Creer en algunas cosas para
poder verlas
Un amigo no pudo
votar en las presidenciales de 2007 ni en las primarias del domingo. Aduce que
en ambas oportunidades fue tres veces a la mesa de votación y se encontró con
el mismo escenario: colas tan largas como lentas a partir del mediodía. Su
problema de cadera le impide estar mucho tiempo parado y a pesar de los reiterados
intentos finalmente no pudo ejercer su derecho al voto.
Como les sucede a muchas
otras personas con dificultades de locomoción, mi amigo es muy desconfiado. Se
le ha metido en la cabeza que las irregularidades detectadas en las elecciones
del domingo (de las cuales solo se han evidenciado unos pocos cientos de casos)
determinaron que el oficialismo sacara mucho más de lo que se esperaba al punto
de que el resultado apareciera como una “paliza”.
Su sospecha se
compone de 4 supuestos: 1) hubo fraude, 2) hay que poner la lupa en el 10% que
separa lo que logró el oficialismo de lo que daban unánimemente las encuestas,
3) es poco creíble que millones de personas en 15 días den un vuelco
copernicano en sus preferencias, 4) se puede saber cómo hacer el fraude pero no
demostrar que se hizo.
Yo ya me la veía
venir porque lo conozco y sé que en estos casos es difícil hacerlo salir de sus
trece. Igual, con el deseo de disuadirlo de sus sospechas y persuadirlo sobre
la irreversibilidad de los resultados, hice una recopilación de las frases más convincentes
que había leído en las columnas de los diarios. Fue un empeño vano. El intento terminó
siendo uno más de esos diálogos de sordos tan comunes a nuestra forma de ser.
Igual es útil reproducirlo por si sirve para octubre.
¾ Las
anomalías registradas en todo el país aumentan con los días. No a tal punto que
puedan cambiar las tendencias,
pero si demostrar que las diferencias no
fueron tan grandes como mostraron los resultados, me dijo mi amigo.
¾
”las denuncias de fraude insinúan otro problema -le
respondí iniciando el diálogo- pueden ser una excusa para que la oposición se
sienta relevada de indagar en las razones del consenso que rodea a Cristina Kirchner”
¾
Fijate cómo han
sido falsificados los telegramas de los escrutinios. La jueza federal María
Servini de Cubría ordenó abrir una urna y luego del conteo de las 276
boletas comprobó que las de Alfonsín sumaban 22 pero no estaban asentadas
en el telegrama. En las provincias de Buenos Aires, Santiago del Estero,
Tucumán, Chaco y Formosa, entre otras, aparecieron telegramas y actas de
votación sospechosos.
¾
“hay que inclinarse con respecto ante la voz del
ciudadano… el pueblo habló y su palabra fue contundente… ningún líder opositor
le habló de la economía, más allá de algunas frases demasiado vagas para ser
creíbles, a esa sociedad que requería serias garantías para dar un salto”
¾ Se han registrado casos de persecución a los
fiscales de la oposición. En Merlo, Othacehé
los metió a todos presos con el pretexto de que no eran del distrito; desde La
Plata el juez Blanco tuvo que ordenar la inmediata libertad de los detenidos pero las mesas ya habían sido abiertas. El intendente
de La Banda, Héctor “Chabay” Ruiz, apuntó contra el gobernador, Gerardo Zamora,
un aliado K. “El día de la elección metieron presos a nuestros fiscales”,
sostuvo Ruiz.
¾ “fueron los candidatos presidenciales
opositores los que se mostraron incapaces de construir un discurso atractivo y
confiable” “La oposición tuvo una actitud miserable. Todos quieren ser
presidente en 10 minutos”
¾ El caso más patético fue la falta de tinta china
para las almohadillas que se registró en varios lugares del país lo que impedía
sellar los DNI. Una diputada se hizo eco del faltante y advirtió por Twitter:
"Se secaron las almohadillas! Sin tinta". En la provincia de
Corrientes la Secretaría Electoral habilitó a las autoridades de mesa a
utilizar tinta apócrifa y colocar la palabra "votó" en
forma manuscrita sobre los documentos, como una solución expeditiva al
inesperado problema.
¾ “en el kirchnerismo no ganaron por Sergio
Schoklender o por el INADI, sino que ganaron por sus aciertos… en octubre va a
sacar más de lo que sacaron hoy, probablemente algunos puntos más… Si el
ballotage fuera entre Cristina y Duhalde... ¿a quién votás?”
¾ ¿y
qué me decís de lo que hicieron con los paraguayos? En Misiones las denuncias
los salpican. El esquema de fraude electoral incluye la utilización
de documentación falsa, compra de votos y la famosa “calesita”. Básicamente,
el fraude funciona de la siguiente manera: cada paraguayo que vota
recibe entre 100 a 150 pesos por voto (de 171.500 a 257.250 guaraníes al
cambio). También el “pasero” que haga llegar a territorio argentino a
los paraguayos recibe 100 pesos por cada persona que lleve para la
votación.
