Visión global de
la infraestructura
El trabajo trata de lo que a mi criterio es uno de los dos temas de la
agenda mundial -junto con el cambio climático- que va a jugar un papel decisivo
en esta etapa de la globalización: la llamada infraestructura de conectividad.
Tanto de uno como del otro lado de la grieta que se ha abierto con la guerra en
Ucrania, sobre todo en Occidente, se están acordando políticas al más alto
nivel de la gobernabilidad, para poner en marcha iniciativas de gran alcance
tanto en los montos dispuestos como en su extensión en tiempo y espacio. Aunque
parezca lejano no lo es. El 2050 es el término que aparece en forma insistente
en el establecimiento y puesta en marcha de megaprogramas que en apariencia
están más allá de la imaginación que uno pueda desplegar en las cuestiones del
largo plazo. Sin embargo, son esas políticas las que al final determinan las
cosas de todos los días, incluso a nuestro nivel. Amerita intercambiar
pareceres para saber dónde nos vamos parando.
A pesar de no ocupar
los titulares, en los últimos tiempos la problemática de la infraestructura de conectividad ha ido
incrementando su vigencia. Cuando hablamos de infraestructura, nos referimos al
conjunto de medios técnicos, servicios e instalaciones necesarios para el
desarrollo de una actividad o para que un lugar pueda ser utilizado. Por el
contrario, el significado de conectividad no es tan obvio. La RAE dice que, en
diversas especialidades, es la capacidad de conectarse o hacer conexiones. Una
definición muy poco ilustrativa. Veamos mejor un ejemplo.
Para ir en avión
de Resistencia a Santiago del Estero, a pesar de que ambas capitales están
separadas por 620 Km, no hay vuelos directos. Es menester pasar por Buenos
Aires lo que demanda un recorrido adicional de 1400 Km.
De esos ejemplos hay millones en el mundo. La conectividad existente en la mayoría de los países no se condice con la globalización; está asentada en configuraciones heredadas de formaciones económico-sociales de otras épocas (coloniales, neocoloniales o imperialistas), que fueron concebidas más para expoliar distinto tipo de recursos que con el objetivo de ampliar las oportunidades en mercados internos de baja sinergia y alta entropía. Es incalculable el costo económico de estas disfuncionalidades aún no resueltas. Esas verdaderas aberraciones constituyen un problema que atrae la creciente atención de las esferas dirigentes a nivel global.
--o0o—
La
infraestructura de conectividad (IC) puede ser una carretera, una autopista, un
ramal ferroviario, un puerto, un tendido eléctrico, una hidrovía, etc., es
decir, todo lo que hace posible las conexiones por lo menos entre dos puntos. Con
menor grado de materialidad también lo es una ruta aérea o la comunicación
digital, en tanto haya algún tipo de dispositivo emisor/receptor que puedan
establecer contactos para la circulación de información, personas o cosas por
un medio de transporte. Incluso se puede ir más allá en la desmaterialización.
¿Las expectativas humanas no pueden también generar conexiones entre un deseo y
algo que lo pueda satisfacer? ¿No hay intercambio de información entre ambos
puntos, por ejemplo, entre el reflejo cerebral de los aromas que percibe el
epitelio olfatorio, y la imagen provocativa de un bombón de chocolate al emitir
sus envolventes efluvios?
La aparición de la problemática de la infraestructura de conectividad en la
agenda global se da en el 2013 en la Cumbre del G20 en San Petersburgo. Durante
4 años tuvo una presencia relevante en las declaraciones de los líderes del G20,
hasta 2016 en China. En la declaración final de la Cumbre de Hangzhou
se afirmó: “la conectividad de la infraestructura es fundamental para alcanzar
el desarrollo sostenible y la prosperidad compartida. Respaldamos la Alianza Global para la Infraestructura de
Conectividad lanzada este año, a fin de mejorar la sinergia y la
cooperación entre los diversos programas de conectividad de infraestructura de
una manera holística”. El párrafo, que tiene una densidad conceptual
inocultable, contempla cinco aspectos claves: alianza, nivel global, sinergia, cooperación entre diversos programas
de conectividad, enfoque holístico. La
manifestación de los líderes de los países que aportan el 85% del PBI global
adquiría así una importancia decisiva y estratégica al realizarla en el país donde
se está produciendo una transformación ciclópea en materia de ordenamiento territorial.
