DESARROLLO
LOCAL: UN ENFOQUE NACIONAL
Introducción
Una crisis global como la que
estamos sufriendo no puede dejar incólume el sentido de las cosas
establecidas. En forma visible o no, luego de los impactos producidos
en la gran economía, los cambios desatados se instalarán más
temprano que tarde a los niveles micro de la actividad humana, que es
el universo de l desarrollo local (DL). Como tantos efectos
invasivos–como en el caso de la telefonía móvil
por tomar uno– los influjos de la globalización terminan por
modificar las condiciones de vida en todos los rincones del planeta
con una rapidez otrora inimaginable. Al final cada individuo llevará
impreso en su piel, como un código de barras, las señas del momento
que transcurre, una mutación necesitada de perspectiva para
dimensionar. Ahora el cambio climático es la metáfora de todas las
transformaciones eventuales porque actúa al nivel de la biosfera; un
meteoro, como lo demuestran ejemplos recientes, tiene un potencial de
cambio integral como ningún otro hecho que pueda afectar a una
sociedad. En este trabajo, a la luz de los últimos acontecimientos,
nos proponemos revisar algunos conceptos referidos al desarrollo
local, así como indagar en las realidades cambiantes en que una tal
práctica puede ser de aplicación generalizada en nuestro país,
teniendo en cuenta dos eventualidades que van cobrando mayor nivel de
certeza: el comienzo en la Argentina de su segundo ciclo largo de
crecimiento, y el rol protagónico que puede jugar el radicalismo en
las fases iniciales de ese promisorio porvenir. Se verá en el
trabajo que el DL no puede ser activado “desde adentro” así como
darse en forma autárquica, independientemente del entorno del
sistema considerado. Hace falta una intervención externa para
desatar procesos endógenos, y los sistemas y subsistemas
considerados no pueden ser enfocados con prescindencia de sus
vecinos. Por ello, el trabajo considera como un problema fundamental
la existencia de los conurbanos, especialmente el Gran Buenos Aires
(GBA) e incorpora la noción de cohesión territorial que
orienta las profundas transformaciones que en ese sentido se van
dando en la Unión Europea. El nivel micro será el espacio en el que
se dirimirá el gran desafío que tenemos por delante: transformar en
desarrollo el crecimiento argentino (y regional) que se avecina por
medio de una política de estado de promoción generalizada a nivel
micro que ponga en marcha la próxima administración.
1.
Cuestión del tiempo
Según Anthony Giddens no hay
“en este momento ninguna política que esté a la altura de la
magnitud del problema del cambio climático”.Toda una definición
con motivo de la reciente Cumbre de Copenhague sobre un tema que aún
no es considerado en todas sus implicancias de índole compleja en
tanto sí lo son sus manifestaciones meteorológicas. Para el
sociólogo -conocido por su crítica a la
posmodernidad y sus discusiones sobre una tercera
vía en la política- “hace
falta un nuevo modelo de desarrollo… una gran cuota de pensamiento
creativo y este debe ser en su mayor parte social y político”.
En materia de crecimiento, el
cambio climático está llamado a jugar un rol similar al de las
revoluciones industriales: un cuestionamiento a los paradigmas
vigentes a través de una oleada de innovaciones de alcance global.
En los siglos XVIII y sobre todo el XIX nuestras playas se vieron
sacudidas por nuevos productos provenientes de los lugares de donde
se habían originado las revoluciones. Esos flujos fueron capaces de
generar oportunidades de negocios que contribuyeron a ampliar los
mercados, un objetivo permanente de los centros de poder de aquellos
tiempos; una función de diseminación del conocimiento y promoción
del progreso que hoy irá cumpliendo el incipiente mercado de
bonos de carbono (MBC).
¿Cómo opera ese mercado? A
medida que los países más contaminantes se vayan imponiendo
restricciones en materia de emisiones de gases de efecto invernadero
(GEI) -según tratados internacionales como el Protocolo de Kyoto o
el que lo sucederá en 2012- al no poder cumplirlas en lo inmediato,
se verán obligados a comprar bonos emitidos por empresas de países
menos contaminantes entre los que está el nuestro (recientemente, el
ingenio La Providencia de Arcor
negoció sus bonos con una empresa holandesa). Los bonos se
emiten por alguna reducción verificada de GEI (por el uso de
energías no contaminantes en lugar de combustibles fósiles) o por
la adopción de tecnologías limpias o de mejor performance que otra
más contaminante que hubieran podido usar. Una función real
(reducción) y otra potencial (proyecto más promisoriamente
“verde”), las dos formas que va a asumir el MBC (a la
forestación se le concede menor valor estratégico porque tanto la
reducción como la prevención de emisiones de GEI, a
diferencia de capturas de GEI desde la foresta, son
generadoras de negocios de mayor cuantía y/o disponen de un poder
reconfigurante más dinámico, inmediato y tangible, de mayor impacto
popular en el contexto de la globalización).
Las implicancias de la
actividad del MBC serán omnicomprensivas: llegarán a afectar
hasta los niveles micro de actividad. Una forma de penetración
de los flujos globales más invasiva aún de lo hemos visto en los
últimos años con las inversiones, que comenzaron con las grandes
empresas para luego irse extendiendo hacia las de menor porte o
comparable a la llegada de nuevas tecnologías, como en el caso de
los celulares: un producto exclusivo en los ’90, hoy sobrepasan el
número de habitantes. Las transacciones en el MBC estarán
compuestas de flujos financieros y tecnológicos, oportunidades de
nuevos negocios, apertura de mercados para bienes y servicios
derivados de la innovación, y asociaciones empresarias. Se dirigirán
desde el centro a la periferia sin que el vector, a diferencia de
antaño, tenga connotaciones territoriales. En el contexto de la
globalización Puerto Madero puede ser “centro”, y un pueblo
norteamericano pobre, “periferia”. El proceso se está
iniciando. Es la salida estratégica a esta crisis global que nos
acompañará por varias generaciones: la (re)inserción social para
miles de millones de personas por medio de la creación de trabajo
sustentable.
La segunda oportunidad
Nuestro país se encuentra ante
el inicio de su segundo
ciclo de crecimiento largo,
una percepción que se desprende de la nueva división del trabajo
evidenciada por estos días a la luz de la crisis en curso. Es una
oportunidad histórica para desarrollar
ese ciclo. En el anterior -1860, 1930- nuestro rol fue pasivo,
beneficiarios de un comercio internacional favorable derivado de la
relación privilegiada con Inglaterra, que fue abruptamente
interrumpida en los años treinta: otros países de la mancomunidad
comenzaron a ocupar nuestra función de proveedores de materias
primas, insumos y productos agropecuarios. Todavía se debate si la
crisis iniciada en ese momento fue a consecuencia de nuestros
desaciertos e incapacidades o una situación externa tan dependiente
que nos dejó sin capacidad de reacción cuando cambio el contexto.