Los paraguayos votan con DNI que se les entrega sin foto. Cada connacional recibe alrededor de cinco DNI… recientemente, El Territorio de Posadas denunció que el Registro de las Personas tiene en su poder 31.000 documentos nacionales de identidad, a los que solo basta agregarles una fotografía.
Los paraguayos votan con DNI que se les entrega sin foto. Cada connacional recibe alrededor de cinco DNI… recientemente, El Territorio de Posadas denunció que el Registro de las Personas tiene en su poder 31.000 documentos nacionales de identidad, a los que solo basta agregarles una fotografía.
¾ “el gobierno sabe ir hacia donde quiere,
mientras que los opositores dicen querer ir hacia donde no saben hacerlo… hubo
y hay diversidad de voces que dicen, ante todo, de la dificultad que tienen
para escucharse unas a otras…”
¾ El
caso de los bolivianos es de otro tipo. Un diplomático argentino comentó en
Cochabamba, Bolivia, que el 90% de los bolivianos legales e ilegales
que están ahora en la Argentina, pasaron por su oficina para que se les
preparase la documentación a fin de nacionalizarse. Paralelamente en una
reunión diplomática en nuestro país, reconocieron que en la primera mitad de
este año habían ingresado bolivianos por la frontera de Salta y Jujuy
para sacar el DNI y votar en las elecciones del 2011...por supuesto a cambio de
algunos planes, viviendas… sus esposas y otras mujeres
embarazadas cruzaron también la misma frontera para dar a luz a sus bebes
obteniendo de esa manera la ciudadanía para poder cobrar inmediatamente la
asignación universal por hijo....
¾ “fueron los candidatos presidenciales
opositores los que se mostraron incapaces de construir un discurso atractivo y
confiable… si se hubieran unido todos, igualmente Cristina habría vencido”
¾ El
problema es que un fraude no se puede demostrar –a los sumo sospechar-
partiendo de casos aislados, aunque sean muchas las irregularidades
descubiertas como ha ocurrido esta vez. A medida que pasen los días las
irregularidades se irán travistiendo en errores y la oposición terminará
clamando en el desierto. Eso no quiere decir que no se pueda imaginar cómo se
puede hacer fraude aunque para ello hay que ingresar al terreno de lo
conjetural. Así, las argucias detectadas pueden formar de parte de una
operación de esa envergadura a partir de una logística que en este caso solo
estuvo al alcance del oficialismo.
¾ “El
aluvión de consumo, la mejora del salario, la asignación universal por hijo, el
discurso de la inclusión y los derechos humanos, la mejora y ampliación de las
jubilaciones, el crecimiento de la economía y la producción, la apelación a la
participación de los jóvenes, fueron cuestiones que pesaron de modo más
homogéneo sobre medio país que la alta inflación, la inseguridad, la
persistencia de altos índices de trabajo en negro, el ahogo y persecución sobre
determinados sectores productivos, la corrupción que incluso salpica a
organismos de derechos humanos, la creciente proporción de jóvenes que no estudian
ni trabajan”
¾ ¿Cuánto
fue la diferencia en votos entre el 40% que se le pronosticaba al oficialismo y
el 50% que finalmente terminó sacando? Fueron dos millones de votos. ¿Sabés
cuantos suman los que no votaron?”: siete millones de votantes. No es imposible
operar sobre una parte de esos siete millones impidiendo el voto de por lo
menos dos millones que de haberlo hecho en contra de la presidenta hubieran licuado
la diferencia entre 40% y 50%. Eso sí se puede hacer y es fácil de explicar cómo…
aunque admito no es fácil concebirlo por la escala a la que se realiza la
intervención.
¾ “el discurso oficial se vuelve convincente
para muchos: el kirchnerismo ha edificado un modelo del que las economías
avanzadas deberían tomar lecciones... Cristina Kirchner tiene rivales pero no
está amenazada por ninguna alternativa. Ella proyectó una imagen de energía… se
rodeó de un escudo protector juvenil”
¾ Se
puede prever que el comportamiento de cada mesa porque hace años que están
constituidas por los mismos votantes y es posible anticipar sus conductas como
por ejemplo en dos cosas: 1) lo relacionado con la hora de asistencia a votar
según determinados perfiles y 2) la probable elección frente a las distintas variantes de la oferta electoral
que se da en cada turno. De las 88.000 mesas que hay en el país, digamos que
una parte menor tienen el voto definido mayoritariamente a favor de la
oposición o el oficialismo. En el primer caso, dificultás la votación con las
distintas artimañas que se van conociendo; a las segundas las dejás en paz. Ahora
veamos cómo se puede operar sobre las mesas restantes.
A esa altura ya los
argumentos convincentes se me estaban acabando y el relato de mi amigo
comenzaba a intrigarme. ¿Adónde se proponía llegar con sus razonamientos?
