La retícula y el
embudo
La digitalización de la economía y de la vida social se va extendiendo
aceleradamente. Algunos ejemplos como el de China, y, sobre todo, el de
Estonia, nos muestran la forma en que se irán acomodando en lo sucesivo los
distintos aspectos de nuestras vidas, tanto en la esfera privada como la
pública. Sin embargo, esos impresionantes adelantos que se registran en el
plano de la conectividad digital, no tienen su correlato en una conectividad
física ya caduca. Su renovación a nivel
global es el objetivo principal del proyecto conocido como la Nueva Ruta de la
Seda cuyo lanzamiento, a cargo de la RPCh, fue el acontecimiento político más
trascendente de la década que está por finalizar. En el trabajo se hace una
somera descripción de la situación creada por un aluvión de obras que están
transformando los territorios –inicialmente en Asia- a los efectos de suplantar
configuraciones radiocéntricas, heredadas de viejas dependencias, por
entramados en red que permitan comunicar sin mediaciones los distintos puntos
de la geografía global.
El mundo se está
digitalizando a marcha acelerada. Es un fenómeno inquietante, invasivo de la
vida individual y social, tan complejo que es difícil de procesar y entender en
toda su magnitud. Algunas de sus facilidades son visibles y de alcance
universal como las TICs (televisión,
telefonía celular, computadoras en red para el acceso a internet con todos sus
servicios). Otras son menos identificables aún pero están en camino de serlo,
como la llamada Internet de las cosas
(IoT), que permitirá el manejo autoorganizante y remoto de todos los dispositivos
de uso cotidiano. Y la más enigmática de todas: el big data, de usos múltiples, que nos acosa a diario con el bombardeo permanente al
celular o la computadora, para ofrecernos -luego de escuchar nuestras
conversaciones o pispear lo que estamos leyendo- bienes y/o servicios que son necesarios
según la interpretación de algún algoritmo diseñado al efecto.
La digitalización de la
economía y de la vida social se va extendiendo aceleradamente. Algunos ejemplos como el de China, y,
sobre todo, el de Estonia, nos muestran la forma en que se irán acomodando en
lo sucesivo los distintos aspectos de nuestras vidas, tanto en la esfera
privada como la pública. Sin embargo,
esos impresionantes adelantos que se registran en el plano de la conectividad digital,
no tienen su correlato en la conectividad física. Su renovación es el objetivo
principal del proyecto conocido como la Nueva Ruta de la Seda cuyo lanzamiento,
a cargo de la RPCh, fue el acontecimiento político más trascendente de la
década que está por finalizar.
¿Un cuento chino?
El proyecto de la Nueva Ruta de la Seda (NRS) fue presentado en
2013 con dos modestas actividades, una en la Universidad de Astaná, capital de
Kazajistán, y la otra en Yakarta, la capital de Indonesia. Inicialmente fue
visto como un programa ferroviario para incrementar la conectividad en Asia, y
de ella con Europa; sin embargo, pronto la percepción de sus objetivos se fue ampliando.
En 2017 se hizo el lanzamiento con todo el boato con que los chinos son capaces
de montar sus actividades protocolares. Se reunieron en Pekín representantes de
110 países de los cuales 29 fueron jefes de estado y primeros ministros. A esa
altura la NRS ya era considerada un ambicioso proyecto de infraestructura de
conectividad de 1 billón (millón de millones) de dólares. El interés por la
iniciativa fue creciendo. Dos años después se hizo la Segunda Cumbre del
Proyecto con la presencia en esa oportunidad de representantes de 150 países,
entre ellos 37 jefes de estado y primeros ministros. Es una muestra de la
importancia que se le atribuye a la propuesta.
Si bien la NRS es una iniciativa gerenciado y financiado por la RPCh, no cabe duda que
trasciende sus propios intereses. Sin embargo, hay mucha suspicacia. Se dice
que el proyecto está en línea con su afán de dominar el mundo, que es parte
de la disputa comercial que mantiene con EEUU, o que expresa la intención de
reverdecer sus glorias del pasado. Puede que haya un poco de todo eso; ninguna
actividad a ese nivel es químicamente pura. En todo caso, con el grado de
sutileza con que se suelen manejar las relaciones internacionales, es difícil
pensar que 150 (¡) países asistieran al lanzamiento de la iniciativa solo para
sobarles el lomo a los chinos o por una cuestión de cortesía. Muchos de ellos
no tienen problemas de infraestructura -como en el caso de los europeos que
asistieron en tropel- y tampoco los mueve un interés económico ya que las obras
son ejecutadas y financiadas por los anfitriones.