¿Eso puede volver a pasar? Es más difícil pero no imposible; el
mundo global no es el anterior; la información circula y los saberes
son de índole más compleja. Pero el desafío existe de cualquier
manera. Llegar a concretar esa “intervención creadora” de la
sociedad argentina y su clase política sobre un contexto de alta
determinación, depende de la capacidad de superar algunos escollos,
en particular, los que se desprenden de una rémora preocupante: la
persistencia en el imaginario de algunos modelos de país que se
tornan inviables en las actuales condiciones; un obstáculo
epistemológico existente en distintos estamentos del pensamiento
nacional, con independencia de signos ideológicos. La consiga de
“vivir con lo nuestro” es no solo ilusoria sino perniciosa porque
desvía las visiones, sesga el sentido de la misión a una vía
muerta y quita energías para afrontar los verdaderos desafíos que
tiene el país por delante. Hay todavía no pocos sectores
nostálgicos de un pasado que no volverá1
salvo en la imaginación, y responsables de gobierno que les resulta
más acogedor sobrenadar en los apacibles remansos del pasado que
zambullirse en las tempestuosas aguas del futuro. Asimismo, no pocas
de nuestras decisiones están inspiradas en visiones oportunistas
(según las encuestas) o de corto plazo (“resolver los problemas de
la gente”).
En contextos de alta
determinación, como los inherentes a la globalización, a la
política se le plantean otro tipo de exigencias. Se pueden adoptar
actitudes defensivas (“vivir con lo nuestro”), ilusorias
(“volver al pasado”), confrontativas (globalifóbicos),
oportunistas y de corto plazo. Cualquiera de esas
actitudes será inconducente para alcanzar los fines perseguidos que
en líneas generales también son deseados por el orden
establecido. Objetivos que pueden ser producto del consenso son,
sin embargo, inalcanzables en los marcos de la globalización que
desconoce y barre con la singularidad y los particularismos. Estamos
frente a una paradoja. Las paradojas, que se resisten a la lógica
formal, ameritan otro tipo de tratamiento ya que no pueden ser
resueltas en los planos en que se manifiestan ni desde los polos que
las generan; hace falta crear otros planos de acción y generar
nuevos polos de poder. Pueden ser la base del nacimiento de una nueva
política progresista, un tema actual pero que cae fuera de los
límites de estos comentarios.
Por lo pronto, hace falta una
ponderación más precisa de la Argentina para saber cuál es nuestra
línea de base, dónde estamos parados, de dónde partimos y hacia
dónde vamos. Tal vez uno de los factores a tener en cuenta sea que
todavía seguimos dependiendo excesivamente de indicadores de tipo
económicos que han demostrado sus limitaciones. Días pasados Paul
Krugman nos dio su receta: “siempre hay que tener en cuenta que
cuando no se sabe a quién creer -a las estadísticas económicas o a
los propios ojos-, conviene preferir los propios ojos”, dijo el
académico de Princeton.
La modalidad de registro de avances y retrocesos
de procesos económicos y sociales da lugar a comparaciones que no se
condicen con la realidad. Por ejemplo, contrastarnos con países
africanos cuyo crecimiento el año pasado fue alto. Aunque ese logro
desde situaciones de mucho atraso no puede dar lugar a dudas sobre el
grado de desarrollo comparativo, pone la atención en imágenes que
no se corresponden con nuestras posibilidades y expectativas. Las
visiones apocalípticas no generan una mejor conciencia ni incentivan
las ganas de hacer las cosas…
Se impone echar una mirada
crítica y desprejuiciada sobre aquellas decisiones que han estado
determinadas por motivaciones corporativas devenidas en razones
ideológicas, en particular todo lo vinculado a la concepción
militar del crecimiento, las persistentes acciones de la parte de la
burguesía nacional prebendaria y sus socios del sindicalismo
-invariablemente dependientes del proteccionismo para disimular sus
miserias- o el accionar interesado de las burocracias enquistadas en
las empresas del estado. Tomemos algunos ejemplos de los muchos que
se podrían traer a colación para ilustrar el necesario debate.
Decisiones controvertidas
Pagani
eligió distinto
Hace
algunos años, en época de los militares, se planteó la disyuntiva
“acero o caramelos” como metáfora de los caminos posibles para
el desarrollo de nuestro país. Si en ese momento se hubiera
realizado una encuesta sobre las preferencias de los argentinos sin
dudar nos habríamos pronunciado por el acero; se habría evidenciado
así una clara influencia de los modelos productivistas referidos a
la defensa nacional. Hoy ARCOR es el primer productor mundial de
caramelos y compite en 120 mercados de los cinco continentes.
Un
referente del empresariado
Otro
caso emblemático es el de Coniglio, el fabricante de ropa para niños
y adolescentes. El emprendimiento es un leading
case porque reunió
todos los requisitos de un proyecto moderno y exitoso: diseño
original y de gran belleza, capaz de marcar las tendencias de la
moda, creación de mucho trabajo façon, empuje comercial,
franquiciado en otros países; Coniglio pudo competir en cualquier
escenario global debido a su capacidad y velocidad de innovación sin
la posibilidad de ser imitado. Luego de un período de expansión, es
vendido en condiciones ventajosas a un fondo de inversión y su
creador, Ignacio de Mendiguren, se dispuso a fabricar alpargatas con
suela de goma, un producto más al tono de Brasil o China.
Irreprochable desde el punto de vista económico, el negocio puede
dar lugar a un interesante debate sobre la responsabilidad social
empresaria.
Una
decisión controvertida
Países
de nuestro nivel como Turquía, Sudáfrica o Brasil están
construyendo el tren
bala (TGV) a toda
marcha. China acaba de inaugurar el TGV más rápido del mundo y se
propone desplegar en los próximos tres años (!) 42 líneas a lo
largo de 13.000 Km de vías para servir al 90% de su población. En
las décadas sucesivas todo
el mundo se unirá con trenes de alta velocidad;
un negocio faraónico del cual nuestro país podría participar desde
su inicio: tiene historia, recursos humanos experimentados y conoce
bien tecnologías de punta como la superconductividad y nuevos
materiales. Sin embargo, en la incipiente era del teletrabajo, al TGV
se lo sigue contraponiendo a la optimización de los servicios desde
el conurbano o se continúa alimentando la ilusión de la vuelta de
los trenes a los pequeños pueblos. En 1857 Sarmiento tuvo que
golpear repetidas veces su pupitre en el Senado bonaerense para dar
luz verde a la extensión de la línea férrea hasta San Fernando,
resistida con ahinco por el lobby de conductores y patrones de
carretas. Como se ve no todo tiempo pasado fue mejor…
Argentina tiene que ponerle
nombre y apellido a su desarrollo, en particular el productivo.
Hay que apoyarse en las experiencias exitosas según los indicadores
de los nuevos paradigmas globales. Estos son algunos de los sectores
que más expectativas despiertan; su promoción, por parte de un
nuevo estado tan potente como pequeño, no debe ir en detrimento de
otras iniciativas privadas en el marco de nuestras leyes:
Cadenas
de valor agroalimentarias y agroindustriales. Clúster de maquinarias
y agro servicios en la pampa gringa. Servicios de consultoría,
financieros, médicos y educativos. Mecánica de precisión y
autopartes. Vino con denominación de origen. El fashion de Palermo.
