martes, 25 de octubre de 2016

G20 SEMINARIO. APERTURA INTERVENCIÓN. Alberto Ford

El seminario se compone de cinco módulos. Serán dictados cinco miércoles seguidos a las 16:00 en este salón actos a partir del próximo 26 de octubre. Está organizado por el H. Senado de la Provincia de Buenos Aires en conjunto con la Unión de Parlamentarios Sudamericanos y del Mercosur.
El seminario se propone dos objetivos: primero, presentar al G20 como una instancia de comando –la principal hoy por hoy- relacionada con la marcha de la globalización en el más alto nivel. El segundo, contextualizar esa herramienta en los acontecimientos que se ponen en marcha a partir de la finalización de la segunda guerra mundial que dan lugar a un cambio epocal de profundas implicancias.

El G20 es una creación peculiar; poco conocida y difícil de  encuadrar.

El G20 no es un organismo ejecutivo. Es lo que podemos definir como un espacio funcional, no estructurado.  Carece de sede. No tiene autoridades. Cada año se constituye en el país anfitrión que ejerce la presidencia pro-témpore. En sus reuniones y cumbres no se vota, funciona por consenso. Hace recomendaciones que son ejecutadas por países, organismos multilaterales, y programas creados ad-hoc.

Por ejemplo, la revelación de los llamados “panamá papers” es la consecuencia de la puesta en práctica de un programa (“foro global sobre transparencia e intercambio de información tributaria”) creado y ejecutado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) por recomendación del G20. Por su aplicación, a partir del próximo 1 de enero finaliza el secreto bancario con las consecuencias imaginables que en muchos campos tiene la medida.

Sin embargo, al participar de su funcionamiento los máximos líderes mundiales sin excepción, las “recomendaciones” del G20 son difíciles de eludir sin sufrir consecuencias; todo indica que lo serán cada vez más porque los destinatarios no son otros que los países que están representados por los mismos que hacen las recomendaciones.

Aunque el G20 no gestione no se puede dejar de ver que ejerce una acción que podemos llamar  de  comando (del griego “kubernesis” de donde deriva la palabra “cibernética”). Lo hace a través del establecimiento de normas, patrones y procedimientos. Descentraliza el diseño de políticas y su ejecución. Y el control adopta diversas formas.

¿Qué quiere decir este tipo de funcionamiento?

Las normas son los valores. Ellos están ampliamente explicitados en sus documentos. Pero no solo allí. También en el entorno. El papa Francisco tiene comunicación fluido con lo más representativo del G20. Con Putin y Merkel ha mantenido largas charlas –habitualmente no medidas en minutos-  en torno a las distintas cumbres. Su preocupación por la pobreza y el medio ambiente presente en el documento Laudato Si, tiene sintonía fina con las posiciones adoptadas por el G20.

Los patrones, son los modelos “putterns” que inspiran el constante rediseño de las configuraciones planetarias. Por tomar un caso, la condena al proteccionismo o la crítica a las posiciones cerradamente nacionalistas. Estas posiciones son adoptadas por consenso aunque luego a veces no son tenidas en cuenta en forma irrestricta por los destinatarios dando lugar a chisporroteos diplomáticos.

Los procedimientos son la forma en que se concretan los contenidos de sus documentos sobre lo que ya hemos hecho alusión.

En estos espacios, el diseño de políticas es dejado “en mano de unidades nacionales” (con referencia a los estado-naciones) como se decía en los setenta. La forma no desprovista de cierto matiz peyorativo pone en evidencia el lugar desde dónde se habla.

Cerrando el bucle de retroalimentación, el control adopta diversas formas. Por ejemplo, en el tema de los “panamá papers”, el periodismo de investigación juega un rol protagónico. Otro caso: el monitoreo de las cuentas públicas que dio lugar por estos días a la presencia en nuestro país de una misión del FMI por aplicación de temido artículo IV. En suma, todo un desafío para la ciencia política sobre cómo conceptualizar esta forma de ejercer poder.

El segundo cometido del seminario es la ubicación del G20 en el decurso de la globalización. Esto tiene que ver con los cinco módulos que componen su temario y que se pueden ver en el programa.

Arranca con la reconstrucción de posguerra, en las décadas del ’50 y ’60. La crisis de la bipolaridad. La revolución C&T. La descolonización de Asia y África. La manifiesta expansión del capitalismo y la descentralización del aparato productivo lo que se pondría en evidencia con la transferencia de sectores enteros de la industria de EE.UU a China (inicialmente, juguetes, textil, herramientas; ahora de todo) dando lugar a lo que se considera la mayor operación logística de la historia.

El segundo módulo se referencia en la década de los ’70. Es cuando toman forma los llamados foros de consenso; el lugar donde se conceptualizan los factores que pueden producir una revolución mundial.  Para nosotros el más conocido es el Club de Roma fundado por Aurelio Peccei, que vivió muchos años en la Argentina al frente de la FIAT. Al final de dicha década, un corpus coherente de doctrina alcanza su madurez. Ese logro no impide ver el dramatismo de una constatación: la brecha que existe entre lo que puede ser y lo que es la realidad de gran parte del mundo. Eso amerita una gran cantidad de transformaciones como cuando se quiere reciclar una casa que primero se tiran algunas paredes (por ejemplo el muro de Berlín).

El tercer modulo son los cambios que se producen a partir de fin de la década del ’70 -cuando comienzan a transcurrir las ideas que iban a presidir los cambios a nivel global- y que componen el proceso de desestructuración que, en el caso del socialismo implica nada menos que la desaparición de la Unión Soviética y la crisis terminal del socialismo y, en el capitalismo, la vigencia del Consenso de Washington y la instauración de las experiencias llamadas neoliberales.

El cuarto módulo arranca con la situación que se produce a partir de la caída de Wall Street en 2008, y la reactivación del G20 que había permanecido en latencia diez años desde su creación en 1999. Desde ese momento se producen 11 cumbres cuyas conclusiones e influencias serán vistas en el seminario.

El quinto módulo es una zambullida al futuro. Qué se puede esperar que pase en el mundo de acuerdo a los cursos probables, posibles, deseables y factibles de la globalización.

Una aclaración importante: el seminario no tendrá un color político ni sesgo ideológico. Es un intento de entender lo que está pasando, sus generatrices  conceptuales, y un juego intelectual en la predicción del sentido que pueden seguir los acontecimientos. Cada uno sacará  sus propias conclusiones o tomará partido en cualquier plano que se lo proponga.

Antes de cada módulo tendrán acceso a dos materiales: un resumen de la exposición, y las filminas que se utilizarán en el dictado. Serán enviados por correo y se podrán bajar del sitio de la UPM <www.parlamentarios mercosur.org>. La bibliografía sugerida será módica y no imprescindible (algún libro de época hallable en las bibliotecas). Cualquiera de los temas expuestos puede ser fácilmente consultado en la web en forma por demás entretenida.

Alberto Ford. La Plata, 19 de octubre de 2016.


No hay comentarios:

Publicar un comentario