¾ Supongamos
que en esas mesas hay una proporción de votos en sintonía con lo que dicen las
encuestas: 40% oficialista, 60 % el resto. Pues bien, lo que se puede hacer es
lo siguiente: en cada una de esas mesas garantizar los votos al oficialismo e impedir
el voto de por lo menos una cantidad de votos opositores. Básicamente, depende
del puntero que opera de la siguiente manera: 1) garantiza que sus votantes
vayan temprano. Inmediatamente de votar cada uno de ellos va a rendir cuentas al
puntero y recibir el choripán o plata según corresponda en los casos en que hay
voto cadena. 2) cuando ya tiene garantizado el porcentaje de supremacía que se
asigna en cada mesa, comienzan a provocarse las dificultades en cada mesa para
retrasar y desalentar la gente que aún no ha votado entre los que estarán
mayoritariamente los votos no oficialistas que en esas mesas son en promedio el
60%. Ahí es donde se presentan las largas colas y con esa maniobra realizada en
cada mesa, se opera sobre los pequeños porcentajes que sumados a lo largo de
las 50.000 mesas que están intervenidas, dan la diferencia entre el 40% y el
50% que dio la sensación de aplastante al triunfo del oficialismo.
¾ ¿Cómo garantizás que una estrategia de ese
tipo pueda ser aplicada por miles de punteros y fiscales?
¾ Hay
que tener en cuenta que se dio un abordaje distinto con respecto a las
primarias comparando oficialistas y opositores, en desmedro de estos últimos
que cuentan con el radicalismo como la única fuerza que puede oponer al
oficialismo una estructura simétrica de abarcadura territorial; empero, el
radicalismo no mostro una motivación fuerte debido a las controversias en torno
a la candidatura de Alfonsín y el acuerdo con De Narváez. Por el contrario, el oficialismo fue la única fuerza que contó con la estructura suficiente
como para atender la votación con los fiscales y los punteros operando desde
afuera en cada mesa. Las pequeñas ventajas que se consiguen en las decenas de
miles de mesas por la ley de los grandes números hacen la diferencia de los dos
millones de votos (solo un 25% de los que no votamos) que separan la “paliza”
que terminó siendo el resultado de los pronosticado. Como se ve la ejecución de
la estrategia no se hace con herramientas distintas a lo que dicta la experiencia.
Lo que cambia es la planificación de la estrategia. Pero una operación de esa envergadura solo
se puede planificar por medio de un modelo matemático de circulación electoral
de altísima complejidad y contar con la posibilidad de hacer las simulaciones
que sean necesarias. De ahí emerge un modelo
operativo del que se desprenden consignas de fácil realización en todas las mesas objeto del operativo
a cargo de los fiscales y punteros
involucrados en la maniobra. El oficialismo ha actuado solo sobre la totalidad
del sistema; los casos de irregularidades descubiertas sólo sirven para
alimentar una sospecha y agitar el tema, que es necesario, pero no alcanzan
para demostrar un fraude. Se está poniendo la lupa sobre las anomalías que
muestran los resultado; el fraude ya estaba consumado cuando se abrieron las
urnas luego de cerrar los comicios. La actuación según un modelo a gran
escala no se puede deducir por el comportamiento de sus partes; son dos lógicas
relacionadas pero distintas, como los niveles de la teoría cuántica. Es como querer explicar el funcionamiento
de un hormiguero analizando la conducta de algunas hormigas”
La comparación me incomodó pero él ni se dio cuenta…
¾ La existencia
de la otra diferencia, la verdadera, la que va del 40% al 12%, no fue obra del
oficialismo; fue la oposición la que hizo lo necesario para dispersar su voto. Ahora
bien, si una gran parte de las anomalías que están saliendo a luz se debe a la
manipulación de las boletas, ¿por qué la oposición, aprovechando su mayoría en
el Congreso, no aprueba una modificación en el reglamento de los comicios para el
uso de la boleta única que ha sido ya probada en las elecciones de Santa Fe? Es
cierto que la boleta única no resuelve lo del voto cadena, la borocotización de
fiscales, los que son puestos por el oficialismo como si fueran de la
oposición, la detención de los mismos a la hora de abrir las mesas, la provisión
de tinta para las almohadillas, la falta de autoridades de mesa o los agentes
del oficialismo que adoptan el rol de tales, la adulteración de los resultados,
los telegramas apócrifos, la participación ilegal de bolivianos y paraguayos,
etc., . Pero convengamos en que todas esas triquiñuelas y argucias pueden atenuarse y hasta controlarse si la
oposición que tiene la experiencia suficiente para ello se pone las pilas y actúa
de consuno.
Me hizo dudar el
hecho de que la presidenta se había referido por la cadena nacional a la
importancia de hacer más vistosas las boletas con la introducción del color y
la foto de los candidatos. Igual no supe qué decirle.
Ing. Alberto Ford
Ringuelet, agosto de
2011
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