¿Un cuento chino?
Conocida como la Nueva
Ruta de la Seda, la iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) es una
estrategia de desarrollo de infraestructura global adoptada por el gobierno de
la República Popular China (RPCh). Fue presentada en 2013 con dos modestas
actividades, una en la capital de Kazajistán, Astana (hoy redenominada Nur
Sultán), y la otra en Yakarta, la capital de Indonesia. Los ribetes del
programa se fueron definiendo con el andar. Al principio fue visto como un
megaproyecto ferroviario para incrementar la conectividad china en Asia, y de
ella con Europa; sin embargo, pronto la percepción de sus objetivos se fue
ampliando. En 2017 se hizo el lanzamiento oficial con todo el boato con que los
chinos son capaces de montar sus actividades protocolares. Con ese motivo se
reunieron en Pekín representantes de 110 países de los cuales 29 fueron jefes
de estado y primeros ministros. A esa altura el BRI ya era considerada un
ambicioso proyecto de infraestructura de conectividad de 1 billón (millón de
millones) de dólares. El interés por la iniciativa fue creciendo. Dos años
después se hizo la Segunda Cumbre del Proyecto con la presencia en esa
oportunidad de enviados de 150 países, entre ellos 37 jefes de estado y
primeros ministros. Fue una muestra de la importancia atribuida a la iniciativa.
Si bien Nueva Ruta de la Seda
es un programa insignia de la RPCh, no cabe duda que trasciende sus propios
intereses. Las proyecciones generan mucha suspicacia. Se dice que el BRI está
en línea con su afán de dominar el mundo, que es ariete en la disputa comercial
que mantiene con EEUU, o que expresa la intención china de reverdecer sus
glorias del pasado. Puede que haya un poco de todo eso; ninguna actividad de esa
envergadura es químicamente pura. Sin embargo, dado el grado de sutileza con
que se suelen manejar las relaciones internacionales, es difícil pensar que 150
(¡) países asistieran al lanzamiento solo por una cuestión de cortesía. Muchos
de los convocados no tienen problemas de infraestructura, como en el caso de
los europeos que asistieron en tropel, incluso Suiza que rara vez sale de su
casa. Las obras son ejecutadas y financiadas por la RPCh.
La Nueva Ruta de la Seda está
logrando resultados asombrosos con sus proyectos, algunos ya finalizados. La
movida, con epicentro obvio en territorio chino (aunque más bien en el
continente asiático), se condice con modificaciones de envergadura que se están
produciendo en la región. La nueva infraestructura de conectividad facilitará
el manejo eficaz de las comunicaciones con vistas a la plena utilización de los
recursos materiales y digitales que ofrece la ciencia y la tecnología. Hoy por
hoy para ver la marcha de la globalización hay que poner el foco en el
continente euroasiático, sobre todo ahora con la grieta global que imponen las medidas
sancionatorias de Occidente a consecuencia de la Guerra de Ucrania. El BRI
finaliza en 2049.
