuando Perón nacionaliza los ferrocarriles ya no solo eran
obsoletos sino que habían perdido el sentido que le habían dado
origen: llevar al puerto la producción agropecuaria. Nunca los
ferrocarriles fueron concebidos para el transporte de personas aunque
lo hayan hecho como actividad suplementaria, y los pequeños
pueblos hayan desarrollado su conmovedor y perdurable imaginario
alrededor de la estación.
2.4. De la periferia al centro
Aunque cambiaba el medio de transporte con el protagonismo creciente
del automotor, no lo hacía la configuración radiocéntrica
confluyente en el puerto característica del modelo agroexportador. A
esa configuración respondían el resto de los tendidos: líneas de
telégrafo y teléfono, transporte automotor, aéreo y finalmente
redes de transmisión de datos e imágenes, etc. Esa forma de embudo
o abanico en los tendidos fue el vehículo que canalizó a lo largo
de las décadas las expectativas de salvación de los sectores
postergados del interior. El flujo concentrador tuvo su máxima
intensidad en la época del peronismo que no solo vio con buenos ojos
el aumento de su clientela sino que lo incentivó.
La configuración de una concepción centralista con cierto aire
peyorativo (de amor y odio por igual) ha sido llamada porteña.
Se produce técnicamente lo que se denomina un bucle cibernético de
retroalimentación positiva que se potenció hasta la desmesura por
carecer del necesario efecto regulador. Si ese efecto hubiera
existido (el federalismo aunque sancionado constitucionalmente, nunca
ha dejado de ser un postulado retórico) se hubiera atenuado esa
concentración explosiva como primer paso para producir un punto de
inflexión. La retroalimentación positiva (positive feedback)
actuando en cualquier sistema, cuando no se regula, lleva a la
explosión o la parálisis, dos estados bastante cercanos a la
realidad actual: los lugares adonde antes acudía la riqueza, cuando
cambió el modelo, comenzaron a saturarse de pobreza.
Perón utilizó en su provechó ese cuadro de alta concentración
proletaria para consolidar su proyecto político; sus sucesores lo
continúan haciendo hasta hoy. Para Federico Storani7
esas prácticas tan características del populismo no persiguen el
objetivo “de superar situaciones de pobreza estructural sino lograr
adhesión política. En última instancia le conviene que la pobreza
se multiplique”
Desde hace algunos años existe la convicción de que uno de los
principales problemas de la provincia de Buenos Aires (que por su
peso específico es un problema nacional) es el marcado desequilibrio
demográfico. Así, en una superficie de 3631 Km2 que tiene el
conurbano que rodea a la ciudad de Buenos Aires, viven 10 millones de
habitantes, mientras que en el resto de la provincia, denominada
habitualmente el interior, cuya extensión alcanza a los 304000 Km2,
lo hacen el resto, 5 millones. No pocos estudiosos de la realidad
provincial han puesto de relieve esta disfuncionalidad. Merece
detenernos en las observaciones del doctor Anselmo Marini. Para el ex
gobernador radical de la PBA (1963/66) “la distribución de las
comunicaciones en el territorio provincial, muestra, en primer
término una red ferroviaria que convergen en abanico sobre la
Capital Federal. Ella resulta apta para servir a una economía de
exportación, pero insuficiente para reactiva el equilibrado
desarrollo de todas las regiones bonaerenses…”
2.5. El desarrollismo
Es considerado aún hoy como el desideratum en políticas de
industrialización. En materia petrolera Frondizi puso en marcha una
relación con empresas norteamericanas cuyas intenciones sobrevolaban
la región desde la guerra del Chaco y se hicieron más patentes en
las postrimerías del gobierno de Perón en la mesa de las
negociaciones con la Standard Oil para explotar el petróleo de la
Patagonia. En ese sentido, Frondizi hizo lo contrario de lo que había
prometido por lo que fue muy criticado por sectores progresista que
lo habían apoyado para su elección8.
Durante su mandato, continuamente asediado por planteamientos
militares, se registró un ingreso masivo de empresas de la industria
automotriz, un renglón que ya se había hecho presente al final del
peronismo con la instalación en Córdoba de la Kaiser
estadounidense. Sin duda, el desarrollismo implicó un punto de
viraje en lo referido al ingreso del capital internacional que por su
cuantía implicaba un cambio profundo en lo conocido hasta ese
momento en nuestro país. Como corresponde ese ingreso de las
multinacionales se hacía respondiendo a sus propios intereses sin un
correlato consensual en cuanto a un modelo que contemplara las
ventajas comparativas que habían sido probadas en nuestro país en
lo referido principalmente a la actividad agropecuaria y su
potencialidad agroindustrial. En el fondo, el desarrollismo es un
modelo que continúa el de la sustitución de importaciones y, con
matices sobre la propiedad, replica otras concepciones ya vistas
referidas a la explotación energética y la industria pesada.
Aún hoy el desarrollismo sigue cosechando adeptos sobre todo desde
la posición genérica de que industrialización es sinónimo de
crecimiento sin muchas disquisiciones sobre qué producir, dónde y
para qué, como si esas definiciones fueran cuestiones secundarias.
2.6. Onganía
Como no tenían que rendir cuentas al pueblo los militares estuvieron
encargados históricamente de los trabajos de más costo político y
social. Un caso interesante se produce en los sesenta cuando la
revolución científico tecnológica se desplegaba en el mundo
desarrollado afectando los paradigmas productivos, cuyas influencias
transformadoras se centrifugaban rápidamente sobre los países en
vías de desarrollo como el nuestro. En contra de lo que a veces se
afirma, el progreso y no el atraso obraban a favor de los intereses
extranjeros, sobre todo por una cuestión de ampliación de los
mercados y diversificación del consumo. Eso se expresaba en la
modernización industrial y la remoción de obstáculos que la
retardaban, como se daba en Tucumán con los ingenios azucareros.
Salimei fue un industrial muy exitoso que murió en la plenitud de
sus fuerzas. Nombrado ministro de economía por Onganía en 1966, se
encargó de liquidar el esquema tradicional de los ingenios tucumanos
por obsolescencia tecnológica. La mano de obra intensiva fue
reemplazada por modernas máquinas americanas que hacían el trabajo
de 100 braceros9.
Tucumán era sinónimo de azúcar desde la época de la colonia. Hoy
ha diversificado su producción agrícola (es el primer productor de
limones en el mundo) y ampliado su parque industrial.
2.7. El último Perón
Otro ministro de Economía emblemático fue Gelbard durante la
tercera presidencia de Perón. Representó una corriente ideológica
de gran predicamento en la escena política y económica nacional de
lo que puede denominarse como expresión de clase la burguesía
nacional. Ese corpus de ideas atraviesa, dejando profundas huellas,
desde los grandes partidos populares, pasando por diversas
corporaciones civiles y militares, hasta el viejo PC del cual Gelbard
fue un afiliado encubierto como luego se supo (según Gilbert). Esas
ideas reflejan lo que hoy se vería representado por el Plan Fénix
y, desde la izquierda, por el pensamiento de Pino Solanas si nos
atenemos a las medidas económicas contenidas en su plataforma. Visto
en perspectiva, el proceso que corporiza la gestión de Gelbard puede
ser visualizado como la escena final de un sector de la economía que
había sido y era muy importante en nuestro país (y en muchos otros
lados) pero que se volvía disfuncional a la luz de las ideas
globalizantes que se iban encendiendo en el mundo con particular
intensidad por los años setenta. La dictadura que le siguió se
encargó de comenzar a darle el golpe de gracia a los que se
resistían a reconvertirse, cometido que alcanzó la cima en los
noventa.
2.8. El proceso militar
Martínez de Hoz fue el ministro de economía de la última
dictadura. Del conjunto de sus políticas, destacamos la apertura de
la economía. La apertura obró de ensayo para la que después,
durante el menemismo, sería mantenida hasta sus últimas
consecuencias por el ministro Cavallo. Éste, personaje emblemático
del pensamiento económico importado, cuya gestión ya se había
iniciado con los militares, fue el responsable, desde la titularidad
del Banco Central, de nacionalizar la deuda externa privada para
beneplácito de los hombres de negocios que la habían contraído.
2.9. El menemismo
Los ‘90 se caracterizaron por tres medidas fundamentales:
privatizaciones, desregulación y la ya mencionada apertura
económica. La convertibilidad fue la principal herramienta de la
transformación que ya había sido ensayada con el Plan Austral con
la desindexación de la economía. No hay antecedentes en la historia
argentina de un gobierno que en tan poco tiempo haya adoptado y
cumplido a rajatabla medidas de tanta trascendencia. Fue el golpe de
gracia a los resabios de la primera Argentina. Quedaba el campo
expedito –como en tantos otros lugares del mundo al compás del
consenso de Washington- para empezar a construir la segunda
Argentina, la global, luego de un periodo de caos como ocurre en
estos casos si una mira, por ejemplo, la década que sucedió a
Caseros, en la mitad del siglo XIX, antes de comenzar el periodo de
la organización nacional con la presidencia de Mitre.