El diseño en todas sus modalidades. Las industrias culturales. El
turismo de variada oferta. La petroquímica al pie de los pozos.
Equipamiento atómico en Bariloche. Energías alternativas y
producción “verde”… y otros sectores sobre los que hay
coincidir en un plan estratégico nacional. Por ejemplo este:
Cambiasso
Hay
una experiencia reciente de cómo lo pequeño puede expandirse: el
clúster del polo. Un sector exclusivo, no exento de glamour
(una forma de
belleza ligada al lujo y al refinamiento), apoyado en tradiciones
criollas pero con formas modernas de organización, se proyecta con
éxito al plano global. Capaz de una realización que no estará en
lo inmediato al alcance de país alguno (poner 80 goles en una cancha
para jugar un partido en París o Buenos Aires), el polo es trabajo
de diverso tipo, altos ingresos, manejo genético, belleza animal,
creación de exitosísimas marcas de indumentaria y equipamientos,
llegada internacional a los más altos niveles de decisión, acceso
al sponsoreado
más sofisticado…, todas facetas de la actividad ligadas al máximo
agregado de valor.
Se cuenta que en una oportunidad el Príncipe Felipe imaginó cambiar
las Malvinas por los Heguy. La sola posibilidad –no exenta de
cierto sentido peyorativo si es que realmente fue expuesta- muestra
el verdadero potencial de la actividad. Sin que todas las ramas
susceptibles de ser consideradas económicamente viables tengan esas
condiciones tan favorables, el clúster del polo es, empero, una guía
en materia del desarrollo local.
(Des) equilibrios
territoriales
En la Unión Europea (UE) con
cohesión territorial se hace referencia a “la solidaridad a las
distintas escalas del territorio… reducción de las disparidades de
desarrollo entre las regiones… igualdad de acceso a los servicios”.
Así, el desarrollo equilibrado y sostenible del territorio le pueda
conferir a todas sus partes igualdad de oportunidades. Aunque en
menor medida que en nuestro país, en los países europeos la
población ha tendido a concentrarse en las ciudades debido, sobre
todo, al cambio en las formas de producción derivado de los procesos
de industrialización causante de que las demandas de mano de obra
fueran disminuyendo en el campo para aumentar en las fábricas. En la
UE se le confiere la mayor importancia a atenuar y a revertir las
asimetrías generadas en la modernidad. En el caso de nuestro país
la tendencia a la concentración, una fuerza centrípeta que se puede
representar por un vector, viene desde la época de la colonia.
Distintas políticas industrialistas, fiscales, tarifarias y otras
como la subordinación administrativa del interior a la capital, han
resultado a lo largo de la historias en un despoblamiento
generalizado a favor del gran Buenos Aires (“GBA” o “Conurbano”).
Las crisis de la producción por diversos factores y el traslado de
empresas, han determinado una reducción de las demandas de puestos
de trabajo en los lugares de concentración lo que ha provocado un
empeoramiento de las condiciones de vida. En los conurbanos, en
general, se concentran todos los problemas: desocupación,
hacinamiento, exclusión social, aumento de la pobreza, marginalidad,
inseguridad, deterioro ambiental, narcotráfico, etc. Sin duda es el
principal problema estructural que tiene nuestro país sin el cual
cualquier política, por más bien presentada que esté, no dará
resultados muy distintos a los obtenidos en el pasado. Los
desequilibrios y la falsa escuadra echan por tierra las mejores
intenciones constructivas…
Tanto por exceso como por
defecto, debido a la magnitud que han adquirido las disfunciones -y
la mayor exposición lo que instala el desaliento pero no la voluntad
de resolver los problemas ante la falta de ideas y los intereses en
juego- el desafío parece mayor en el GBA pero, sincrónicamente, no
es menor aunque sí distinto en el interior. La cuestión se presenta
de la siguiente manera. Los recursos asignados se esterilizan
rápidamente en el GBA absorbidos por una trama perversa que actúa
como un agujero negro (como el “fondo de reparación histórica”
en la época de Duhalde gobernador que no produjo ninguna mejora
verificable y solo sirvió para mantener una estructura clientelar).
Contrario sensu, en el interior, pero debido a la falta de una trama
virtuosa de proclividad, es decir, una organización capaz de
realizar y amplificar los recursos a través de proyectos, aunque
estos se asignaran, tampoco tendrían una mayor efectividad2.
La concurrencia de problemas,
en distinta magnitud y escala, hace que el tema del desarrollo local
no pueda tomarse en forma aislada. Hace falta un enfoque capaz de
formular un modelo integral del país que considere las
particularidades –los trozos de territorio- en sus característica
singulares pero teniendo en cuenta las interrelaciones que se
establecen entre las partes. Por tomar un caso, el de las
migraciones. Si las periferias de las ciudades se superpueblan es
porque está mermando la población en el interior.
La paradoja de los
conurbanos
“Si
las políticas hacia los conurbanos fueran exitosas, es decir, si los
recursos asignados redundaran en un mejoramiento visible de la
calidad de vida de sus habitantes, la trascendencia de los logros
haría tan apetecible vivir en él que se acentuaría la venida de
familias en la búsqueda de mejores condiciones de vida, huyendo de
las miserias del interior, sobrecarga que rápidamente sublimaría
las mejoras obtenidas lo que no haría más que agravar las cosas,
por las ilusiones perdidas y el agregado de mayores
solicitaciones.
En realidad no hace falta que
sean exitosas las políticas; aún las consecuencias negativas del
empeoramiento absoluto en las condiciones de vida del Conurbano dejan
de serlas con respecto al interior donde bajo cualquier
circunstancias los pobres sienten y consideran que están peor.
Veamos el siguiente ejemplo. Se han entrevistado familias que sufren
las peores condiciones dentro de distintos asentamientos del
Conurbano y las opiniones son unánimes: aún viviendo en una casilla
precaria, las prestaciones médicas y educativas de las que se
dispone, así como las posibilidades laborales, incluso con el
cartoneo, son muy superiores a las de sus lugares de origen. Es por
ello que, si bien una parte de la gente va y viene dando lugar a un
vaivén, en las actuales circunstancias esa estructura disipativa
siempre se resuelve en el sentido de la fuerza centrípeta y no en la
remisión al origen. En consecuencia, como en cualquier circunstancia
los conurbanos crecen incesantemente, ahora con el incentivado aporte
de nuestros vecinos, la conclusión es una: el problema del
Conurbano no tiene solución en sí mismo.