Las políticas de
Occidente
Pensado como alternativa
a la Nueva Ruta de la Seda, Joe Biden presentó el programa Build Back Better World (B3W) en la reunión del G7 de
Carbis Bay (UK) en junio de 2021. El objetivo es catalizar el financiamiento
para infraestructura de calidad del sector privado y alentar las inversiones
que apoyen la conectividad, el clima, la seguridad sanitaria, tecnología
digital y equidad e igualdad de género. La propuesta se basa en Blue
Dot Network (BDN)[i]
que es, a su vez, un programa de Estados
Unidos, Japón y Australia que se propone configurar una red global a través de
financiamiento basado en préstamos para construir carreteras, puentes,
aeropuertos, puertos, centrales eléctricas. La función específica de Blue Dot
Network[ii]
es proporcionar evaluación y
certificación de proyectos de desarrollo de infraestructura en todo el
mundo sobre condiciones de transparencia financiera, sostenibilidad ambiental e
impacto en el desarrollo económico, con el objetivo de movilizar capital
privado para invertir en el exterior. En su cometido es similar al Global
Infrastructure Hub (GIH)[iii]
una iniciativa del G20 con sede en Australia. Tanto el BDN como el GIH (y otros
que puedan surgir) son instancias
reguladoras insoslayables para la viabilidad de los proyectos de IC global
porque son entes, normalmente vinculados a organismos multilaterales como el
GBM, la OECD, etc., que –en función de un logicial de consenso- les pondrán el
“sello de mérito” a los proyectos para el acceso a las distintas fuentes de
financiamiento y la transparencia en la ejecución.
En el portal de
la Casa Blanca con motivo de la Cumbre de las Américas celebrada en Los Ángeles
del 6 al 10 de junio de 2022, se destacaba una solapa con la consigna “reconstruir
mejor” (Building Back Better) en
clara alusión al B3W. Por su parte, el influyente Asesor de Seguridad Nacional
Jake Sullivan, en el vuelo hacia dicha cumbre, dio una conferencia de prensa en
la que precisó que “una de las cosas de
las que hablará con los líderes de la región es una asociación de
infraestructura global que planteó [el presidente
Biden] por primera vez en el
G7 el año pasado y que lanzará formalmente en el G7 de este año en solo unas
pocas semanas. Eso incluirá proyectos emblemáticos de las principales
geografías de todo el mundo, incluidas las Américas” [iv]
Efectivamente,
poco después, en la Cumbre de Líderes del G7 en Schloss Elmau, Alemania, del 26
al 28 de junio de 2022, los líderes lanzaron formalmente la Asociación para la Infraestructura y la
Inversión Globales (PGII) para movilizar cientos de miles de millones de
dólares y ofrecer infraestructura sostenible y de calidad que marque la
diferencia en la vida de las personas en todo el mundo, fortalezca y
diversifique las cadenas de suministro, cree nuevas oportunidades para los
trabajadores y las empresas, y promueva la seguridad nacional en situaciones de
emergencia.
El presidente Biden anunció en la oportunidad que EEUU tiene como objetivo movilizar U$S 200.000 millones para PGII durante los próximos 5 años a través de subvenciones, financiamiento federal y apalancamiento de inversiones del sector privado. Junto a los socios del G7, el objetivo es movilizar U$S 600.000 millones para 2027 en inversiones de infraestructura global. El G7 buscará movilizar capital adicional proveniente de otros países afines, bancos de desarrollo e instituciones financieras, y fondos soberanos de inversión. El PGII se fundamenta en cuatro pilares prioritarios que se pueden ver en las citas[v]
Por su parte, la Unión Europea ha creado Global Gateway[vi], una nueva estrategia europea para impulsar vínculos inteligentes, limpios y seguros en los sectores digital, energético y del transporte, así como para potenciar los sistemas de salud, educación e investigación en todo el mundo. El programa está movilizando hasta 2027 € 300 000 millones en inversiones. Son principios de Global Gateway: •Inversiones inteligentes, transparentes y seguras en infraestructuras de calidad, •conectar de forma sostenible a personas, bienes y servicios en todo el mundo
Obras y algo más
Ambas
presentaciones, B3W y Global Gateway, están inspiradas en la intención de
competir con BRI a partir de su expansión, sobre todo en el hemisferio
occidental. Sin embargo, tanto de un lado de la grieta como del otro, han
existido opiniones tranquilizadoras en el sentido de que todos los programas de
IC no solo pueden coexistir sino que hasta pueden colaborar. Dentro de China, los