--o0o—
Como se ve a lo largo de este ligero vuelo de pájaros, no han sido
la ausencia de acuerdos en materia de políticas de estado ni la
falta de apoyo de la oposición obstáculos para que las distintas
administraciones habidas durante esta prolongada crisis llevaran
adelante acciones de gran poder transformador y efectos duraderos.
Indudablemente no es lo mismo mirar una fotografía que una película;
ni enfocar la realidad con microscopio que con telescopio. Los
procesos locales tienen color local pero no se puede dejar de ver que
hay grandes líneas de sustento ideológico que pueden ser encarnadas
por distintas administraciones; por cierto también los grandes
procesos internacionales terminan por influenciar las realidades de
los países en forma más o menos mediatizada. Por eso cuando se
habla de una política de estado, no hay que considerar solo los
procedimientos por los cuales son gestadas, sino también y en
algunos casos principalmente, los contenidos de esos acuerdos que
terminan por influenciar de una forma integral el funcionamiento
socioeconómico de una nación por períodos prolongados. Las
políticas de estado, como veremos a continuación, no son solo una
forma de convivencia que nuestro país aun no ha experimentado en sus
últimos años. Tienen que ver con la explicitación en común de
pautas para el establecimiento de consensos duraderos y de aplicación
obligatoria para las sucesivas administraciones. Las políticas de
estado deben guiar la materialización de acciones que tiendan a la
transformación del país en las nuevas condiciones de la
globalización.
Parte 3
3.1. Un hecho trascendente
Por primera vez en nuestro país se han dado las condiciones para
establecer explícitamente un acuerdo preliminar entre las distintas
fuerzas con posibilidades de gobernar con el fin de actuar de consuno
en cuestiones de manejo de la cosa pública. Las responsabilidades
inherentes y los compromisos asumidos según se propone serán
ejecutadas con independencia de quien sea la fuerza encargada de
hacerlo y el lugar que ocupen en cada momento los firmantes ya sea a
cargo de la administración o en el rol de opositores. El así
denominado Acuerdo de Gobernabilidad y Políticas Públicas -según
informa Rodolfo Terragno que junto a Eduardo Duhalde fueron los
impulsores de la trascendental (y sorpresiva) iniciativa- “es el
corazón de un acuerdo sobre políticas de Estado”10
La firma, ocurrida en diciembre de 2010 sin gran impacto ni
trascendencia en la opinión pública, involucra a la parte del
espectro político que hoy actúa en la oposición. La eximición por
parte del kirchnerismo de involucrarse en el compromiso es coherente
con su actitud de trato poco amistoso con las fuerzas que no le son
afines.
3.2. Una larga marcha…
Aunque es el paso inicial hacia la formulación de un acuerdo
estratégico -un hecho no frecuente en la vida política argentina
más predispuesta a vivir al día o del pasado- el acto tiene valor
en sí mismo, y significa un soplo de aire fresco en el transcurso de
una sociedad afectada por enfrentamientos y estados de crispación.
Asimismo, es el anticipo de un escenario cuyas condiciones objetivas
ya están maduras para su establecimiento y que es deseado en forma
implícita por una mayoría social la que se incorporará en forma
entusiasta y con gran predisposición y creatividad en la medida de
su despliegue y aceptación.
Una política de estado también se define por las formas implícitas
o explícitas de su instauración. El mismo proceso de su formulación
e implementación irradia sobre el cuerpo social un efecto benéfico
que actúa sobre los mecanismos de la solidaridad y la confianza con
que se desenvuelven las relaciones interpersonales. El buen ejemplo
de los líderes promueve la emulación. Se producen mecanismos
autopoiéticos por los cuales la sociedad, al recibir la influencia
que irradian las actitudes condescendientes11
de las cúpulas, se va transformando ella misma de manera que no sale
igual de un procesa de estas características que como ingresa, al
haber vivido la experiencia. Es un valor agregado que
necesariamente se debe reflejar en el incremento del capital social.
Terminan por ser los indicadores intangibles que definen el potencial
de desarrollo de un pueblo.
3.3. Dónde estamos parados
Es un momento muy especial en la vida de los argentinos. Desde
distintos ámbitos de la vida política, social y económica del país
en forma creciente se considera que la crisis que nos aqueja desde
hace tantos años ha alcanzado un punto culminante. En el plano
político, el populismo ha sido extrapolado hasta el extremo, dando
lugar en forma cada vez más frecuente a escenarios que solo pueden
ser descriptos con los parámetros del realismo mágico. Los
paradigmas productivos -como hemos visto establecidos y cristalizados
en estos 80 años que ya lleva la crisis- , en algunos de sus
renglones ameritan fuertes reformulaciones. La realidad social, cada
vez que emerge y erupciona en forma virulenta, da lugar a situaciones
francamente insólitas. El desconcierto de calificados observadores
externos frente a las posibilidades y los logros de nuestro país es
tal que nos hacen sentir incómodos, y traen a colación la triste
realidad de que el ser humano se puede acomodar a las situaciones más
extremas.
La firma del acuerdo de gobernabilidad ha tenido lugar también en un
momento muy particular de la historia de nuestro país y del mundo.
El crecimiento sin antecedentes a las altas tasas que viene mostrando
la economía argentina responde –como la de muchos otros países
emergentes intra y extrarregión- a condiciones internacionales
favorables. A pesar de la crisis mundial (y a diferencia de la del 30
del siglo pasado) los términos de intercambio no han respondido al
comportamiento que mostraron en aquel momento: los precios de los
commodities se han mantenido incluso incrementado con respectos a los
bienes industrializados importados (contradiciendo las afirmaciones
de Prebisch). En el caso de nuestro país, gran exportador de
alimentos, hay un hecho que lo explica en forma directa: la clase
media mundial ha pasado en 15 años de 1/3 a 2/3 de la población del
planeta (merced principalmente a la contribución de India y China y
ahora sorpresivamente del África subsahariana), y el indicador
principal de ese crecimiento es el consumo de proteínas animales que
se forman a partir de las proteínas vegetales de las cuales nuestro
país es un importante productor y más aún exportador. Esas
condiciones, según se estima, serán duraderas, con los límites
naturales que se puede adjudicar a esta presunción en el actual
contexto global.
Se puede predecir entonces -y más de un cazador de escenarios
futuros ya lo está vislumbrando- que la Argentina se propone
ingresar raudamente en el segundo ciclo largo de crecimiento
de su historia siendo que el primero, como hemos visto, duró casi
ocho décadas a partir de 1862. En suma: al país se le presenta una
oportunidad muy propicia para salir de la crisis en la que está
inmerso desde hace tanto tiempo.
3.4. ¿Crecimiento es desarrollo?
El reciente conflicto de Villa Soldati se desató en el lugar del
país donde el PBI es más alto. Como en un holograma donde en la
parte está representado el todo, la suma de los problemas
evidenciados reflejan los resultados de las políticas sociales en
curso. La cuestión de la pobreza y otros aspectos afines, en forma
promiscua se introdujeron a través de las pantallas en los hogares
de todos los argentinos que miraban absortos escenas que nunca
hubieran imaginado que ocurrieran a pocas cuadras del microcentro
porteño. Era la prueba más palmaria de que el crecimiento por sí
solo no garantiza la evolución positiva de otras variables que
definen el bienestar individual, de las familias y de la sociedad
argentina en su conjunto.
Efectivamente, crecimiento no es lo mismo que desarrollo. Guinea
Ecuatorial creció el año pasado más que Bélgica aunque sus
desarrollos como es lógico distan de ser los mismos. En nuestro país
crece el número de escuelas; el gobierno asigna recursos para la
construcción de nuevas aulas y anuncia con orgullo su plan de obras
públicas; sin embargo, la enseñanza no mejora, por el contrario
existe la convicción de que cada vez está peor. Hay más metros
cuadrados de aulas pero la enseñanza está en crisis; empeora cada
día y los maestros, mal pagos, son de baja calificación. Mucha obra
pública se podría evitar pero existen muchos recursos disponibles
discrecionalmente, fuertes intereses, inercias… El desarrollo puede
implicar crecimiento –de hecho en los países en vías de
desarrollo es así- o también, como en los países ya desarrollados,
puede no implicarlo: se llega a hablar del objetivo “crecimiento
cero” como forma de poner la mira en el desarrollo. No es el caso
de nuestro país donde desde el discurso oficial se visualiza el
crecimiento como la panacea. Empero, más allá de las palabras, con
los sucesos de Villa Soldati se ponían en evidencia las
consecuencias de un modelo que se puede definir como de crecimiento
con pobreza.