El Gran Buenos Aires3
No se puede atribuir el
fortalecimiento de Buenos Aires como centro político y económico
solo a los resultados de la lucha entre unitarios y federales, ni a
las necesidades de Inglaterra de vendernos manufacturas y llevarse
materias primas privilegiando su puerto: ya en la época de la
colonia la propia formación del virreinato del Río de la Plata
“modificó radicalmente la vida de Buenos Aires (donde) aumentó su
población en forma progresiva, creció el número de sus viviendas y
la intensa actividad mercantil elevó el nivel de ingresos de sus
habitantes” dice el historiador Levene; es decir, por su
importancia, desde entonces la Reina del Plata se perfilaba como la
meca de la población del interior. Aunque varios factores
(políticos, comerciales, culturales, etc.) han incidido para que esa
tendencia no haya sufrido cambios, se puede afirmar que fue la
infraestructura construida en función de las necesidades del modelo
agro exportador el principal vehículo para una concentración a esta
altura ya consolidada.
Tendidos ferroviarios, líneas
de telégrafo y teléfono, carreteras paralelas a las vías ya desde
1931, redes de transmisión de datos, transporte aéreo y automotor,
en fin hasta se pueden contar las expectativas del imaginario
colectivo, el conjunto de vectores generados en forma de embudo
determinaron esa concepción centralista que con cierto aire
peyorativo ha sido llamada porteña4.
La funcionalidad de los
trazados radio céntricos comienza a desaparecer en los años 30
cuando el modelo declina. A partir de ese momento la infraestructura
ya no solo trae el fruto del trabajo para la exportación o el
consumo de la gran urbe; también vidas de familias frustradas a
causa de la crisis galopante que las lleva a converger sin escalas en
los cordones de miseria de las ciudades principalmente alrededor de
la ciudad de Buenos Aires.
Si bien en los marcos del
proyecto de la generación del ’80 hubo políticas industrialistas,
sobre todo ligadas a la creación de infraestructura y al
procesamiento simple de materias primas de origen agropecuario, como
en el caso de los frigoríficos, es en el período entre las dos
guerras mundiales cuando aparecen proyectos complementarios o en
contra del modelo agro exportador. Esas propuestas son asociadas al
nombre de Prebisch.
Cuando se habla de términos
de intercambio desiguales, un concepto acuñado por el
mencionado economista, se hace referencia a la depreciación de las
materias primas con relación a las industrializadas con el agregado
de algún tipo de valor, importadas desde las metrópolis. Es época
de fuerte presencia de sectores defensores de la soberanía nacional,
no pocos de los cuales provenían o caían bajo la influencia del
ejército, encargados de la construcción de una base energética
autónoma y la incipiente industria pesada.
Debido a las alteraciones en la
producción y el comercio internacional como consecuencia de la
segunda guerra mundial se consolida en nuestro país el proceso de
sustitución de importaciones. Aparecen nuevas industrias,
sobre todo en los ramos alimentos, bebidas, textiles, tabaco, cuero,
madera, etc., la llamada sustitución de importaciones fácil,
nos dice el economista Ferrucci, para diferenciarla de la difícil
caracterizada por su mayor complejidad (vehículos, siderurgia,
productos químicos, etc.). Esa movida hace que contingentes de
trabajadores se vean atraídos por las posibilidades de trabajo
abiertas en los alrededores de la ciudad de Buenos Aires.
No es necesario recargar las
tintas sobre el aprovechamiento que hizo Perón de esa cuadro de alta
concentración proletaria para consolidar su proyecto político ni el
usufructo sucesivo del mismo por parte sus sucesores: Esas prácticas
tan características de los populismos son motivo de comentarios par
parte de Federico Storani en su documento para el debate de la CON de
diciembre último. Para el dirigente radical “el objetivo del
populismo no es el de superar situaciones de pobreza estructural sino
lograr adhesión política. En última instancia le conviene que la
pobreza se multiplique… no ofrece la posibilidad de superarse”
concluye Storani.
El peronismo construyó un
sistema político de tinte populista basado en el clientelismo, la
corruptela y la ignorancia de sus dirigentes, hombres de gran astucia
para construir poder en beneficio personal, pero incapaces de ver más
allá de sus fines mezquinos. A lo largo de medio siglo, se ha
llegado a un estado de degradación sustentable cuyos componentes
principales son la inseguridad, la polución, la exclusión, el
urbanismo bobo, la marginalidad, el desempleo y la droga. Una
situación que las “soluciones” redistribucionistas que
instrumenta el actual gobierno, retrógradas y conservadoras, no
hacen más que prolongar. Mal pero acostumbrada, la gente vive al
día. ¿Puede pensarse en soluciones duraderas para el país sin
atacar de raíz este contexto de ingobernabilidad que todo lo afecta?
Desde hace algunos años existe
la convicción de que uno de los principales problemas de la
provincia de Buenos Aires (PBA) es el marcado desequilibrio
demográfico. Así, en una superficie de 3631 Km2 que
tiene el conurbano que rodea a la ciudad de Buenos Aires, viven 10
millones de habitantes, mientras que en el resto de la provincia,
denominada habitualmente el interior, cuya extensión alcanza a los
304000 Km2, lo hacen el resto, 3 millones. No pocos
estudiosos de la realidad provincial han puesto de relieve esta
disfuncionalidad. Merece detenernos en las observaciones del doctor
Anselmo Marini. Para el ex gobernador radical de la PBA (1963/66) “la
distribución de las comunicaciones en el territorio provincial,
muestra, en primer término una red ferroviaria que convergen en
abanico sobre la Capital Federal. Ella resulta apta para servir a una
economía de exportación, pero insuficiente para reactiva el
equilibrado desarrollo de todas las regiones bonaerenses…”
El interior.
Un trasvasamiento de población
en democracia desde los conurbanos a los lugares de origen de los
expatriados no puede operar desde la expulsión sino desde la
atracción que mueva a las familias a la búsqueda de nuevas
oportunidades de vida. No hay episodios más dramáticos en la vida
de los pueblos y las familias que todos lo implicado a la
expatriación y el exilio. Las migraciones de personas son una de los
aspectos más sensibles de la vida de los pueblos. La aclaración no
es baladí. Las familias se han trasladado en forma voluntaria, más
o menos compulsiva, en algunos casos corridas por regímenes
dictatoriales, en otros atraídas por promesas que no fueron
cumplidas, detrás de ilusiones inalcanzables o abiertamente
engañadas por triquiñuelas ligadas a las amenazas u otros medios de
coerción. Es por ello que lo decisivo en el planteamiento del
problema es la activación del “atractor” lo que hará que la
familia se traslade voluntariamente atraída por la posibilidad de
mejorar sus condiciones de vida.
El proceso de “vuelta al
pago” requiere de tres condiciones iniciales: 1) no querer vivir
más como se lo viene haciendo en el conurbano y que las familias
quieran darle un mejor porvenir a sus hijos, 2) que el interior
aparezca con suficiente fuerza de atracción en forma convincente
como para que la gente se anime a cambiar de domicilio; como antes se
venía a “hacer la América”, ahora haya que “hacer el
interior”, 3) incentivos de todo tipo, en primer lugar estatales,
pero también de la esfera privada y no gubernamental que ayuden a
modelar las condiciones de la vida nueva. En el Conurbano hay que
fortalecer los mecanismos de asociación por pertenencias
principalmente lugareñas; aquellos que fortalezcan la identidad y
vayan acrecentando el deseo de interesarse y recrear por sus
antecedentes que siempre fueron más promisorios. Los intendentes se
deben poner al frente: La gente debe migrar con trabajo ya
establecido no en la incierta búsqueda de él.