funcionarios parecen haber acogido favorablemente a B3W. "China cree que
hay un amplio espacio para la cooperación en el campo de las infraestructuras
globales, en lugar de que varias iniciativas compitan entre sí o se
sustituyan", dijo Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Asuntos
Exteriores chino. Por su parte, el viceministro de Asuntos Exteriores, Le
Yucheng, también se refirió diplomáticamente al anuncio de B3W, al afirmar que
China "no excluiría los buenos planes de cooperación de otros
países".[vii]
Comparando las
iniciativas, en un interesante trabajo de Paratz y Bocco, se admite que “aunque
queda clara la intención del G7 de contrarrestar los esfuerzos que China viene
realizando desde el lanzamiento en 2013 de la Nueva Ruta de la Seda, las dos
iniciativas parecen más complementarias que competitivas y en ambas se
vislumbra una motivación geopolítica por detrás de las motivaciones económicas
– comerciales.”[viii]
En realidad lo
que hay que ver es si la realización de las obras que contemplan estos megaprogramas
crea dependencia o, al revés, son las influencias preexistentes las que facilitan
los contratos y las adjudicaciones en las licitaciones. China, en ese sentido,
tiene el poder de la billetera y las órdenes de compra de commodities. La
prueba está en que 150 países se han adherido a la Nueva Ruta de la Seda, entre
ellos la Argentina[ix]. Por su
parte los países del G7 no se quedan atrás: tienen relaciones privilegiadas con
nuestro país desde hace muchos años. Al respecto, una secuencia reciente de
reuniones lo muestra.
En el mes de
febrero, los embajadores en la Argentina de los países que forman el G7
realizaron una reunión de carácter reservado para ver las propuestas a tratar
en la reunión del Grupo que iba a tener lugar 4 meses después. Esencialmente, el
motivo de la convocatoria residió en los proyectos que el G7 quiere impulsar en
la Argentina, tal como trascendió en la prensa[x].
"Nos encontramos como representantes del G7 en Argentina para intercambiar
observaciones en el área de la política internacional y sobre el desarrollo de
la situación geopolítica en la región” escribió en su cuenta de Twitter el
embajador alemán que ofició de anfitrión del encuentro.
Reunión de trabajo de los embajadores del G7 en Buenos Aires. Febrero 2022
Al mes siguiente los diplomáticos se reunieron con el Canciller Cafiero para trasmitirle los resultados del encuentro.
Informan
al Canciller los mismos embajadores del G7. Marzo 2022
Finalmente, el
presidente Fernández participó de la reunión del G7 celebrada en Alemania. En
la misma, tal como había sido anticipado en febrero, se lanzó la iniciativa que
los líderes titularon -como hemos visto- Asociación para la Infraestructura y
la Inversión Globales (PGII) construida sobre la base de la propuesta de EEUU
del Build Back Better World (B3W).
En las relaciones
internacionales, las cuestiones referidas a la concepción de la infraestructura
de conectividad global, que van adquiriendo creciente significación, no generan
grandes incongruencias. Es como el NetZero
en lo referido al cambio climático: nadie se opondría a la misión estratégica
de cambiar la matriz energética. Hay una lógica, claramente derivada del
funcionamiento del G20 (cuando el Grupo no estaba afectada por los conflictos
actuales), que refleja el espíritu de consenso de los líderes globales.
¿Qué tienen de
común los distintos programas?
·
Las
obras crean puestos de trabajo, facilitan inversiones público-privadas y proveen
contratos a las empresas constructoras.
·
Las
obras pueden ser para renovar lo existente, afectado por deterioro o
disfuncionalidad, o para generar nuevos servicios. En el primer caso, aparece
como un ejemplo el de la necesidad de EEUU de renovar su infraestructura
envejecida[xi].
Normalmente, cuando la infraestructura está hecha con buen criterio, mejoran el
hábitat, se incrementa el bienestar
comunitario; son símbolo de progreso y modernización en el imaginario social.
·
Facilitan
el comercio al ampliar la base material de los mercados. La infraestructura
heredada de situaciones de dependencia, sobre todo las más viejas de la época
del colonialismo, estaban concebidas para sacar riqueza por los puertos y
enviarla a las metrópolis. Las funciones sinérgica del mercado, expresadas
principalmente por los vínculos horizontales, no existían. Es emblemático el
caso de la red ferroviaria de la provincia de Buenos Aires, en forma de embudo,
que poco ha sido vista como un problema[xii].