3.5. Sacarles a unos para darles a otros
Otra variable de uso frecuente para explicar las actuales políticas
sociales en los últimos tiempos es la de la “redistribución”.
Este gobierno entiende que una política de tales características
implica, por ejemplo, afectar al campo por medio de las retenciones y
canalizar esos recursos a sectores concentrados de la industria con
el fin de mantener a un nivel alto el consumo de los más pobres. En
el caso de la industria molinera se subsidia la harina para que el
pan llegue al mostrador a $ 2,40/Kg (¿?). La modalidad ha dado
lugar a fuertes distorsiones en la producción y comercialización
agropecuaria con peligrosas implicancias futuras así como pérdida
de valiosos oportunidades en el presente. Los chacareros no saben qué
hacer con el trigo que es comprado a cuentagotas por los molinos sin
respetar los precios internacionales; por su parte los exportadores
amparándose en los cupos que pone el gobierno para exportar, también
logran hacer grandes diferencias, comprando a cuentagotas, y
abarrotando sus silos de material a la espera de las mejores
condiciones. Los chacareros no pueden hacerse de efectivo para sus
inversiones y cambios en el equipamiento.
3.6. Políticas sociales
Con los recursos capturados por el gobierno aumentan los llamados
planes sociales, como el subsidio universal por hijo. El subsidio
universal por hijo goza de buena prensa y aceptación en los medios
académicos, con especial énfasis en los ligados a las disciplinas
económicas. El obstáculo es que los indicadores económicos son
los menos indicados para evaluar una política social.
Una política social es un abordaje complejo -principalmente pero no
solo por pare del Estado- que con los recursos adecuados tiende a
mejorar las condiciones integrales que caracterizan la situación de
un colectivo social en un lugar y momento dado. Para Gerardo della
Paolera “las políticas tienen que estar diseñadas para que haya
movilidad social. Si, en cambio, existe un sistema populista y lo
único que se hace es transferir dinero y no hay incentivos claros,
se está anclando a estas poblaciones y a los hijos de quienes
reciben estas transferencias a esa capa de ingresos bajos… hay una
línea muy fina entre un diseño de políticas óptimas y el
populismo”12.
¿Cuáles son los componentes de una política social? Por lo menos
los siguientes: 1) debe dar sentido de utilidad al beneficiario lo
que significa algún tipo de obra o servicios a la comunidad que le
sea reconocido públicamente y que le que le ayuda a elevar la
autoestima, 2) debe recibir capacitación en oficios y en abordar el
desafío de un micro emprendimiento de carácter sustentable en el
mercado y que pueda implicar reubicación territorial, 3) debe ser un
medio para controlar y proveer los recursos necesarios para mejorar
la condición educativa y sanitaria de su familia, 4) debe ser un
medio para mejorar la gestión local en el cometido de la
(re)inclusión social (la tarea del futuro más difícil en materia
de gestión gubernamental); de la misma forma para los estados
provinciales y nacional, 5) debe incorporar efectivo al bolsillo de
los beneficiarios para mejorar su situación económica y activar los
circuitos comerciales marginales de consumo, 6) debe contribuir a
descomprimir el clima de crispación que caracteriza a los momentos
en que las programas sociales se hacen imperiosos13.
El subsidio universal por hijo desde la óptica apuntada, no puede
estar más alejado de lo que es un programa social. En realidad es
una medida administrativa del sistema informático del ANSES -que
nunca se ocupó de políticas sociales activas salvo la
administración de las jubilaciones- que se limita a poner en el
bolsillo de los más necesitados plata destinada principalmente a la
compra de alimentos14.
De esa manera, los pobres no se ven incentivados y desaprovechan las
pocas opciones que les ofrece el sistema para salir de su situación.
El clientelismo mata las mejores intenciones. En una política
social activa, los beneficiarios deben tener la posibilidad de
progresar con la contención, ayuda y dirección del Estado, en la
medida en que su acción se base en el principio de la subsidiariedad
y no en la suplantación de los esfuerzos. La verdadera
redistribución es de oportunidades. La inclusión social
sostenible se basa en el trabajo para que las familias tengan sus
recursos para satisfacer el conjunto de sus necesidades en forma
digna. Todo lo demás son paliativos que se deben instrumentar en
forma transitoria toda vez que sea necesario hacia las soluciones
definitivas. Por el contrario, de perdurar esos paliativos y
establecerse como políticas definitivas –lo que ocurre
habitualmente con suma facilitad dada la trama política del
populismo dominante en esos sectores- se vuelven una frustración que
provoca el aumento de la agresividad, la progresiva desintegración y
descontento social.
--o0o--
El conflicto en torno a Villa Soldati puso en evidencia cuestiones
que ayudan a visualizar el estado del debate en la sociedad argentina
por temas que no son solo los de coyuntura.
Villa Soldati fue una puesta donde se combinaron, en apariencia
caótica, actores, temas de agenda, escenario y metodologías;
constituyó en sí un Disneyworld de la sociología que más de un
gabinete académico quisiera disponer para sus estudios. El desfile
fue incesante: la droga (tema citado de entrada por las Madres de
Plaza de Mayo a través de su vocero); la seguridad (con agudos
enfrentamientos jurisdiccionales entre las distintas fuerzas
involucradas); los punteros políticos y sus sensibles intereses
ligados entre otros a los planes sociales; los vecinos al parque
usurpado que vieron invadido su espacio; los problemas de imagen y de
jurisdicción de los gobiernos nacional y local que se apresuraron a
sacarse el fardo de encina. Pero también hubo por parte de los
observadores y comunicadores visiones distorsionadas o parciales. Una
de ellas fue la relativa a la vivienda. La primera reacción fue
decir que lo que ahí estaba pasando era un problema de vivienda (un
periodista radial acuñó la ingeniosa consigna: “una familia, un
techo”). Luego comenzaron a verse las cosas de una forma más
integral, refiriendo a cuestiones ligadas a las migraciones y la
pobreza.
Ahora bien. Si todo esto pasa en un conflicto focalizado, de
irrupción sorpresiva, pero de baja trascendencia inmediata, la
pregunta es ¿de qué manera se pueden lograr acuerdos en cuestiones
estratégicas cuando hay intereses corporativos tan encontrados que
se encuentran cristalizados en los pliegues de la ideología?15
A mi criterio -y como hemos dicho en las tesis a las que se refieren
estas notas- el problema principal de la Argentino es el
desequilibrio territorial y demográfico que la aqueja desde
hace tantos años. Todos los otros problemas –muchos y del más
diverso tipo- se desprenden del problema principal o tienen una
relación más o menos directa con él. Desplegando la agenda de
problemas nos topamos con las cuestiones de seguridad, transporte,
vivienda, pobreza, desempleo, marginalidad, exclusión, relación con
el medio ambiente, energía, productivismo, etc. En cada uno de estos
ítem hay políticas para acordar y poner en marcha pero la
presunción es fuerte: si no se ataca el problema principal, todo lo
que se haga al margen, a la larga o a la corta –luego de los
consabidos anuncios sobre las cosas que se hicieron pero no los
resultados que se obtuvieron, un clásico de la picaresca nacional-
las cosas quedarán como estaban; las acciones no irán más allá de
algunos movimientos de vaivén que, como en una estructura
disipativa, se remitirán al origen dejando las cosas en el estado
que fue el punto de partida y dio lugar a la acción. Habremos
generado una nueva frustración; otra oportunidad más se habrá
desperdiciado.
Parte 4
4.1. Xavi e Iniesta
Cuando el Barcelona “inclina la cancha” la pelota puede circular
en distintos sentidos pero finalmente lo termina haciendo en uno: el
del arco contrario. Algo de eso pasa en un territorio desequilibrado
como el nuestro: los problemas y las expectativas de solución, como
los radios de un abanico, se conectan con Buenos Aires estableciendo
así una relación de amor/odio que, arraigada por años, termina por
ser parte del problema. Esa dependencia, que el “centro” hace lo
posible por realimentar, es la expresión del centralismo, un
círculo vicioso sobre el cual más allá de alguna alusión retórica
se suele hablar poco y menos aún hacer algo para comenzar a
revertir.
El centralismo es una característica de la forma en que el país se
fue configurando desde sus inicios, incluso heredando de la colonia
modalidades de manejo territorial, sobre todo a partir del momento en
que España comenzó a reformular sus expectativas con relación al
Rio de la Plata. Sin embargo, la tendencia centralista se ha ido
intensificando en las últimas décadas.