Desarrollo local
Cuando pensamos en niveles
micro nuestra atención se dirige a lo local. Vamos a especificar el
significado de algunas variables implicadas en la noción de
desarrollo local.
Crecimiento y desarrollo, en el
área económica, se usan en forma indistinta. Pero no son lo mismo.
Guinea Ecuatorial creció el año pasado más que Bélgica aunque sus
desarrollos son desiguales. En nuestro país crece el número de
escuelas; el gobierno asigna recursos para la construcción de nuevas
aulas y anuncia con orgullo su plan de obras públicas; sin embargo,
la enseñanza no mejora, por el contrario existe la convicción de
que cada vez está peor. Hay más metros cuadrados de aulas pero la
enseñanza está en crisis; empeora cada día y los maestros, mal
pagos, son de baja calificación. Mucha obra pública se podría
evitar pero existen muchos recursos, fuertes intereses, inercias. El
desarrollo puede implicar crecimiento –de hecho en los países en
vías de desarrollo es así- o también, como en los países ya
desarrollados, existe el objetivo del “crecimiento cero” para
poner la mira en el desarrollo.
Otra variable de uso frecuente
en los últimos tiempos es la de la “redistribución”. Este
gobierno entiende que la redistribución es sacarle plata a los ricos
(o dificultarle en los hechos la posibilidad de hacerla en una rara
idea de justicia) para dársela a los pobres. La modalidad ha dado
lugar a fuertes distorsiones en la producción y comercialización
agropecuaria con peligrosos implicancias futuras así como pérdida
de valiosos oportunidades en el presente. Con los recursos capturados
aumenta los planes sociales con dádivas que esconden en realidad la
intención de fortalecer los mecanismos clientelísticos. Los pobres
no se ven incentivados y desaprovechan las pocas opciones que les
ofrece el sistema para salir de su situación. Para el peronismo
mantener la pobreza es condición de poder; es una fuente de sustento
y perduración. Por el contrario, la gente debe tener la posibilidad
de progresar con la contención, ayuda y dirección del estado, en la
medida que su acción se base en el principio de la subsidiariedad y
no en la suplantación de los esfuerzos. La verdadera
redistribución es de oportunidades.
¿Qué es el desarrollo?
Des-arrollo significa desplegar lo que está arrollado; permitir que
emerja lo que está contenido en el interior de un organismo en tanto
exista una acción, una fuerza, que impulse esos contenidos a hacerse
presente en la superficie. Desarrollo está asociado a la idea de lo
endógeno; lo implica. Normalmente, el desarrollo no se puede poner
en marcha sin una fuerza externo que lo promueva. El estímulo puede
ser de carácter subsidiario (desaparece cuando el desarrollo
se inicia y alcanza autodinamismo) o vinculante (permanece más
allá de lo necesaria para movilizar, y crea dependencia,
habitualmente de tipo política). Las intervenciones de este último
tipo, tradicionales, han sido avasalladoras, desvalorizante de lo
propio a desarrollar, y termina suplantando los esfuerzos locales que
pueden hacer posible alcanzar la madurez organizativa.
Un caso emblemático es el del
“bottom up”, una noción creada en el ámbito del Banco Mundial
tal vez con la sana intención de corregir sus conocidos desaciertos.
Cuenta la picaresca que una vez el citado banco donó a un país del
África ecuatorial una unidad sanitaria llave en mano con barredora
de nieve incluida. La especie, real o no, obra de metáfora de lo que
han significado las intervenciones del expertise internacional
y sus programas formulados a medida de sus intereses burocráticos,
más destinados, según la ley de Parkinson, a auto justificarse que
resolver los problemas para los cuales fueron convocados.
Bottom up hace alusión
a lo que sube del fondo. Una especie de emergencia endógena que se
pone en marcha, se despliega en una serie ordenada de actividades y
políticas, y desemboca en un proceso de desarrollo local. Sin
embargo, es ilusorio pensar que motu proprio va a tener lugar
a un tal proceso. Existen multitud de ejemplos de cómo comunidades
cerradas, con insuficiente conexión al exterior, puede vegetar
durante generaciones, reproduciendo hasta el cansancio las mismas
pautas, los mismos patrones, los mismos modelos que los caracterizan,
sin ninguna posibilidad de incorporar innovaciones que crecen afuera.
Es por eso que los procesos de desarrollo local necesitan ser puestos
en movimiento por una intervención externa. ¿Por qué es así?
Para que un proceso se desate
debe existir una diferencia de potencial informativo para establecer
la comunicación. Las pequeñas fluctuaciones que se puedan producir
en el interior del sistema considerado son naturalmente absorbidas
por los reacomodamientos homeostáticos en forma de movimientos
imperceptibles que terminan por ser autorreferenciales sin establecer
ninguna conexión externa. Y si no hay comunicación no hay diálogo.
El progreso no se percibe.
Con el afán de jerarquizar el
rol de los factores locales, la noción de bottom up tuvo
cierta trascendencia; por ejemplo puede ser relacionada a la de
“desarrollo endógeno”. Una redundancia. El desarrollo, por
naturaleza, es endógeno, justamente porque hace alusión a lo
que viene desde adentro. Por el contrario, exógeno es, en todo
caso, el disparador, esa fuerza necesaria para activar y revelar lo
que está contenido en un sistema. Sin embargo, no todos los
adjetivos de desarrollo son redundantes. El adjetivo “local” es
funcional porque le da el contexto y la escala; no se refiere a la
emergencia de los elementos del sistema considerado sino que
determina en lugar donde ocurre. De la misma manera se puede hablar
de desarrollo “microrregional”, “regional”, “global”,
etc. Recientemente en el Formez, la agencia del gobierno italiano que
se entiende con el desarrollo en pequeña escala, Dolores Deidda,
responsable del Centro de Políticas de Competencia y Herramientas
para el Desarrollo Local, ha dictado una conferencia donde el aspecto
sobresaliente es la percepción de que la época del bottom up
ha finalizado. Básicamente, se le atribuye a dicho enfoque la falta
de conexión externa, la focalización de los aspectos internos sin
tener suficientemente en cuenta los condicionantes de contexto que
producen las sinergias, entre ellas las políticas públicas de
niveles superiores que contienen y condicionan lo local. Se impone a
partir de ahora una agenda más extendida que comprenda “la mejora
y crecimiento de los servicios públicos, el fortalecimiento de las
redes de empresas, la mejor valorización de los bienes culturales y
ambientales, la innovación tecnológica, etc.” que, según Deidda,
influyen positivamente en los procesos de desarrollo, y que son
“directamente atribuibles a la política pública”.,
Potencial de amplificación
Para que haya desarrollo hace
falta un terreno abonado. Una manera de medir la “fertilidad” es
a través de las potencialidades multifacéticas que muestra (o
esconde) el sistema focalizado. Los llamados “capitales” son
dimensiones de institucionalidad que, si bien no son mensurables, la
sola noción cualitativa (intuitiva) da la pauta del potencial de un
determinado sistema para el desarrollo local. La afirmación no obsta
para que en el proceso de pormenorización de los aspectos que hagan
al desarrollo, puedan diseñarse indicadores que correctamente
aplicados, nos den una medida de aquellas potencialidades. Pero de la
larga lista de capitales intangibles5
que dan cuenta de las distintas facetas de una comunidad local para
describir su potencial, nos referiremos solo al más conocido de
todos: el capital social. Se define así: “la variable que mide la
colaboración social entre los diferentes grupos de un colectivo
humano, y el uso individual de las oportunidades surgidas a partir de
ello, a partir de tres fuentes principales: la confianza mutua, las
normas efectivas y las redes sociales”. El capital social mide “la
sociabilidad de un conjunto humano y aquellos aspectos que permiten
que prospere la colaboración y el uso, por parte de los actores
individuales, de las oportunidades que surgen en estas relaciones
sociales. Una sociabilidad entendida como la capacidad para realizar
trabajo conjunto, la de colaborar y llevar a cabo la acción
colectiva”.