·
Abordan
los aspectos comunicacionales del territorio. Se impone otro formato. Pasar de
lo radiocéntrico a lo reticular. El modelo chino es totalmente nuevo desde lo
territorial a pesar de la endiablada geografía de ese país. Sobre la red
ferroviaria de la provincia de Buenos Aires se sustentó el modelo
agroexportador; todos los recorridos en nuestro país terminaban en el puerto de
Buenos Aires.
|
|
República
Popular China |
Provincia de Buenos Aires |
La ordenación china en materia de ferrocarriles, rutas, puentes y puertos, diseñada y construida en los últimos años, sigue el trazado reticular, donde la trama y la urdimbre privilegian la amplia vinculación entre todos los puntos de la geografía. La diferencia entre ambas morfologías es que la nuestra afecta el equilibrio territorial que es, desde la dinámica de los sistemas, la principal dimensión capaz de condicionar el desarrollo integral de un país o una región. En el caso del comercio, una estructura en red aumenta las opciones para la realización de las transacciones. En promedio, es proporcional la relación que se establece entre las opciones de una infraestructura en red y las sinergias que determinan la amplitud y el crecimiento de los mercados. Lo muestra la conformación informativo-comunicacional dominante en los países desarrollados que tiende a la descentralización reticular de los flujos vectoriales.
--o0o--
Estamos
ingresando a un mundo en acelerado cambio y, mirando debajo del agua, con un altísimo
grado de determinación. En los foros de consenso de los setenta se decía “el
futuro no se enfrenta, se construye”. Era la época en que la prospectiva (matemática, computación,
imaginación y talento) levantaba vuelo. Por eso hoy, con una ciencia madura, el
planeamiento estratégico permite que lo posible, probable, deseable y factible,
se proyecte por décadas. Son los programas los propios autores de esos cambios
y, al mismo tiempo, sus actores protagónicos. En las materias clave
-infraestructura y clima- las metas están en la pantalla. Para el 2050 ya habrá
colonias en Marte habitadas por terrícolas.
La globalización,
al ser un fenómeno gravitatorio del que somos parte, no se detiene, nos envuelve, está ahí para ser usada. Depende del
ser humano qué hacer, no con ella
sino en ella. Se mueven todas las
dimensiones, no solo la económica y comercial. La grieta confunde; es solo el
truco de una ingeniería socioeconómica que dibuja las megatrends. Se ha establecido una emulación capaz de mover las
gigantescas herramientas y administrar los recursos que la globalización ha
generado y reunido para resolver el principal tema remanente de la humanidad:
la pobreza en un mundo pletórico de riqueza.
Culminará la reformulación
de la matriz energética que ya ha comenzado y se acelera con la crisis del gas
y el petróleo. El NetZero del cambio
climático será el gran corsé capaz de afectar de raíz la vida de las
sociedades. Y la transformación en red de la configuración infraestructural es
clave para dar sustentabilidad a los inputs
compulsivos que nos condicionarán sin prisa pero sin pausa. Mientras
tanto, en el día a día, seguiremos acarreando la sensación mediática de que
nada pasa, todo es igual nada es mejor…y estoy perdido aunque venga a ofrecer
mi corazón.
Ing. Alberto Ford
Buenos Aires, julio de 2022
albertoford42@yahoo.com.ar
[iv] https://www.whitehouse.gov/briefing-room/press-briefings/2022/06/08/press-gaggle-by-press-secretary-karine-jean-pierre-and-national-security-advisor-jake-sullivan-en-route-los-angeles-ca/
[v] • Abordar la crisis climática y reforzar la seguridad
energética global a través de inversiones en infraestructura resiliente al
clima, tecnologías energéticas transformadoras y el desarrollo de cadenas de
suministro de energía limpia a lo largo del ciclo de vida integrado completo,
desde la minería responsable de metales y minerales críticos; al transporte de
bajas emisiones y la infraestructura dura; invertir en nuevos sitios globales
de refinación, procesamiento y fabricación de baterías; al despliegue de
tecnologías comprobadas, así como innovadoras y escalables, en lugares que aún
no tienen acceso a energía limpia.