La Nueva Ruta de
la Seda está logrando resultados asombrosos con sus proyectos, algunos ya finalizados.
La movida, con epicentro obvio en territorio chino (aunque más bien en el
continente asiático), se condice con modificaciones de envergadura que se están
produciendo en la región[i].
La nueva infraestructura de conectividad facilitará el manejo eficaz de
las comunicaciones con vistas a la plena utilización de los recursos materiales
y digitales que ofrece la ciencia y la tecnología. Hoy por hoy para ver la marcha de la
globalización hay que poner el foco en el continente euroasiático. Es lo que
viene.
Los cuidados del G20
El proyecto de la NRS forma
parte del impulso que el Grupo de los Veinte está dando al desarrollo de la
infraestructura de conectividad. En la cumbre del G20 de Hangzhou (2016) se
afirmó: “Respaldamos la Alianza para la Conectividad de la Infraestructura
Global con vistas a mejorar la sinergia y la cooperación entre los diversos
programas de conectividad de la infraestructura de una manera holística”.
Impulsar un
megaproyecto de infraestructura a nivel global tiene sus riesgos. En cualquier
lugar del mundo la obra pública se ve sospechada, y las inversiones no siempre
se justifican. Por ello el G20 se cura en salud. Aparte de la gestión de la
Nueva Ruta de la Seda obviamente en manos chinas (financian, construyen y
gestionan), hay un logicial de alta complejidad que monitorea el proceso. Son
cuatro programas y una consultora de gran renombre:
· Global Infrastructure Hub (GIH)[ii].
· Global Infrastructure Facility (GIF)[iii] -World
Bank
· Public-Private-Partnership in
Infrastructure Resource Center (PPP)[iv]-World
Bank
· Centro Anticorrupción del G20[v].
Es previsible una
tensión entre los distintos mecanismos creados ad hoc para la erección de
infraestructura de alcance global. En primer lugar, esa situación conflictiva
puede ser incentivada por la magnitud del negocio. Segundo, no son
descartables luchas de poder entre el sector público de los países, los
organismos multilaterales (con tarjeta amarilla) y el sector privado (McKinsey,
una de las consultoras más grandes del mundo[vi],
como parte de las disposiciones del G20, formó una empresa exactamente igual al
GIF del Banco Mundial). Por último, el juego de competencias para que un
proyecto se haga bancarizable normalmente es engorroso y puede dar lugar a
manipulaciones. De cualquier manera, las urgencias dadas por las
“recomendaciones” de los líderes del G20, sumado a la visibilidad que tendrán
proyectos de dominio público en cada país, aseguran eficacia y un creciente
dinamismo de los actores comprometidos.
La
conectividad dibuja el futuro del planeta
La
descentralización es la encarnación geopolítica de la segunda ley de la termodinámica,
según la cual todos los sistemas tienden hacia la máxima entropía.
Parag Khanna en Conectografía:
mapear el futuro de la civilización mundial, Paidós, 2017.
El enigmático
epígrafe extraído del best seller Conectografía
de Parag Khanna -un empresario americano de origen hindú que obtuvo su PhD en
relaciones internacionales en la London School of Economics- da una idea de la
forma en que el incremento de la conectividad, fungiendo de canal de la
descentralización, es un componente principal de la geopolítica. ¿Qué tiene que
ver la entropía con la descentralización?
Es común asociar
la entropía con el caos y el desorden. Sin embargo, una adaptación de dicha
noción a fenómenos de la vida diaria nos dice que "la entropía es una
propiedad que da cuenta de las opciones posibles de comunicar que tienen los
sistemas, así como la velocidad con que se intercambian los mensajes”. En un
caso, cuando mide las posibilidades de comunicación disponibles, la propiedad
funciona como variable de estado, y,
en el otro, cuando aborda la celeridad del contacto, como variable de cambio. Según ese enfoque, a medida que los sistemas
van estableciendo las conexiones posibles (por medios preexistentes o creados
ad-hoc) va disminuyendo el potencial de la comunicación; o, lo que es
equivalente, va aumentando la entropía. Pero llega un momento en que se
configura una situación nueva, cuando ya se hizo todo lo que se podía hacer en
materia de contactos. Ese nuevo estado, que es consecuencia del anterior,
presentará una cantidad de nuevas posibilidades de intercambio de información
que podrá ir realizando. Es decir, el sistema recomienza su recorrido en su
nuevo estado con un bajo nivel de entropía. Se pone en marcha otra vez el mismo
mecanismo para la progresiva comunicación.