El enfoque
remite a lo posibilidad de amplificar los recursos que una comunidad
recibe. Para tomar dos extremos: puede actuar como un “agujero
negro”, en el sentido de que el recurso es absorbido prontamente
sin que tenga un impacto visible o, por el contrario, el recurso se
puede realizar virtuosamente dando lugar a la creación de mayores
oportunidades que las que había antes de introducir el recurso. Es
importante, para el desarrollo local, una apreciación certera de
cual es el ambiente en el que vamos a intervenir.
Lo local como sistema
Hay muchas formas de definir el
DL. En nuestro caso haremos hincapié en la
“capacidad
de los actores de un sistema definido de escala micro, comprometidos
en la captura de recursos externos así como en la identificación y
movilización los propios (explícitos e implícitos) con el fin de
realizarlos de una forma sustentable en la producción de bienes y
servicios para beneficio de la población y el medio ambiente
involucrados”.
Una rápida
desagregación de la definición nos muestra lo siguiente. Capacidad
se refiere a saberes, metodologías y técnicas especiales que
permiten el logro del objetivo: capturar recursos en una forma que
diferencia la lógica del cazador (dinámico, asume riesgo) a la del
trampero (estático, espera, especula). La definición de actores
es difusa y profusa en la bibliografía, remite a alguien
o algo
capaz de relación y/o asociación con un fin: un científico, un
texto, un mecanismo, una institución, una idea fuerza, etc." A
los efectos prácticas estamos pensando en personas y de estas las
más comprometidas en las acciones de DL (a veces llamadas también
“agentes”). Cuando pensamos en un sistema
definido, le estamos poniendo límites
normalmente basados en la contigüidad (hoy con el cíber espacio se
pueden definir sistema no contiguos). Recursos
pueden ser de diverso tipo: financieros, tecnológicos, humanos,
organizacionales, etc. que puedan ser útiles para abordar los
problemas del DL; se hace mención a los externos,
provistos desde fuera del sistema, y los internos
que pueden estar a la vista o ser motivo de excavaciones
arqueológicas en la memoria colectiva. La realización
de recursos da la idea de que puestos en movimiento en forma
organizada a través de un proyecto pueden dar lugar a resultados o
productos. Cuando se dice en forma
sustentable quiere decir que los
esfuerzos de realización no se agotan con el tiempo electoral y dan
lugar a políticas de estado que pueden favorecer más a las
generaciones futuras que a las actuales, como cuando se planta un
roble. En este siglo el desarrollo será sustentable o no será
desarrollo, dijo recientemente el ex presidente Lagos. La producción
de bienes y servicios se toman en un
sentido amplio, no solo lo que es motivo de transacciones
comerciales; por ejemplo un servicio social. Los beneficiarios
no son solo la población, también lo es el entorno. Con ese amplio
concepto que hemos encarado la definición de DL cabe preguntarse
cuáles son los factores que están en juego.
Elementos de un sistema
Pueden ser
actores, agentes, factores, oportunidades, potencialidades, recursos,
herramientas, capacidades, conocimientos, información, recuerdos,
imágenes… alguien o algo capaz de relación y/o asociación con
un fin: un científico, un texto, un mecanismo, una institución, una
idea fuerza… Es decir, en su sentido amplio, todos los factores o
variables que están juego para una definición del DL que, está
demás decirlo, no pueden ser agrupados en una sola disciplina
particular. El siguiente cuadro es a título ilustrativo. Una matriz
de elementos debería el fruto de un trabajo colectivo en una serie
de talleres realizados al efecto.
LO
QUE ENTRA
|
LA
QUE ESTÁ
|
LO
QUE SALE
|
ACCESO
A PROGRAMAS SOCIALES, ETC.
|
PRODUCTORES
DE BIENES Y SERVICIOS
|
BIENES
Y SERVICIOS
|
INVERSIONES
PRIVADAS
|
ACTIVISTAS
SOCIALES
|
MIGRANTES
TRABAJADORES
|
CONOCIMIENTOS
(NPP)
|
ACTIVISTAS
POLÍTICOS
|
INFORMACIÓN
|
AGENTES
DE DESARROLLO LOCAL
|
FUNCIONARIOS
PÚBLICOS
|
VIAJEROS
VOY Y VENGO
|
PRODUCTORES
AGROPECUARIOS (RSE)
|
HISTORIA
LOCAL
|
PRODUCTORES
CON RESIDENCIA EXTERNA
|
POLÍTICAS
PÚBLICAS
|
FACTORES
DE IDENTIDAD
|
VIAJANTES
DE COMERCIO
|
INFORMACIÓN
(MMC)
|
INFRAESTRUCTURA
SOCIAL, DEPORTIVA
|
TRABAJADORES
DEL TRANSPORTE
|
KNOW
HOW
|
INFRAESTRUCTURA
COMERCIAL
|
DEMANDAS
|
RECURSOS
PRESUPUESTARIOS
|
CAPITAL
FÍSICO
|
PROYECTOS
PERSONALES (ESTUDIANTES)
|
OFERTA
COMERCIAL (VIAJANTES)
|
CAPITAL
SOCIAL
|
FEEDBACK
ADMINISTRATIVO
|
CAPACIDAD
PRODUCTIVA
|
||
ACTIVIDAD
EDUCATIVA Y SU COMUNIDAD
|
||
ACTIVIDAD
TÉCNICA, CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA
|
||
TRABAJADORES
|
||
MMC
|
||
DOTACIÓN
DE SABERES, OFICIOS
|
||
EXPECTATIVAS
Y AMBICIONES
|
||
LABOR
COMUNITARIA, SOCIAL Y DEPORTIVA
|
||
SABERES
Y HABILIDADES OCULTOS EN FAMILIAS
|
||
POTENCIALIDADES
|
||
AMBICIONES
LATENTES EN EL IMAGINARIO
|
||
PROYECTOS
|
||
RECICLADO
DE RESIDUOS
|
||
EL
TRANSCURRIR DE LA REALIDAD Y SU TIEMPO
|
||
RIQUEZA
PATRIMONIAL PUBLICA Y PRIVADA
|
||
BARRAS
DE LA ESQUINA, TRIBUS URBANAS
|
||
2.