• Desarrollar, expandir e
implementar redes e infraestructuras seguras de tecnologías de la información y
las comunicaciones (TICs) para impulsar el crecimiento económico y facilitar
sociedades digitales abiertas, desde trabajar con proveedores confiables para
proporcionar conectividad digital 5G y 6G, hasta respaldar el acceso a
plataformas y servicios que dependen sobre una Internet y redes móviles
abiertas, interoperables, seguras y confiables con una ciberseguridad sólida.
• Avanzar en la igualdad
y equidad de género, desde la infraestructura de atención que aumenta las
oportunidades de participación económica de las mujeres, hasta la mejora de la
infraestructura de agua y saneamiento que aborde las brechas de género en el
trabajo no remunerado y el uso del tiempo, con el fin de impulsar la
recuperación económica mundial al garantizar que la mitad de la población no se
vea marginada.
• Desarrollar y mejorar
la infraestructura de los sistemas de salud y contribuir a la seguridad
sanitaria mundial mediante inversiones en servicios de salud centrados en el
paciente y el personal sanitario; fabricación de vacunas y otros productos
médicos esenciales; y vigilancia de enfermedades y sistemas de alerta temprana,
incluidos laboratorios seguros y protegidos. Abordar la pandemia actual y
prevenir y prepararse para la próxima es crucial para la seguridad económica y
nacional de los Estados Unidos. ver: https://www.whitehouse.gov/briefing-room/statements-releases/2022/06/26/fact-sheet-president-biden-and-g7-leaders-formally-launch-the-partnership-for-global-
infraestructura-e-inversion/
[vi] https://ec.europa.eu/info/strategy/priorities-2019-2024/stronger-europe-world/global-gateway_es
[ix] Es así que, con la inclusión de la Argentina, y a
partir del viaje de Alberto Fernández, son 145 los países (40% del PBI global)
que ya firmaron el Memorándum de Entendimiento para adherirse a la Nueva Ruta
de la Seda. Se trata de 44 naciones de África (81% del continente), 42 de Asia
(93%), 29 de Europa (61%), 20 de América Latina y el Caribe (59%) y 10 de
Oceanía (62 %). En todos estos países, China firmó acuerdos de cooperación en
materia económica, sanitaria, cultural, digital, medioambiental, entre otras
áreas. https://www.lanacion.com.ar/politica/la-nueva-ruta-de-la-seda-el-proyecto-mas-ambicioso-de-china-a-escala-planetaria-nid05022022/
[x] https://www.cronista.com/economia-politica/las-5-acciones-que-los-paises-del-g7-quieren-trasladar-a-la-argentina/
[xi] El presidente Biden, afirmó que el país va a tener
"una década de la infraestructura" con referencia
al plan de
infraestructuras de U$S 1,2 billones y aseguró que con ese plan van a crearse
millones de puestos de trabajo, y se van
a modernizar las carreteras, aeropuertos, puertos y canales. Apuntó que su país
solía tener la mejor infraestructura del mundo, pero que ahora ocupa el puesto
decimotercero en este ámbito: "No seremos capaces de competir por los
trabajos del siglo XXI si no arreglamos esto". https://www.swissinfo.ch/spa/estado-de-la-uni%C3%B3n_biden-afirma-que-ee-uu--va-a--tener-una-d%C3%A9cada-de-infraestructura-/47393434
[xii] lo hemos vivido los que venimos del interior. Hace años
se sabía más lo que pasaba en la capital de la provincia que en los distritos
de la vecindad. Con el tiempo las cosas van cambiando, pero todavía las
conexiones sinérgicas son totalmente insuficientes porque la base sobre las
cuales están construidas las tramas no pueden ser cambiadas si no es partir de
un proyecto integral como lo fue el del período de la organización nacional
cuando se empezó a construir la trama ferroviaria.
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