Entonces, hay que reconocer que el centralismo no es patrimonio del
peronismo pero, como hemos visto, esa fuerza política, dominante en
el último medio siglo, promovió o se dejó estar frente al fenómeno
concentrador y en todo caso lo usufructuó políticamente16.
A pesar de todo el poder que el peronismo ha sabido construir nunca
se preocupó por poner en práctica medidas descentralizadoras ni
siquiera con el fin de favorecer regiones del país donde poseen una
importante base política cuyos caudillos, más allá de algún
refunfuño esporádico, han terminado de hecho sometidos a la
atracción del centro con la ilusión de agregar valor al poder
partidario (algunos de esos dirigentes regionales estando a cargo del
gobierno central como Menem y Kirchner, fascinados, se han adaptado
rápidamente al unitarismo).
Sin embargo, en los últimos tiempos la problemática del centralismo
-como factor aglutinante, abarcador y condicionante de otras
variables- aparece de una manera distinta y con más insistencia
reflejada en trabajos de comunicadores y formadores de opinión. El
hecho puede derivar de la maduración de algunos procesos del
conocimiento de la realidad.
4.2. Revelación de una problemática
Se ha calculado que el gobierno “gasta en subsidiarles servicios
públicos a los residentes porteños tanto como cobra en retenciones
quitadas al agro que rodea a buena parte de esas treinta y tres
ciudades que le siguen”17.
En una nota ya mencionado aparecida cuando estábamos terminando
estos apuntes, se afirma que “para ser viable, la Argentina
necesita un rediseño territorial, que habilite luego un nuevo pacto
federal fiscal (y que) cambiar el esquema del país y solucionar el
drama del conurbano nunca fue ni será sencillo porque necesita de
alguien que tenga mucho poder y esté dispuesto a ser un presidente
impopular y tener un solo mandato”18.
También en las organizaciones del campo se ocupan frecuentemente del
tema del centralismo especialmente la Federación Agraria y CRA.
Dichas instituciones han dicho más de una vez que el problema de las
retenciones no reside solo en la defensa de los intereses
corporativos si se tiene en cuenta la magnitud de las retenciones y
de los subsidios que se aplican en las ciudades. Naturalmente, el
desequilibrio se traduce en emigraciones o expectativas de tales lo
que necesariamente priva de sentido a la vida del interior que solo
es una espera para el momento de la partida. Es por eso la necesidad
de una visión estratégica reflejada en “una política nacional
que abarque al interior y que promocione un sistema sustentable”19.
En una de las notas publicadas con motivo de los sucesos de Soldati,
los puntos de vista se fueron orientando hasta llegar a poner en el
tapete el problema territorial. Al evidenciar los límites a los que
ha llegado la realidad política y social, se pone el acento en la
combinación letal de centralismo+clientelismo, un cóctel de gran
potencial sinérgico20.
Sin embargo, paradojalmente, en la nota se esboza el siguiente
razonamiento: la gente emigra del interior al GBA buscando resolver
sus problemas en el lugar de origen; empero, cuando el emigrante
llega al GBA no ve satisfecha sus expectativas debido a que el GBA no
dispone de los recursos que le corresponderían en el caso de que la
suma de asignaciones legales y arbitrarias fueran realizadas en forma
equilibrada por medio de la coparticipación entre las distintas
provincias. Y se da el siguiente ejemplo: el año pasado las
provincias en promedio recibieron 2430 pesos por habitante en
concepto de transferencias legales (no discrecionales), sin embargo a
la provincia de Buenos Aires le correspondió 1276 pesos y 634 a la
ciudad de Buenos Aires. Se puede inferir entonces, siguiendo el
razonamiento esbozado en la nota de referencia, que: si las
asignaciones por coparticipación fueran las que corresponden el
problema estaría resuelto, es decir, la gente migrando al GBA vería
satisfechas sus expectativas. ¿Es realmente así?
El límite de redundancia a que han llegado los abordajes
tradicionales de la problemática argentina -la mayoría de ellas
producto de visiones sesgadas que derivan del uso aislado de las
distintas disciplinas- han obstaculizado un enfoque de conjunto para
lo que se puede concebir como un poliedro conceptual con muchas caras
de ingreso21.
Como una manifestación de esos obstáculos epistemológicos, se
puede verificar que en nuestro medio aún no son frecuentes las
prácticas transdisciplinarias a cargo de equipos
multidisciplinarios capaces de dotar de una imagen más compleja a
problemas complicados como los que tenemos que enfrentar día a día.
4.3. Entropía
En este trabajo se introduce una visión de la entropía que apunta a
configurar una herramienta de evaluación para mejorar la eficiencia
y la eficacia en la utilización de los recursos que se destinan a
intervenciones territoriales.
Aunque existe una idea que la asocia al desorden y al caos, aquí se
define la entropía como “una propiedad de los procesos referida a
la cantidad disponibles de opciones realizables y/o la velocidad con
que las mismas lo van haciendo”. Así por ejemplo, diremos que con
una vida por delante, un recién nacido tiene baja entropía
porque está todo por hacerse en la medida de realizar las opciones
disponibles que cada individuo porta al nacer; por el contrario,
quien ha decidido suicidarse tiene alta entropía porque solo
le resta el tiro final; no dispone de otras opciones. En este caso
nos referimos a la entropía como variable de estado, una
noción sincrónica que da la pauta del potencial de realización que
muestra un sistema en un momento dado.
Existe otra forma de aplicar la noción de entropía. Imaginemos un
joven prometedor, lleno de posibilidades, cuya vida disipada hace que
queme en forma compulsiva y acelerada sus oportunidades. Diremos en
este caso que su crecimiento es entrópico; todo lo hace a
tontas y a locas desperdiciando las opciones que se le presentan y
confiriendo a su quehacer una baja eficiencia y eficacia de insumos y
productos. Por el contrario, de otro joven con las mismas opciones,
pero que las va realizando en forma ordenada, con prudencia y
parsimonia, privilegiando la eficiencia y la eficacia al ponderar su
accionar en cada paso para prever sus consecuencias, diremos que
recorre un proceso de baja entropía. En este caso se concibe
a la entropía como variable de cambio.
La entropía siempre es positiva y su ponderación –intuitiva
porque aplicada a la marcha de la vida personal o los procesos
sociales aún no cuenta con una manera de medirla como sí se lo
puede hacer en los dominios de la fisicoquímica- permite tener una
dimensión de cuál va a ser el comportamiento de los recursos que
comprometamos en un proceso y los resultados esperables.
4.4. ¿La pobreza es solo un problema de plata?
Tomemos el caso de una villa de emergencia22.
Esos asentamientos ya tienen alta entropía (falta de oportunidades)
y, asimismo, el desarrollo compulsivo de su vida la aumenta
aceleradamente (“queman” las pocas opciones que aparecen en
procesos que liberan mucha entropía). ¿Qué se quiere decir? Por un
lado, que las pocas opciones disponibles se reflejan en la falta de
trabajo, de crecimiento, de calidad de vida, y muchas otras variables
que se puedan considerar; por el otro, cuando se prende una chispa de
cualquier tipo, individual, familiar o comunitaria, la deflagración
corre como reguero de pólvora porque todo se vive al límite, no
existen mecanismos de contención entre otras razones por la falta
de arraigo. En esos casos, una política habitual de asignar
recursos en lugar de promover e incrementar la disposición de
opciones, puede no alcanzar los resultados buscados y/o, por
el contrario en no pocos casos, agravar la situación. Por
ejemplo, ante la inseguridad proclamar políticas de exterminio o
disponer más policía con todas las externalidades que ello implica.
Las políticas asistenciales -que no se pueden dejar de hacer- no
tienen grandes efectos positivos (salvo para la activación del
mercado y del comercio a esos niveles porque mantienen un nivel de
consumo). La concepción clientelar de las políticas sociales (que
termina siendo una reivindicación para el populismo) hace que la
gente se acostumbre a la dádiva más que al esfuerzo para mejorar o
resolver su situación en forma autónoma.
4.5. ¿Donde poner los ladrillos?
Una misma intervención causa distintos efectos según el contexto
donde juega su rol el capital social. Para la ponderación del
capital social se considera la sociabilidad de un conjunto humano, y
aquellos aspectos que permiten que prospere la colaboración, la
solidaridad y la concreción por parte de los actores individuales de
las oportunidades que surgen en estas relaciones sociales. El capital
social se basa en la confianza y el respecto entre los individuos,
las normas que los rigen y las redes que los vinculan; considera los
factores de alteridad, lo que acerca a los individuos, y cómo esa
convivencia comprometida incrementa las interacciones entre los
individuos para el bienestar de un colectivo través de la acción
comunitaria.