Una política nacional de desarrollo local (PNDL)
En primer lugar hay que
considerar el porqué de la justificación de una política nacional
que sea funcional a una dinámica que es esencialmente endógena y,
por definición, la que se da a escala micro. Hemos visto la razón:
el desarrollo local debe ser disparado desde afuera. Aún en
el caso de que haya un agente local capaz de poner en marcha el
proceso (por ejemplo un intendente con una mirada estratégica), se
verá prontamente que las influencias que lo motorizan son externas.
No puede ser de otra manera. El progreso tiene su sustento en la
comparación de dos situaciones distintas en la que una de ellas
predomina, le da sentido al movimiento, a partir de realizaciones que
la otra parte desea imitar. En nuestro país, los procesos desatados
en Europa, especialmente en Italia por su cercanía, ejercieron una
clara influencia en algunos casos conocidos, como en el caso
emblemático de Rosario. Pero las pocas experiencias de desarrollo
local son demasiado recientes como para que hayan alcanzado una masa
crítica, sobre todo si, como hemos visto en el caso de los
italianos, se está en un momento de transición que pone en revisión
todo lo hecho hasta ahora. Sin duda, la importancia del tema como
factor de desarrollo nacional concreto, amerita ser introducido en la
agenda del próximo gobierno. ¿Cómo hacerlo?
Nos vamos a referir
sucintamente a modo de explicitación a los siguientes aspectos:
- Programa nacional de desarrollo local
- Plataforma informática central de DL interactiva
- Consejo nacional de DL
- Red Nacional de agentes de desarrollo local (ADL)
- Modelo de circulación de oportunidades de DL
- Algunos subprogramas
Concepción consensuada de
realización descentralizada
El desarrollo local debe ser
parte de la política de estado en todos sus niveles. El estado debe
establecer las normas, patrones y procedimientos que,
descentralizadamente para permitir el despliegue de la creatividad
específica, orienten los procesos de desarrollo local en forma
simultánea en todo el país, aunque los resultados no se alcancen
todos al mismo tiempo dependiendo ello de la eficacia de las
políticas del estado. Las normas se refieren a los aspectos del DL
que deben ser privilegiados y las reglas que lo certifiquen para que
el proceso desatado tenga el carácter de tal. Los patrones son los
modelos que más convienen según las características del medio
considerado. Los procedimientos se refieren a la dotación de
metodologías que pueden ser útiles para alcanzar los fines
propuestos. Estas normas, patrones y procedimientos, deben ser
establecidos en espacios de convergencia consensual en los que
participen sin exclusiones los actores interesados en DL, a todo
nivel, y sea motivo del acuerdo estratégico que presida el período
de crecimiento largo que se abre en nuestro país a partir de ahora.
El programa tendrá una unidad
operativa con una forma de financiamiento similar al de otros
casos programas comparables del estado nacional; asimismo, contará
con componentes ligados a la capacitación para la preparación
de los agentes de desarrollo local, una herramienta clave del
proyecto por ser esos agentes los encargados de poner en marcha cada
uno de los procesos a nivel micro. Estos componentes estarán a
cargo de las universidades a nivel provincial/local. Se elaborarán
manuales operativos para orientar la marcha del proceso en
cada localidad. Asimismo se dispondrá de mecanismos de evaluación
para garantizar la eficiencia, eficacia y efectividad de las acciones
puestas en marcha.
Un sitio al alcance de todos
Es fundamental por razones de
estimulo, control y emulación, el funcionamiento de un sitio
en la web que pueda ser actualizado permanentemente con la
información que se va generando por medio de mecanismos
descentralizados. El acceso, público, tendrá que ser combinado con
la alimentación de datos a los niveles que se consideren
convenientes, por ejemplo, local/microrregional.
El control de la promoción
Establecer cual es la instancia
más convenientes para la fijación de políticas y control de los
procesos, por ejemplo, un consejo con la participación de los
actores interesados en el DL. Funcionarios provinciales,
organizaciones comunitarias, empresas con políticas de
responsabilidad social (RSE), etc. deberán formar parte de él.
Red Nacional de agentes de
desarrollo local (ADL)
A los efectos de vincular a los
ADL, cuyas experiencias deben ser compartidas para alentar la
emulación así como facilitar el intercambio de los saberes que se
van generando en un proceso de características originales en
nuestro país, se promoverá el funcionamiento de redes de todo tipo
funcionales a los objetivos perseguidos. Las mejores experiencias
tendrán la difusión adecuada en los medios vinculados al programa y
MMC.
Herramientas de gestión
avanzadas
Existe hoy en nuestro país, en
sus institutos y universidades, la capacidad suficiente para dotar al
programa de las herramientas más modernas para su gestión. Estamos
pensando en los modelo de circulación atmosférica que entienden
todo lo referido a la marcha del cambio climático (recopilación y
llenado de datos, simulaciones, pronósticos, etc.). Se pueden ver
en la bibliografía trabajos relacionados realizados en nuestras
universidades. En el caso de gestión de un programa de desarrollo
local de carácter nacional, se requeriría un trabajo pormenorizado
de diseño de las variables a controlar y la formulación de los
indicadores adecuados para realizar las mediciones. Los mecanismos de
recopilación de la información y su ingreso a las bases de datos.
Hacer corridas para simular escenarios en función de los objetivos
gubernamentales. Elaborar pronósticos. Por cierto no es tarea fácil
y requiere mucho talento y sabiduría el diseño de una tal
herramienta. Y un área de la actividad pública en nuestro país
comenzaría a ser gestionada con la ayuda de herramientas que hoy ya
están maduras y probadas. Preliminarmente, podemos ver como se puede
gestionar la marcha de los flujos y reflujos poblacionales, los
resultados de las alternativas impositivas implementadas, la
variación de las oportunidades de negocio a lo largo del territorio,
la marcha de indicadores convencionales, etc.
Desagregación del programa
El programa nacional de DL
comprenderá una cierta cantidad de subprogramas, modificaciones
institucionales, y otros arreglos, algunas formulados ad hoc y otros
ya establecidos que pueden ser funcionales a la marcha del programa
madre. Preliminarmente podemos mencionar los siguientes componentes:
- Agentes de desarrollo local. Por lo menos un agente por sistema considerado (pequeño pueblo, cabeza de distrito, microrregión). Una persona que no sea residente pero que viaje asiduamente al lugar. Debe ser preparado con las suficientes herramientas como para poder disparar procesos de DL y hacer el seguimiento. Debe tener información sobre programas y otras alternativas para arrimar fondos y el manejo de la operatoria para hacerlos efectivos. Puede ser un estudiante universitario oriundo del lugar con residencia en el lugar del estudio; también un productor rural, etc.