En el mundo, las
grillas de comunicación establecidas por las metrópolis coloniales
representaban situaciones de alta entropía; había muy pocas posibilidades de
que por esas vías circulara otra información que no fuera la que había
justificado el objetivo fundador: llevar materias primas al puerto. No había
otras opciones. En cuanto a la forma, el cometido implicaba daños, humanos y
ambientales, lo que se traducía en una alta velocidad de crecimiento entrópico.
La entropía es siempre positiva; y no se queda inmóvil, nunca deja de crecer;
lo que cambia es la forma y el ritmo con que lo hace. En síntesis, la entropía
va aumentando, pero también aumentan las comunicaciones establecidas, y la
posibilidad de establecer otras nuevas. En Voces, Antonio Porchia (1943)
escribe: “Se me abre una puerta, entro y me hallo con cien puertas
cerradas”.
La dinámica de sistemas[vii] es una metodología para analizar y
modelar el comportamiento de los sistemas en sus diversas manifestaciones. La
disciplina fue creada a principios de la década del ´60 por Jay Forrester en el
MIT, inicialmente con el objetivo de analizar el comportamiento de las empresas
(Industrial dynamics), y, en su
evolución, de las ciudades (Urban
dynamics) hasta estudiar el juego de distintas variables a nivel de todo el
planeta (World dynamics).[viii]
Los trabajos
realizados por Forrester dieron origen a una simulación realizada en 1972 por
el equipo coordinado por su discípula Donella Meadows y su marido Dennis, por
encargo del Club de Roma. El modelo construido y la simulación de escenarios
que se podía hacer con el avance de la computación, tenía por objeto analizar
el comportamiento de las principales variables mundiales, es decir la población
mundial, la industrialización, la contaminación, la producción de alimentos y
la explotación de los recursos naturales, y que dio origen a un informe que se
publicó bajo el título "Limits to Growth" (Los Límites del
Crecimiento), que se tradujo a varios idiomas y tuvo una fuerte difusión
mundial.
Los trabajos de
Forrester, Donella Meadows y otros especialistas entre los sesenta y los
setenta del siglo pasado, fueron una medida del tiempo que había transcurrido
desde la época en que la Tierra se representaba por una media esfera sostenida
por cuatro elefantes apoyados en una tortuga gigante.
Ing. Alberto Ford
La Plata, agosto de 2020
[i] Por ejemplo, el cambio climático está reduciendo los
hielos del Ártico lo que habilita dos nuevas rutas marítimas transitables todo
el año. Por una de ellas, a lo largo de la costa de Siberia, el viaje entre el
Lejano Oriente y Europa tarda dos semanas menos que si fuera por el Canal de
Suez. Por la otra, atravesando el estrecho de Bering para rodear Canadá, el
viaje es 10.000 Km más corto que yendo por el Canal de Panamá. Las nuevas rutas
implican una estructura logística terrestre para asistirlas que son parte del
proyecto; sus resultados incidirán fuertemente en los costos del comercio
global. Al mismo tiempo, se está construyendo un tren de alta velocidad (TGV)
ente Pekín y Moscú con un presupuesto de 250.000 millones (¡) de dólares (más
del 50% del PBI de nuestro país). El TGV reducirá a dos días un trayecto para
unir las dos capitales que el tren transiberiano lo hace en una semana.
Larguísimas formaciones ferroviarias de carga viajan cada día a lo largo de
Eurasia. Xinhua informa que Xi'an –conocida como extremo oriental de la vieja
Ruta de la Seda y sede del ejército de figuras de terracota- tardó sólo 129
días en despachar 1.000 trenes de carga China-Europa este año, 76 días menos que
el año pasado.
[ii] Ver: http://globalinfrastructurehub.org El programa nace en 2014 por iniciativa del G20 en su
Cumbre de Australia, donde tiene su sede. La función del GIH es controlar la
calidad de proyectos de infraestructura potencialmente financiables. Su
aprobación les permite contar con un sello de mérito para viabilizar la
operación ante los inversores. A los servicios del GIH pueden acceder todos los
países sean o no miembros del G20.
[iii] Ver: http://globalinfrafacility.org/what-is-the-gif Global Infrastructure Facility (GIF) es una asociación
entre gobiernos, bancos multilaterales de desarrollo, sector privado de
inversores y financieras. Su tarea es promover una nueva forma de colaborar en
la concepción, el diseño y la implementación de proyectos de índole compleja
cuya ejecución está más allá de las capacidades de un partícipe individual para
concretarla. Gira en la órbita del Grupo Banco Mundial (GBM).