Si se encara la opción de “mejorar la calidad de vida” aparecerá
como más conveniente otro tipo de proyectos que le generen al
beneficiario más satisfacción que aumento del resentimiento: por
ejemplo ayudar a crear una opción sustentable de trabajo lo cual
puede implicar una reubicación de su residencia y mientras tanto
permanece en el lugar, sea más conveniente un programa de tipo
“soluciones habitacionales”. En ese proceso puede que se
justifiquen, pero en otro lugar, la millonarias inversiones en
viviendas características de los programas sociales. La misma
decisión adoptada con la misma gente, pero en un contexto de mayor
capital social y baja entropía, con mecanismos de participación,
los resultados serán totalmente distintos: contribuirá a aumentar
las opciones de realización y mejorar el bienestar individual,
familiar y social.
Hay un caso interesante: las casas de dos pisos para villeros que la
Municipalidad de La Plata hizo con ostentación a la entrada de la
autopista a Buenos Aires desde donde se pueden ver, amarrados a los
palenques, los carritos de cartonero con sus petisos pastando.
Obviamente la discusión no pasa por plantearla en los términos de
“casas sí o casas no” porque en última instancia el villero
como cualquier ciudadano tienen el derecho a verse favorecido con una
dada política estatal de acción social. El problema pasa por otro
lado.
4.6. Con esta sí, con esta no…
Villa 31.
Retiro. Buenos Aires
|
La imagen de la derecha llevó a la presidenta a valorar el ladrillo
cerámico como signo de progreso en la Villa 31 de Retiro; lo hizo al
comparar las actuales construcciones en propiedad horizontal con las
casillas de cartón que ella veía de paso a Aeroparque durante los
primeros años de su actividad legislativa. Trascartón, desde el
ministerio de Desarrollo Social se incrementó un flujo de ladrillos,
chapas y otros medios de cambio de favores clientelares para
continuar con ese extraño modelo de desarrollo.
Por el contrario, la imagen de la izquierda nos sugiere
imperiosamente que los ladrillos habría que ponerlos de ese lado.
Hay otro problema. ¿Cuáles son las reales necesidades que se la
plantean a la comunidad wichi? ¿Por qué se murió de hambre la
indígena? ¿Por falta de alimentos?
Las famosas NBI son elaboradas en despachos del mundo académico
habitualmente alejados del territorio. Y la comunicación pública
participa de esa extrañeza. Por tomar un caso: el del hambre, lo que
da lugar a planes sociales con fuerte financiamiento, a la
constitución de ONG al respecto, a una multitud de muestras de
solidaridad que trascienden en palabras y hechos en la opinión
pública, a la beneficencia en los marcos de la responsabilidad
social empresaria. Para empezar y al respecto hay que aclarar que en
la Argentina no hay hambre; lo que hay es una ingesta
desequilibrada que no se condice con la variedad de alimentos
disponibles, pero que también hay que reconocer que está en línea
con determinados condicionantes culturales los que, no obstante,
también se ven afectados por la urbanización y el desarraigo. Si un
indígena de Formosa come pescado crudo eso no quiere decir una
ingesta insuficiente en cantidad por lo cual se quedaría con hambre;
sí claramente un ingesta deficiente en calidad y diversidad, lo que
seguramente le quitará años de vida. Si un changarín desocupado
del ex mercado Spinetto en el barrio de Congreso, remueve un tacho de
basura sabiendo por su experiencia lo que busca, no hay que obviar
que en los alrededores hay la cantidad suficiente de comedores
comunitarios gratuitos regenteados por las iglesias. Cuando en un
medio se quiere significar “hambre” se ha dado el caso de
fotografiar a un niño claramente afectado de raquitismo al lado de
su hermanito que muestra sus mofletes rozagantes. Los planes sociales
que financian generosamente a los comedores comunitarios, se ven
enfrentados a la realidad de que esos comedores no tienen la cantidad
de beneficiarios reales con relación al monto de la ayuda que
reciben; en no pocos casos, se está financiando a las burocracias
punteriles o de ONG’s que hacen un modo de vida de la solidaridad
con recursos estatales. Por último, se puede ver en esos comedores,
pallets de “alimentos no perecederos”, normalmente farináceos,
que no contribuyen justamente a cualificar y diversificar la ingesta
(y que en no pocos casos les permite a las empresas desprenderse de
alimentos próximos al vencimiento -como a través de los bancos de
alimentos- para luego sacarse fotografías y ponerlas en sus balances
polícromos). Como broche están los programas como el “pro-Huerta”
de paupérrimos resultados salvo en la imaginación de quienes
redactan los informes para justificar las erogaciones que mantienen y
retroalimentan las burocracias. Hay muchos interrogantes muchos de
ellos que no se llegan a formular por el temor por parte de quienes
se hacen las preguntas de ser tildados de falta de sensibilidad.
Volviendo a los ladrillos y a los wichi. La primera reacción es
entonces poner los ladrillos en la toldería. Empero, tampoco la cosa
es tan fácil porque hay otras prioridades si de intervenciones se
trata. Por ejemplo, una efectiva campaña contra el mal de Chagas
(medida por sus resultados y no por la cuantía de recursos
destinados) antecede al hecho de que si los ladrillos son cerámicos
o de adobe, en tanto unos u otros estén bien desinfectados. Es más
importante tal vez una solución habitacional (núcleo húmedo) que
una construcción nueva, dicho esto en comparación a los recursos
invertidos y la necesidad de aumentar las opciones productivas
sustentables entre las poblaciones más pobres del interior para que
no emigren. Una buena campaña desde el colegio para el cultivo de
frutas y verduras y usarlas frescas en la dieta hogareña para lo
cual no hace falta ningún programa especial, salvo el uso de un
tiempo del recreo de los chicos, la disposición de la maestra, o la
tarea de sus padres después de hora. No hay factor más poderoso
de penetración de los cambios culturales en la familia que los
colegiales –afortunadamente de asistencia masiva a lo largo de todo
el país- cuando están bien adoctrinados, capacitados y
enfervorizados23.
En resumen: hacia las soluciones definitivas (trabajo
sustentable-salud-educación-vivienda-calidad de vida, en el pago)
de lo que se trata es de ir aumentando las opciones con medidas de
gobierno y la sociedad civil en una combinación sinérgica que
incremente el potencial de cada territorio y de cada familia. Aquí
es donde hay que poner el acento de las políticas de estado.
Mientras tanto las medidas inmediatas van orientando la marcha de los
acontecimientos hacia el escenario deseado el que estará
determinado, a su vez, por las medidas de largo plazo. En todo este
proceso, se debe incorporar la variable entropía para
monitorear la eficiencia y la eficacia de las intervenciones. De esa
manera se podrá ver si el proceso muestra un aumento de las opciones
o, por el contrario, las opciones se estacionan o disminuyen detrás
de la ilusión de la redistribución de la riqueza que en ese caso no
es más que el aumento del consumo que hacen posible los recursos que
se hace llegar al bolsillo de los beneficiarios.
4.7. La cuestión energética
Hay cosas que se dan por sentadas. Días pasados en una nota ya
mencionada24
se afirmaba que en nuestro país se tienen que invertir en energía
U$S 7.000/año. La cifra no solo por lo voluminosa promueve
interrogantes y consideraciones sobre su pertinencia a pesar de que
se la pone en boca de un consultor reconocido. Veamos algunos
elementos de contexto:
1) la British Petroleum vendió su parte en Pan American Energy a los
chinos. La PAE es la principal empresa petrolera que opera en el
suelo argentino a cargo de la explotación del yacimiento Cerro
Dragón en los alrededores de Comodoro Rivadavia, un yacimiento
maduro que sigue batiendo récords, que viene a ser por su carácter
emblemático como la nave insignia del oro negro en nuestro país. La
BP justifica la estratégica operación en que tuvieron muchos gastos
(?) para obturar la pérdida en uno de sus yacimientos marinos en el
golfo de México, catástrofe que tuvo en vilo al presidente Obama y
los ecologistas del mundo durante gran parte del año pasado.
2) hace dos años, según The Observer, el ex primer ministro Brown
se pronunció por que Gran Bretaña esté a la vanguardia de una
nueva sociedad como lo estuvo dos siglos atrás con las revoluciones
industriales. Para ello dijo “debemos utilizar nuevamente el
conocimiento y la experiencia de nuestros ingenieros y científicos
para emprender una revolución verde que cambiará
significativamente la forma en que vivimos y trabajamos…el cambio
climático afectará a cada individuo, cada familia, cada comunidad,
cada empresa, cada economía y cada gobierno…estoy resuelto a que
Gran Bretaña esté a la vanguardia de la transición a sociedades
con bajo consumo de carbono”.