- Círculos concéntricos de presión tributaria decrecientes. Un instrumento que trasciende los alcances del programa, que se establece en las áreas económicas de gestión y que deben elaboradas y puestas en marcha con la suficiente dotación de información como para que puedan funcionar los indicadores respectivos. Bases de datos locales.
- Micro regionalización. Poner en cero todo lo hecho hasta ahora; será la línea de base para recomenzar estos procesos de búsqueda de masa crítica sin la cual es imposible el seguimiento y la gestión de más de 2000 municipios existentes en el país. Llevar a no más de 300 microrregiones, corredores o la denominación que se adopte, pero que sea capaz de reflejar la unión de municipios con objetivos de desarrollo microrregional.
- Voy y vengo. Este programa vinculará a “embajadores locales” que viajan a las capitales o al extranjero y pueden conseguir valiosa información o hacer contactos y gestiones funcionales a los planes locales productivos. Se piensa en productores y/o sus esposas que pueden destinar una parte de su tiempo libre en los marcos de la responsabilidad social empresaria (RSE). Serán capacitados adecuadamente para el cumplimiento de su función. Las instituciones como AACREA y las organizaciones del campo, algunas cámaras empresarias industriales o de la banca de extensión territorial, son los destinatarios naturales de este programa con quienes habrá que elaborar en conjunto sus alcances e implementación.
- Simulacro escolar. Poner en marcha nacionalmente la comunidad educativa a nivel local, es una herramienta cuyo poder es difícil de mensurar si es bien implementada. La comunidad escolar ingresa en los hogares, moviliza a los padres. Los maestros y los alumnos pueden realizar simulacros como los que hace Conciencia con el tema del cambio climático o el funcionamiento de la Asamblea de las Naciones Unidas, en este caso para simular distintas cuestiones de funcionamiento de alcance microrregional, por ejemplo, un concejo deliberantes a ese nivel.
- Escuelas rurales. Su revitalización incorporando modernas tecnologías puede ser un valioso instrumento de desarrollo en los niveles micro. Ya existen organizaciones que se encargan de estos menesteres con quienes habrá que coordinar y darles mayores responsabilidades y recursos para que hagan lo que vienen haciendo con medios precarios. Otras instituciones del medio educativo pueden ser abordadas con los mismos criterios.
- Pequeños pueblos. Organizarlos a nivel micro regional y nacional por medio de plataformas en internet que les permita el intercambio de experiencias. Preparar programas específicos de desarrollo local a esos niveles aprovechando todo lo que se viene haciendo.
- Servicio comunitario. Con la ayuda de las Fuerzas Armadas y de seguridad restablecer una especie de servicio activo para los jóvenes, ahora con los fundamentos del desarrollo comunitario y local. Si bien un programa así cae fuera de los alcances de un PNDL, es necesario la coordinación con los que se vaya resolviendo y poniendo en marcha.
- Descentralización de oficinas del estado nacional. De igual manera es un programa que cae fuera de los alcances del PNDL pero es de su interés acercar al nivel local las ventanillas por donde pasan los recursos de los programas nacionales.
- Historia, patrimonio y turismo. Participar de iniciativas gubernamentales que puedan ser funcionales a proyectos productivos ligados al turismo rural y de pequeñas localidades.
- Presupuesto participativo. De las herramientas existentes para promover el involucramiento de los vecinos en la cosa pública, el presupuesto participativo parece mostrarse como el más apto. Es de funcionamiento continuo y el vecino siente que sus recursos se van realizando de acuerdo a necesidades establecidas democráticamente. Se debe avanzar en la complejización del funcionamiento de manera que las decisiones se vayan orientando hacia la creación de infraestructura para favorecer la producción.
- Agencias de desarrollo local/microrregional. Una herramienta fundamental que viene creciendo en nuestro país en el sentido de una mayor efectividad de su funcionamiento. Las incumbencias de las ADL/M se deben orientar a la agenda del desarrollo y no solo de la producción.
- Planes estratégicos. Una herramienta muy interesante que ha sido manejada con liviandad. Se debe recuperar su credibilidad porque el PE es un momento colectivo donde se echa a volar la imaginación para diseñar escenarios posibles, probables, deseables y factibles.
- Tradiciones de familia. Programa para rescatar y reciclar todos aquellos saberes y habilidades que anidan en la memoria familiar, que pueden ser transmitidos intergeneracionalmente y puestos en valor por medio de microemprendimentos que aumenten las posibilidades laborales y los ingresos de las familias.
- Prefactibilidad. Existen programas que permiten rápidamente tener un diagnóstico de las posibilidades locales/microrregionales. Ese conocimiento permitirá dar respuesta por ejemplo al direccionamiento de inversiones, la promoción de diversas producciones, el asentamiento de migraciones, etc.
- Reforma a las constituciones provinciales. Es imperioso darle mayor autonomía a los municipios.
- Búsqueda de financiamiento. Es necesario trabajar con el servicio exterior, de informaciones y otras agencias del estado así como empresas e instituciones privadas para aumentar el caudal de información que pueda abrir la posibilidad de nuevos negocios.
- Capacitación. Mujeres en nuevos oficios. Funcionarios y concejales. Todo lo necesario para un fortalecimiento institucional al nivel de los municipios, las microrregiones y los pequeños pueblos.
- Diseño. Crear un subprograma nacional para dotar de capacidades de diseño y manejo de los lenguajes simbólicos al nivel local para rescatar, reciclar y revalorar las características distintivas de identidad que pueden fortalecer las denominaciones de origen.
- Reorientar programas nacionales. Reorientarlos hacia el desarrollo local. Poner gente capacitada en la evaluación. Evitar inconvenientes como tomar planeamiento por desarrollo local con, crecimiento con desarrollo, instalación de fábricas fuera de escala, confundir la obra con el proyecto, la infraestructura al margen de la producción, etc.
Alberto
Ford
La Plata, 17 de enero de 2010
1
Ver al respecto una síntesis
de algunos de los 70 proyectos “estratégicos” del diputado
Solanas en su portal www.pinoseplanta.com.
2
Un intríngulis
de la política que puede dar lugar a interminables debates sin
muchas posibilidades de llegar a acuerdos.
3
la imagen es de La Nación, 13 de enero de 2010.
4
técnicamente, un bucle
cibernético de retroalimentación positiva que se potenció hasta
la desmesura por carecer del necesario efecto regulador lo que
hubiera atenuado sus efectos no deseados como primer paso para
producir un punto de inflexión. La retro positiva (positive
feedback) en cualquier proceso cuando no se regula lleva a la
explosión o la parálisis, dos estado bastante cercanos a la
realidad actual. Es el caso de Haití donde coincidieron ambos
efectos.
5
Boisier
habla de 11 tipos de capitales. Ellos son: capital
natural, capital sinergético, capital económico, capital
cognitivo, capital simbólico, capital cultural, capital
institucional, capital psicosocial, capital social, capital cívico,
capital humano
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