[iv] Ver: http://ppp.worldbank.org/public-private-partnership/overview/what-are-public-private-partnerships. Partenariado
Público-Privado (PPP) es un mecanismo que se está estableciendo en todos los
países del mundo. Tiene que ver de forma más o menos directa con las medidas de
incentivo para la repatriación de capitales (convenios internacionales de
transparencia, intercambio de datos bancarios, Panamá Papers, etc.).
Inicialmente, el dinero que retornan los ahorristas se destina a la compra de
bonos o acciones pero, al final, irá a parar a obras de infraestructura debido
a la implementación de políticas de estado que estimulen la conveniencia de
orientarlo a ese fin. Tanto la necesidad de obras de infraestructura globales
como la liquidez del sistema financiero internacional, público y privado, están
en sintonía. La intención de avanzar en ese sentido es pública, y se evidencia con
la reiteración con que distintos gobiernos aluden a la necesidad de tener su Plan
Marshall. Es un programa del GBM.
[v] Ver: https://mundo.sputniknews.com/asia/201609231063655164-g20-china-corrupcion/. La decisión de
combatir la corrupción se expresó ya en la Cumbre 2010 del G20 en Canadá. Con
ese fin se aprobó la creación del Grupo de Expertos Anticorrupción del G20
(GTAC) cuyos pasos iniciales estuvieron a cargo de Francia e Indonesia para
dirigir las deliberaciones de expertos gubernamentales tendientes a adoptar un
Plan de Acción. Pero donde el tema alcanzó su mayor relieve fue en la Cumbre
2016 del G20 que tuvo lugar en China. Dando la pauta de una creciente
preocupación por el flagelo, fue creado el Centro
internacional de lucha contra la corrupción con sede en la Universidad Normal de Pekín y fiscalizado por la Comisión
Central de Control Disciplinario del Partido Comunista de China. El Centro está recopilando información para capturar
a fugitivos por delitos económicos y confiscar los activos ilegales. Cai Wei,
representante de dicha Comisión del PCCh, dijo que “el Centro sentaría una base
sólida para el estudio de los delitos de corrupción transfronterizos y
ofrecería apoyo de inteligencia para combatir la corrupción a nivel global”. Es
interesante esta posibilidad vista en el contexto de la noticia de que el
peronismo refuerza los vínculos con el Partido Comunista de China para la
formación de cuadros políticos (https://www.infobae.com/politica/2020/08/12/el-peronismo-refuerza-el-vinculo-con-el-partido-comunista-de-china-para-la-formacion-de-cuadros-politicos/
[vi] La compañía de origen norteamericano da servicio a 2 de cada
3 empresas de la lista Fortune 1000, cuenta con 94 oficinas en 50
países y 9.000 consultores.
[vii] La dinámica de sistemas es una metodología para
analizar y modelar el comportamiento temporal en entornos complejos. Se basa en
la identificación de los bucles de realimentación entre los elementos, y
también en las demoras en la información y materiales dentro del sistema. Lo
que hace diferente este enfoque de otros usados para estudiar sistemas
complejos es el análisis de los efectos de los bucles o ciclos de
realimentación, en términos de flujos y depósitos adyacentes. De esta manera se
puede estructurar a través de modelos matemáticos la dinámica del
comportamiento de estos sistemas. La simulación de estos modelos actualmente se
puede realizar con ayuda de programas computacionales específicos.
[viii] Analizando la contradicción entre la protección de la
capacidad productiva de un país y el objetivo de un mercado mundial abierto, en
la Trilateral se admitía que la controversia solo se podía administrar
aumentando la planificación de la producción y las políticas sociales a nivel
global, decidiendo lo que cada país
debería producir (subr. AF). Pero que el camino no era viable por la
dificultad de establecer “la autoridad política que decidiría tal asignación (y)
¿de quién sería el conocimiento y los modelos
de intercambio económico a usarse?” Ver:
Richard
N. Cooper, Karl Kaiser, Masataka Kosaka, Robert R. Bowie, Towards a Renovated International System, TFR #14, pág. 237,
1977. http://trilateral.org//download/doc/renovated_international_system_1977.pdf . Obviamente, luego de la disolución de la Unión
Soviética, las transformaciones también fueron radicales en el ámbito del
comercio.