3) ¿Quién estará en lo cierto, Brown que se juega por el bajo
Carbono o nosotros que seguimos quemando petróleo como si todo
siguiera igual? ¿Todo el crecimiento industrial debe ser
necesariamente electro intensivo? ¿Y las industrias sin chimeneas?
¿Hace falta seguir alimentando con energía una concentración
urbana que ha llegado al límite de la tolerancia? ¿Y los coches
híbridos eléctricos que estos días son promocionados con bombos y
platillos como el Chevrolet Volt y los Honda que ya circulan por
nuestras calles? ¿Dónde están los grandes negocios del futuro, en
el petróleo o en el mercado de bonos de Carbono? ¿No habrá llegado
el momento de dar los primeros pasos para iniciar una larga marcha
enfilada a una relación ecosistémica más racional? ¿Y si no damos
esos pasos hoy que existen las condiciones para formular y ejecutar
políticas de estado, cuándo será el día?
Argentina tiene las mejores condiciones para iniciar la larga y
promisoria marcha que la conducirá segura hacia una economía verde.
Este objetivo -estratégico, moderno, racional y revolucionario-
tiene que ser uno de los puntos fuertes de una política de estado y
deberá ser ejecutado casi seguramente por presidentes que no les
tiemble la mano ni aspiren a la reelección.
4.8. Qué producir…
Nadie discute que la iniciativa privada tiene el derecho de producir
lo que más le convenga. Pero eso no obsta para que en un diseño de
país compartido se prioricen determinados sectores de la producción
de bienes y servicios, en función de un modelo acordado, referido a
las condiciones de desenvolvimiento del mercado internacional y a las
ventajas comparativas y competitivas disponibles. La iniciativa
pública también puede hacer lo suyo, es decir, promover ciertos
sectores productivos que sean la consecuencia de un consenso y que se
traduzcan en políticas de estado. Para citar un ejemplo cercano, en
el primer modelo argentino, el agro exportador, surgido de un
consenso implícito que fue el fundamento de una política de estado
de largo plazo, todo lo que el estado hizo en conjunto o para apoyar
la iniciativa privada, estuvo orientado a desarrollar ese modelo. Se
puede decir que los objetivos estratégicos fueron alcanzados. Bueno,
ahora también debe pasar lo mismo. Solo falta ponernos de acuerdo
(¡pequeña tarea!) sobre cuál es el modelo que vamos a promover. En
ese sentido, no alcanza con invocar la “producción” sin
aditamentos. Hay que ponerle nombre y apellido a la industria
argentina. Y esa política tiene que ser la consecuencia de un debate
tan amplio como transparente que permita la formulación de políticas
de estado que cuenten con el apoyo de una mayoría de los factores
productivos y la población.
Hay que apoyarse en las experiencias exitosas en consonancia con los
indicadores de los nuevos paradigmas globales. Estos son algunos de
los sectores que más expectativas despiertan no solo en el autor de
estas notas:
Cadenas de valor agroalimentarias y agroindustriales con sentido
federal. Clúster de maquinarias y agro servicios. Servicios de
consultoría, financieros, médicos y educativos. Mecánica de
precisión y autopartes. Vinos con denominación de origen. Alimentos
sofisticados. El turismo de variada oferta, en primer lugar, la
ciudad de Buenos Aires. El fashion de Palermo. El diseño en todas
sus modalidades. Las industrias culturales. Otras ciudades como
Rosario. Organización de eventos. Talento deportivo. La petroquímica
al pie de los pozos. Equipamiento atómico en Bariloche. Energías
alternativas y producción “verde”… y otros sectores (no
muchos más) sobre los que hay coincidir en un plan estratégico
nacional.
Parte 5
La propuesta
Hay que terminar con el federalismo retórico. Hacer una verdadera
distribución de riqueza… de oportunidades. Ello implica una
organización de la asignación de los recursos según un plan
estratégico. Las expectativas que son orientadas a la solución
coyuntural de las urgencias surgidas de la pobreza desesperada, deben
serlo en el sentido de soluciones sustentables. Hay varias
herramientas que se pueden poner en marcha.
5.1. El rol del Estado
Es importante el tema de la propiedad. No es cierto que puedan
existir empresas estatales eficientes por más que en algunos lugares
lo sean; no es el caso de la Argentina donde las empresas han sido (y
siguen siendo) cotos de caza. Una empresa, sobre todo cuanto maneja
recursos en gran escala, ocupa la libido de una parte del estado,
quitando lugar a la labor de regulación y promoción socio
productiva; se ponen en movimiento una cantidad de prejuicios con
sentido paternalista, ni hablar de la corrupción y prácticas
burocráticas25.
Lo que debe ser fuerte (y lo más pequeño posible en volumen) es un
Estado activo que marque el rumbo y favorezca las políticas
estratégicas con una gran capacidad de desprenderse de los lastres
ideológicos que impiden una permanente acomodación del país en la
crema del progreso y la innovación mundial. La iniciativa privada
tiene todo el derecho de impulsar sus actividades productivas (dentro
de las leyes y sin aprovecharse en forma indebida de los bienes
públicos), pero el Estado tiene el deber de impulsar aquellos
sectores que los consensos de las élites consideran estratégicos y
garantizar, incluso con protecciones transitorias, que dichas
actividades alcancen su masa crítica de sustentación.
5.2. Romper los fatalismos
Podemos decir que la diferencia de valores entre dos variables
cualesquiera, da lugar a un flujo, una corriente que se dirige desde
lugar donde la variable tiene el mayor valor al de menor valor.
Ejemplo: el agua de una casa que reposa en un tanque que está en el
techo, con solo abrir la canilla de la pileta, sin hacer ningún
esfuerzo, se dirige sin dudar a la pileta. En ese caso la variable
es: la altura del agua que varía si abrimos la canilla y la
corriente es: el chorro de agua. Si consideramos la variable
pobreza y sus distintos valores entre las regiones de un país, habrá
una tendencia natural a las migraciones desde donde hay más pobreza
hacia donde hay menos pobreza. En este caso las corrientes o flujos
son migratorios. La mayor pobreza que se registra en el NEA el NOA y
en Cuyo, fuerza migraciones de familias que tratan escaparle a la
miseria. Como hemos visto esas corrientes se vienen registrando sin
interrupciones desde antaño. Las variables pueden ser: posibilidades
de trabajo, protagonismo político social, acceso a la educación,
servicios de salud, luces del centro, y otras decenas de variables
que se puedan imaginar.
Desde la dinámica de los sistemas, que se ocupa de la disposición
territorial de las variables, sus valores (potenciales) y los
desplazamientos a que dan lugar las diferencias entre ellas, los
flujos (corrientes) que se producen se pueden representar por un
vector centrípeto (periferia centro)
como los que vemos en el siguiente mapa que muestra las proporciones
actuales de la pobreza en nuestro país.
¿Cómo romper el fatalismo, los lugares comunes, las inercias, la
fuerza de la costumbre, la maraña de factores e intereses que están
presentes en estos casos? Para equilibrar un sistema que está
desequilibrado desde hace mucho tiempo, y que se va desequilibrando
cada vez más, hay una sola forma: a los vectores centrípetos hay
que superponerle vectores centrífugos con la fuerza y el
tiempo suficiente como para doblarles el codo a los centrípetos. Eso
son políticas de estado que tienen que formularse con mandatos
concretos desde el inicio de manera que orienten en forma creciente
el imaginario nacional y el fatalismo se transforme en esperanza
compartida. Veamos una forma de las muchas que pueden ponerse en
movimiento.
UNA ARGENTINA APLASTADA POR LA
POBREZA
Herramientas fiscales
Una política de círculos concéntricos de fiscalidad decreciente,
establecida y ejecutada en el largo plazo, actuará para canalizar
las inversiones y la generación de puestos de trabajo que es la
condición necesaria para reorientar las expectativas poblacionales.
Lo demás es labor política y de comunicación, de manera que las
familias comiencen a repensar el futuro de sus hijos en condiciones
de credibilidad y previsión. Un fuerte sentido de rearraigo debe
inspirar a los pobladores para que su vínculo con el medio sea
duradero, como se daba antes.
Tomemos algunos casos testigos que pongan en evidencia que una
política de estado no siempre coincide “con lo que la gente
quiere” ni está llamada a tener réditos electorales. Sobre todo,
que los escenarios que se puedan configurar no surgen de una
extrapolación de las condiciones presentes como se suele hacer
cuando se imagina el futuro. Una política de estado implica una
ruptura profunda de conceptos lo cual no quiere que se tire todo por
la borda ni que las imágenes surjan de la nada, desechando los
valores y las culturas que nos animan. Vamos a dar un ejemplo. En los
ochenta cuando ya los procesadores de texto comenzaban a poblar los
escritorios, en una escuela técnica del ramo se seguían enseñando
como si nada estuviera pasando los fundamentos de la linotipia y la
composición en caliente porque era eso lo que los profesores habían
impartido toda su vida. Cuando hubo que cambiar ya se habían gastado
algunos años en conflictos y expresiones del tipo “eso no va a
andar”. En internet hay un muestrario muy gracioso de “pifias”
famosas a cargo de gente inteligente que sin embargo no supo
anticipar tendencias.
La reorientación de los recursos a invertir y en general de todos
los recursos que se ponen en juego en las intervenciones, ameritan un
cambio en la concepción del locus (lo local). Hoy a
diferencia del pasado la masa crítica no se logra con la
concentración territorial; más bien, en no pocos casos, ocurre lo
contrario. Internet es una herramienta que ha cambiado la noción de
lo tridimensional a lo n-dimensional, de manera que en un punto
cualquiera del planeta, como en un holograma, tenemos la totalidad de
las demandas y las ofertas de todo tipo que animan a la sociedad
planetaria. Por cierto, no todos se pueden desenvolver de la misma
forma y presteza en la aldea global, pero estos son procesos que se
ponen en marcha sin fecha de vencimiento en los casos donde la
administración de las urgencias, las emergencias, las divergencias y
las convergencias, lo hacen posible (que es una tendencia factible).
El desarrollo local debe ser una política nacional. En cada
pueblo y ciudad del país, que son miles, se debe organizar la
producción de manera de agregarle el mayor valor posible a los
insumos locales para generar bienes y servicios destinados al mercado
local y global. De esa manera las familias van a tener a donde ir o
regresar, sin disparar de ninguna miseria y al encuentro del
bienestar. Un nuevo imaginario nacional irá tomando forma en las
próximas décadas. Seguidamente, vamos a exponer algunos ejemplos
expuestos en forma sencilla de cosas conocidas que muestran la
dimensión de los cambios que nos esperan. Como estos, librada la
imaginación popular, se pueden imaginar miles de otros casos.
5b. Anexo
5b.1. Pagani eligió
distinto
Hace algunos años, en época
de los militares, se planteó la disyuntiva “acero o caramelos”
como metáfora de los caminos posibles para el desarrollo de nuestro
país. Si en ese momento se hubiera realizado una encuesta sobre las
preferencias de los argentinos sin dudar nos habríamos pronunciado
mayoritariamente por el acero; se habría evidenciado de esa manera
una clara influencia de los modelos productivistas referidos a la
defensa nacional. Las cosas no ocurrieron de acuerdo a lo previsible.
Hoy el acero argentina está en manos de un grupo empresario de la
India. ARCOR es el primer productor mundial de caramelos y compite en
120 mercados de los cinco continentes.
5b.2. Un referente del
empresariado
Otro caso emblemático es el
de Coniglio, el fabricante de ropa para niños y adolescentes. El
emprendimiento es un leading
case porque reunió
todos los requisitos de un proyecto moderno y exitoso: diseño
original y de gran belleza, capaz de marcar las tendencias de la
moda, creación de mucho trabajo façon, empuje comercial,
franquiciado en otros países. Coniglio pudo competir en cualquier
escenario global debido a su capacidad y velocidad de innovación sin
la más mínima posibilidad de ser imitado en tiempo real. Luego de
un período de expansión, es vendido en condiciones ventajosas a un
fondo de inversión, en una operación irreprochable desde el punto
de vista económico, de esas que hacen crecer como nunca la
autoestima de sus autores. El creador de Coniglio, Ignacio de
Mendiguren, seguidamente se dispuso a fabricar alpargatas con suela
de goma, un producto más al tono de Brasil o China.
5b.3. Una decisión
controvertida
La unanimidad del rechazo al
proyecto del tren bala (también conocido como “tren de alta
velocidad” o TGV) no se debió en lo fundamental a las sospechas de
corrupción que podían rodear al trámite de licitación por parte
del gobierno kirchnerista. No. El rechazo respondió a tres razones:
1) el despilfarro que significa una inversión de tal magnitud, 2) la
impertinencia de pensar en un tren lujoso cuando la gente viaja como
ganado desde el gran Buenos Aires, 3) lo inoportuno del proyecto
cuando los pequeños pueblos languidecen por el levantamiento de los
servicios ferroviarios que los vieron nacer. Este gobierno ya se va y
el proyecto fue dejado de lado de manera que la razón primera ya no
tiene vigencia. ¿Son valederas las dos razones restantes como para
no retomar el proyecto suponiendo que sea gestionado en condiciones
de transparencia? Hagamos algunos comentarios sobre la batería
argumental desplegada por quienes pueden fungir de representantes de
esa mayoría opositora, por lo menos en este caso.
- Los pueblos languidecen no por culpa del levantamiento de los servicios ferroviarios sino por un cambio de paradigma en la producción de cereales.
cosecha en 1910
cosecha en
2010
Vemos la diferencia de puestos
de trabajo registrada en un siglo para producir mucho menos cantidad
de cereal y en condiciones de menor productividad. Esa gente vivía
en pequeños pueblos y se desplazaba al campo para la cosecha y las
otras labores agrícolas. Cambiados progresivamente los métodos
productivos, ¿quién podía dar trabajo en esos lugares a los que se
fueron desplazando? La realidad de cien años demostró que la
pregunta no tuvo respuesta positiva, y la gente se vio obligada a
emigrar a las ciudades.
El levantamiento de los
ramales fue el tiro de gracias para una realidad que ya estaba
totalmente determinada. Como hemos visto, muchos años antes se
comenzó a construir caminos paralelos a las vías porque el tren
dejaba de ser competitivo para los transportes de cereales en pequeña
escala (no en gran escala que sigue siendo mucho más competitivo que
el transporte automotor aunque juegan en ese caso otros intereses que
todavía son dominantes)
- El problema del conurbano no es solo como se viaja sino porqué se viaja.
Expreso
del Oriente tren del conurbano
Si se pusiera el expreso del
Oriente -el tren más lujoso que ha existido- ¿cuanto tiempo
tardaría en transformarse en un tren del conurbano? El problema es
que la gente gasta en viajar 4 horas diarias que le resta al
descanso. ¿Con qué humor puede hacerlo? ¿En qué nivel se
encuentra el capital social como para hacerse cargo de tamaño
despropósito?
Como vemos, existe un enfoque
de los trenes que admite otros puntos de vista. Ahora veamos la
cuestión de las nuevas tecnologías ferroviarias.
3. ¿Qué están haciendo los
demás en materia ferroviaria?
Países de nuestro nivel como
Turquía, Sudáfrica o Brasil están construyendo el TGV a todo
vapor. El tren bala se encuentra en la mayoría de los países de la
UE. Formó parte de la plataforma propuesta para gobernar Chile en
las últimas elecciones por parte de Ominami, un hombre claramente de
izquierda. China acaba de inaugurar el TGV más rápido del mundo y
proyecta desplegar en los próximos tres años 42 líneas a lo largo
de 13.000 Km de vías para servir al 90% de su población. Obama se
propone montar un red de trenes de tecnología magleb (suspendidos
por levitación magnética) que en Japón ya han alcanzado
velocidades cercanas a los 600 Km/h. Un ejercicio numérico. Estoy en
la puerta de Retiro. En cinco minutos, el tiempo justo para tomarlo,
sale de esa estación el tren bala a Rosario. Al mismo tiempo, otro
pasajero que prefiere viajar en avión toma un taxi también en la
puerta de Retiro para ir a Aeroparque. Cuando el pasajero que
prefiere viajar en avión ha llegado a Aeroparque y todavía está
haciendo la cola en el mostrador de embarque, el pasajero que viajó
en el tren bala acaba de llegar al centro
de Rosario. Si el mismo ejercicio se hace con relación a Córdoba,
el tren está ingresando al centro
de la ciudad serrana cuando el pasajero que prefiere tomar el avión,
todavía en Aeroparque, se está ajustando el cinturón para decolar,
si todo anda bien... En las décadas sucesivas todo el mundo se unirá
con trenes de alta velocidad incluso por túneles debajo del mar; un
negocio faraónico del cual nuestro país podría participar desde su
inicio: tiene historia, recursos humanos experimentados, conoce bien
el negocio y dispone de tecnologías de punta como la
superconductividad (la que usa el magleb que proyecta Obama) y nuevos
materiales. En 1857 Sarmiento tuvo que golpear con el puño repetidas
veces su pupitre en el Senado bonaerense para dar luz verde a la
extensión de la línea férrea de Buenos Aires hasta San Fernando,
resistida con ahínco por el lobby de conductores y patrones de
carretas. En nuestro país la extensión de las líneas férreas fue
más de 100 veces superior a la implicada en la propuesta del
sanjuanino.
5b.4. Polo
Hay una experiencia reciente
de cómo lo pequeño puede expandirse: el clúster del polo. Un
sector exclusivo, no exento de glamour
(una forma de
belleza ligada al lujo y al refinamiento), apoyado en tradiciones
criollas pero con formas modernas de organización, que se proyecta
con éxito al plano global. Capaz de una realización que no estará
en lo inmediato al alcance de país alguno (poner 80 goles en una
cancha para jugar un partido en París o Buenos Aires), el polo es
trabajo de diverso tipo, altos ingresos, manejo genético, belleza no
solo animal, creación de exitosísimas marcas de indumentaria y
equipamientos, llegada internacional a los más altos niveles de
decisión, acceso al sponsoreado
más sofisticado…, todas facetas de la actividad ligadas al máximo
agregado de valor.
Se cuenta que en una oportunidad el Príncipe Felipe imaginó cambiar
las Malvinas por los Heguy. La sola verbalización de la posibilidad
–aun en el plano de la fantasía y en tono de chanza- muestra el
verdadero potencial de la actividad. Sin que todas las ramas
susceptibles de ser consideradas económicamente viables tengan esas
condiciones tan favorables, el clúster del polo es, empero, un
ejemplo paradigmático en materia de desarrollo
local. ¿Cuántos
de estos casos en distintas ramas de actividad permanecen a la
espera de una oportunidad?
Ing. Alberto Ford
Enero de 2011
1
que nos retribuyeron con las habaneras -una de las fuentes
originarias de nuestros tangos- traídas al puerto de Buenos Aires
por lo marineros cubanos que cargaban el charqui
2
Conocidos con el mote de “oligarquía terrateniente” es uno de
los sectores sociales de la Argentina que están esperando una
relectura de su trayectoria. En la referido a la propiedad de la
tierra en nuestro país hay que diferenciar cuatro
momentos: 1) el de los verdaderos terratenientes como Rosas y otros
estancieros criollos con grandes explotaciones extensivas y métodos
rudimentarios de producción ganadera; con el corte del vínculo con
España, esos ricos hacendados fueron puestos en la zaranda, algunos
pasaron (como las Alzaga, Martínez de Hoz, García Mansilla
herederos de Rosas que por casamientos con los Bemberg han llegado
hasta hoy como familias poderosas, etc.). y otros se volvieron a la
península, 2) los beneficiarios militares del reparto de tierras
por parte de Roca como consecuencia de la campaña al desierto,
cuyos nombres designan estaciones pero no fueron muy afectos a las
tareas de la labranza por lo que tardaron lo que un suspiro en
desprenderse de las tierras, 3) sectores provenientes del comercio,
enriquecidos algunos de ellos en el abastecimientos al Ejército
(como los Santamarina, Pereyra Iraola, etc.,), y otros de familias
europeas en condiciones de traer capitales (Bemberg), que compraron
grandes extensiones de tierra pero que se fueron haciendo
estancieros con un sentido productivo moderno, 4) los inmigrantes
europeos que por diversas formas de explotación de la tierra como
la “mediería”, cooperativas o colonias, etc., fueron dando
forma al prodigioso desarrollo del capitalismo agrario en la pampa
gringa que goza de buena salud hasta nuestros días.
3
cuyo campo sobre la laguna de Chascomús era administrado por
Thomas Ford de oficio ovejero (tatarabuelo del ex presidente
Alfonsín; el “kelper” que alguna vez mencionó entre sus
antepasados porque estuvo viviendo durante dos años a partir de
1842 en las islas Malvinas al punto que a su primogénito lo llamó
Thomas Malvine)
según cuenta William Mc Cann
que en la mejor tradición de los viajeros ingleses escribe, en
1847, Viaje a
caballo por las provincias argentina,
traducido
por el historiador santafesino José Luis Busaniche.
4
Ver Sbarra, Noel. Historia del alambrado en la Argentina. Editorial
Eudeba. Buenos Aires, 1964.
5
hermano de Thomas mencionado arriba
6
El más grande de los hermanos, Juan, yendo hacia Asunción por
tierra, pernocto en el convento de San Lorenzo la noche de la
batalla donde lo estaba esperando el en ese momento Coronel José de
San Martín. La vívida descripción del combate por parte del agudo
observador, que estuvo en el puesto de mando junto a San Martín
hasta que terminaron las acciones, es un tanto desmitificadora de
las imágenes epopéyicas que se reflejan en la marcha.
7
Documento de discusión en la CON. Diciembre de 2009
8
Los contratos petroleros suscriptos fueron luego anulados durante el
gobierno de Illia
9
Me informa Hugo, tucumano de nacimiento hoy platense por adopción,
que siendo un niño apilaba la caña que cortaban en la zafra su
padre y el resto de la familia, hoy a cargo de que brillen todos los
días los mocasines de los diputados bonaerenses.
10 Terragno Rodolfo, Políticas de Estado: un hecho histórico, La Nación, miércoles 29 de diciembre de 2010 <http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1337160>
13
Aunque sea motivo de debate,
se puede decir que el mejor programa social que tuvo la Argentina
fueron las tres versiones del Trabajar en los noventa (el problema
es que como se dice más arriba una “línea muy fina” separa el
diseño de un buen programa del populismo encargado de su
implementación…
14
Con respecto a las evaluaciones hechas públicas referidas al
comportamiento del programa (con datos seguramente provistos por la
misma unidad ejecutora) en los componentes de salud y educación, la
experiencia del “rrioba” muestras que son tan discutibles como
las cifras del INDEC
15
Quien esto escribe vive al lado de una villa de emergencia y hace
unos años formó una ONG con representantes de los villeros para la
recuperación de una cuenca contaminada que los comprendía y
afectaba. En una oportunidad, hablando con uno de los punteros salió
el tema del reflujo poblacional y el derecho de los villeros de
poder volver a su terruño para vivir en condiciones dignas. El
puntero, apresurado retrucó: “No, si yo vivo de esto” (“esto”
son cartoneros, desocupados, semiocupados, trabajadores en negro,
hogares promiscuos, madres adolescentes, etc. etc. etc., todos
pobres, excluidos y marginales…. en los casos donde los cosas no
pasan a mayores). Hay que reconocer que los intereses en mantener el
statu quo con algunos retoques de cosmética no son solo los de los
punteros; también hay empresas de consultoría con toda una
parafernalia de recursos para “mejorar” las condiciones de vida
del GBA donde, como es de esperar, no se habla una palabra de
reflujos poblacionales. O, ¿recuerdan a Kanmar que hizo fortunas
vendiendo en cuotas terrenos inundables?
16
Se recuerda al respecto cuando se ponían trenes para que la gente
del interior viajara gratis para el 17 de octubre con el fin de
participar en la Plaza de Mayo de los actos del día de la lealtad;
esos festejos se prolongaban en el feriado del día siguiente ( los
presente gritaban al unísono “mañana es san perón”). Va de
suyo que una parte importante de los viajeros se quedaba a vivir en
el conurbano engrosando las villas de emergencia.
17
Llach, Lucas, <http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1338822>
19
Roulet, Néstor,
<http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1341370>
20
Ver Llach, Juan J
<http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1337540>
21
Un caso elocuente es una nota recién publicada de Lelio Mármora,
sin duda una de las autoridades en temas de población en nuestro
país, donde se aborda el tema de la inmigración sin alusiones a
los destinos de las corrientes migratorias como si diera lo mismo
que fueran a GBA que la Patagonia. Ver
<http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=799925>
22
No es necesario aclarar (como ya lo hizo un ex presidente) que
muchos de los comportamientos que se describen no son solo
patrimonio de los villeros; simplemente a los efectos de
ejemplificar, focalizamos en ese universo de “beneficiarios”
23
En la Argentina tampoco faltan
viviendas en general y los planes existentes van dando respuestas a
los crecimientos vegetativos; lo que pasa es que la gente se ha ido
de sus lugares y no tiene mucha explicación resolver un problema de
vivienda definitiva a un poblador transitorio. En los pequeños
pueblos (hay miles a lo largo del país) existen cantidad de
viviendas desocupadas algunas taperas producto de las emigraciones
internas durante tantos años. La mayoría de los programas sociales
existentes admitirían este tipo de preguntas sacrílegas que harían
poner los ojos en blanco a nuestras burocracias estatales, mal pagas
pero acostumbradas a la indigencia y, sobre todo, capacitadas para
generar sentido donde no lo hay.
24
Terragno, Rodolfo, op. cit.
25
Ejemplos
comparables con nuestros casos en lo referido a la calidad de la
administración de las empresas públicas son los de los ex países
socialistas. En el caso de Polonia, cuando cayó el muro de Berlín
les regalaron
las empresas públicas a los empleados.
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